La Veranda de Rafa Rius
Sí, de acuerdo, convengamos que hay muchos momentos en que la realidad parece imitar a la ficción, contaminándose y adquiriendo un aura de fábula o quimera. En esas andaba yo pensando el otro día mientras leía una noticia a toda página en el Levante-EMV: “el Pentágono ha diseñado un plan para luchar contra una invasión de zombies”. Cuando acabé de leer busqué la línea que suele encuadrar la publicidad para no confundir al personal cuando se quiere hacer pasar por información. Estos publicistas –me dije- ya no saben que inventar. Pero no, al parecer la información tenía visos de auténtica y no estábamos a 28 de diciembre… ¡No me lo puedo de creer! Todos sabemos de lo que son capaces los dirigentes yankis en cuanto se les da la más mínima oportunidad, pero esto era demasiado, así que me fui al consabido Internet para contrastar la noticia en otras fuentes, convencido aún de que tenía truco.
Pero no. Varias decenas de entradas daban cuenta de la noticia desde las más variadas perspectivas. Me leí algunas y acabé por convencerme de la veracidad de la información. Al parecer, el Pentágono tiene un plan con el fin de “preservar la santidad de la vida humana entre todos los seres humanos que no sean Zombies”. El documento ahora desclasificado tiene fecha 30 de abril de 2011 y es una sinopsis detallada “para luchar contra muchos tipos de zombies, que comen una gran cantidad de seres humanos y por lo tanto infectan rápidamente, dejando poco tiempo para una respuesta.”
En cualquier caso, la explicación que más me gustó –que raro- fue la de Chomsky que, como habitualmente, iba más allá de la anécdota. Hablando del Apocalipsis zombie decía: “Yo creo que es un reflejo del miedo y la desesperación. Estados Unidos es un país extraordinariamente asustado y, en tales circunstancias, la gente inventa, a lo mejor como un escape o alivio, [relatos] en los que suceden cosas terribles”. “estamos a punto de enfrentar la destrucción por parte de algún terrible enemigo y en el último momento somos salvados por un superhéroe, o una superarma o, en los últimos años, por niños de la escuela secundaria que van a las colinas para ahuyentar a los rusos”.
Pero en todo esto, según Comsky, hay un tema que subyace: “Resulta que este enemigo, este horrible enemigo que nos va a destruir, es alguien al que estamos oprimiendo. Si regresamos a los primeros años, el terrible enemigo eran los indios” Después fueron los esclavos negros, más tarde los emigrantes hispanos… “Creo que cuando lo analizas, en gran parte es solo el reconocimiento, en algún nivel de la psique, de que si tienes tu bota en el cuello de alguien hay algo que está mal, y que la gente que estás oprimiendo podría levantarse y defenderse”.
Por ahí ya parece que podemos ir entendiendo algo. No estamos hablando de zombies o marcianos sino como metáfora de otros peligros que se sienten mucho más reales pero que , situados en el ámbito del tabú, se niegan a nombrar, sublimando sus miedos en forma de ficciones con apariencia de realidad.
El citado informe del Pentágono, por si hubiera alguna duda, acaba advirtiendo de que “este plan no fue en realidad diseñado como una broma”. Yo desde luego, me cuidaré mucho de considerarlo como tal. De hecho, por aquí tenemos a unos cuantos políticos de los que se presentan a las elecciones europeas, cuya apariencia zombie es más que notable.
Al final, acabaremos por reconocer que los episodios de Cabanyal Z son puro realismo social…