- 12,7 millones de personas en España están en riesgo de pobreza y/o exclusión social, ha aumentado el número de personas en riesgo, a la par que crecen otros índices de pobreza material.
- El estado actual de la tasa AROPE (Indicador de la Unión Europea para medir el riesgo de pobreza y exclusión social: At Risk Of Poverty and/or Exclusion) sitúa a España lejos del compromiso adquirido. Nuestro país debía estar en un 21 % de riesgo; es decir, 5,5 puntos por debajo del actual: 26,5 %.
El crecimiento económico y el aumento del empleo en España no han logrado reducir la pobreza laboral. A pesar de tener trabajo, muchas personas no pueden llegar a fin de mes. Los sectores más afectados son la agricultura y el trabajo doméstico, con 3 de cada 10 personas en situación de pobreza. Las madres solteras y los hogares con tres o más hijos también sufren especialmente esta realidad, ya que no pueden cubrir las necesidades básicas. La precariedad laboral, jornadas parciales no deseadas y salarios bajos impiden que estas familias salgan de la pobreza.
Pobreza laboral. Cuando trabajar no es suficiente para llegar a fin de mes. Ver informe.
En 2024, el 26,5 % de la población española se encuentra en esta situación. En el último año, 240.000 personas más han pasado a estar en riesgo de pobreza y exclusión social. Esto significa un aumento de 0,5 puntos porcentuales respecto del año 2023. Unas cifras alarmantes que nos revela el 14º Informe “El Estado de la Pobreza en España”, de la EAPN (European Anti-Poverty Network).
La pobreza laboral se produce cuando los ingresos de un hogar con personas trabajadoras son insuficientes para satisfacer sus necesidades económicas. Por lo tanto, al diseñar respuestas políticas se deben considerar las circunstancias de todo el hogar, no solo las de la persona con un empleo remunerado.
POBREZA POR CC.AA:
No se trata de porcentajes, sino de personas. La realidad es que 2,6 millones deberían estar fuera de esta situación de riesgo. Este fue el compromiso adquirido por España. Por eso, la actual estrategia de lucha contra la pobreza está dejando a muchos atrás en el acceso a una vida digna.
La EAPN explica que el grave error que está cometiendo España es considerar que el crecimiento económico combatirá a la pobreza. Por eso, es necesario comprender que el incremento de las rentas medias, la creación de empleo y el crecimiento del PIB no son factores que automáticamente reduzcan las tasas de pobreza y exclusión social. Para ello, se requieren medidas para la redistribución de riqueza emprendida desde el Estado. El objetivo de ellas debe ser sostener la calidad de vida de toda la población.
Dentro de las conclusiones más significativas del informe sobre la pobreza en España, encontramos los siguientes:
- En 2023, 9,7 millones de personas en España se encontraban en riesgo de pobreza. Esto significa que lo está un 20,2 % de la población. La tasa se encuentra 4 puntos porcentuales por encima del compromiso adquirido por nuestra nación en el marco del cumplimiento de los ODS. Esto se traduce en 2 millones de personas por encima de lo pactado.
- Las personas con carencia material y social severa constituyen el 9 % de la población en España. Es decir, 4,3 millones. Esto afecta con mayor intensidad a las familias monoparentales. En ellas, la tasa se sitúa en 18,4 %, siendo casi el doble que el resto. Además, el 80 % de los hogares en esta situación se encuentran a cargo de una mujer.
- Las familias que no tienen la capacidad de afrontar un gasto imprevisto continúan aumentando. Han pasado del 33,4 % en 2021 a un 37,1 % en 2023. Además, los que no pueden comer proteínas cada dos días mantienen una tendencia creciente. De hecho, se sitúan en el 6,4 % del total.
- El 48,7 % de los españoles tienen dificultades para llegar a fin de mes. Es decir, casi la mitad de la población. Además, esta cifra sigue en aumento.
La vivienda es un factor esencial al hablar de pobreza. La concentración de la propiedad sigue siendo constante. De hecho, la población que vive en alquiler sigue aumentando. En 2023, se situó en 19,2 %. Esto tiene que ver bastante con la situación económica, ya que 1 de cada 3 personas en una vivienda alquilada está en riesgo de pobreza. Es decir, un 33%, frente a un 15,7% de los no pobres.
El incremento de los ingresos en los hogares no es suficiente para hacer frente al aumento en el precio de la vivienda. Este ha crecido tres veces más de lo que lo han hecho las rentas reales por persona. Además, la pobreza energética continúa agravándose. Han aumentado los precios de la energía y esto ha ocasionado que el 20,6 % de las personas en estado de pobreza tenga retrasos en el pago de las facturas. Por eso, el 34,2 % de los hogares pobres no pueden mantener su casa a una temperatura adecuada.
El mercado laboral da un trato discriminatorio a las mujeres. Están destinadas a la precariedad y parcialidad. La tasa de desempleo femenino en 2023 fue del 13,8 %, frente al 10,6 % de los hombres. El trabajo a tiempo parcial se presenta en el 21,1 % del empleo femenino. Mientras, en el masculino constituye el 6,6 %.
En cuanto a salario, las mujeres perciben un 18,6 % menos. Esto repercutirá también en el futuro de sus pensiones. Por eso, se estima que estarán un 48,6 % por debajo de las de los hombres. A fecha de hoy, hay medio millón más de mujeres en situación de pobreza que de hombres.
Este informe nos visibiliza que la desigualdad es un problema transversal y acumulativo. De hecho, se manifiesta a través de diversos ejes de discriminación que benefician a las posiciones sociales elevadas. Por eso, se oprime sistemáticamente a personas por su sexo, origen, edad, orientación sexual o identidad de género. Esto incide no solo en la renta que perciben, sino también en el acceso a sus derechos. En ese sentido, la desigualdad es cada vez más amplia. Por eso, en 2023, la renta del 10 % de la población más rica en España es 9,8 veces más elevada que la del 10 % más pobre.