A ti, que no has ido a la Huelga porque te has convencido de que no soluciona nada, que no has ido a la
Huelga por miedo, que no has ido a la Huelga por anteriores traiciones, que no has ido a la Huelga porque no puedes perder
el salario de un día…
Hoy sabemos que estás arrepentido porque no has estado en la calle con tus compañeros,
porque no has sentido la alegría colectiva de comprobar que somos muchos los que queremos cambiar las cosas, porque has
tenido que agachar la cabeza avergonzado al ir a trabajar, porque te has dado cuenta que es mucho peor el miedo a perder el
trabajo que perderlo, porque te has percatado de que ha habido mucha gente en la calle que no está dispuesta a pactar,
porque has meditado que el descuento de un día lo habrás olvidado al día siguiente de recibir la nómina.
Pero
aún lo puedes superar. Acudiendo a la próxima convocatoria, superando el miedo, saliendo a la calle para no permitir
traiciones, haciendo que las convocatorias sirvan para algo, contribuyendo con tu parte a la conciencia colectiva.
En cambio tú, que no has ido a la Huelga por no mezclarte con la chusma, que no has ido a la Huelga porque tu amo te ha
puesto un galón, que no has ido a la Huelga porque los problemas de tu compañero no son los tuyos, que no has ido a la
Huelga porque así los despidos los sufrirán otros… A ti, miserable, que te conocemos bien, te haremos pagar tu deserción de
clase, antes o después.
Germinal Cerván