- Julián Macías y Rafael Cid debaten sobre los bulos y la desinformación en las XXV Jornades Llibertàries de CGT-València.
La Asociación de Medios de Información (AMI), que representa a 26 grupos editoriales del estado español, interpuso el 4 de diciembre una demanda contra la compañía estadounidense META (anteriormente Facebook, presidida por Mark Zuckerberg), por un “sistemático y masivo incumplimiento” –en el periodo 2018-2023- de la normativa de la UE sobre protección de datos.
La acción judicial plantea, entre otros argumentos, que la utilización “sistemática y masiva” de los datos personales de los usuarios de META, “rastreados sin consentimiento en toda su navegación digital”, habrían permitido a este gigante empresarial “ofrecer en el mercado la venta de espacios publicitarios” a partir de métodos ilegítimos.
Asimismo la revista Forbes publicó, a primeros de diciembre, su listado de multimillonarios a escala global (fortuna medida por el patrimonio neto en acciones); la persona más rica del planeta es Elon Musk (245.000 millones de dólares), quien está al frente -ente otras compañías- de Tesla, SpaceX y de la red social X (antes Twitter).
Un informe de Citigrioup, citado en enero por el periódico Cinco Días, informaba de 3.700 despidos en la plantilla de Twitter y señalaba el siguiente problema propio: “La compra de la red social por parte de Musk (en octubre de 2022) causó que casi la mitad de sus trabajadores fueran despedidos, así como una fuga de anunciantes que amenaza a los que siguen allí”.
Informaciones de estas características fueron abordadas en las XXV Jornades Llibertàries de CGT-València, durante la sesión Medios, internet, redes sociales. Luces y sombras para la clase trabajadora, celebrada el 27 de noviembre en el Centre Cultural Octubre de Valencia.
Las jornadas contaron con la participación del analista de redes, Julián Macías, quien además de realizar el programa Dato mata relato en Canal Red TV, es presentador/fundador de Pandemia Digital (PD), observatorio cuyo objetivo es combatir las campañas de intoxicación y desinformación mediáticas.
El pasado 28 de octubre Pandemia Digital publicó un análisis titulado La guerra de Israel contra la verdad, que menciona casos concretos de señalamiento; por ejemplo, “a la lista de ‘antisemitas filoterroristas’ (descalificación vertida por el Estado de Israel) se han sumado entre otras la ONU o Save The Children”.
Tertulianos (“periodistas”) de las televisiones españolas reproducían el mensaje “afirmando que ‘la ONU ha permitido que Hamas engorde y crezca en Palestina’ y un portavoz del Ministerio de Exteriores de Israel sostiene, ante una audiencia media de 500.000 espectadores, que Save The Children apoya a Hamas”, explica Julián Macías.
En otro análisis difundido en PD –Bombardeen al periodismo, disparen a la verdad-, se resalta cómo desde los inicios del conflicto (7 de octubre), al menos 30 periodistas fueron asesinados en Gaza (fuente: Comité para la Protección de Periodistas –CPJ-; la Oficina de Información Pública de Palestina reseña la muerte de 34 informadores).
“También sus familias son objetivos militares”, añade el portal crítico, que cita el caso del coordinador de las corresponsalías de Al Jazeera, Wael Al-Dahdou: “Perdía a toda su familia por las bombas israelíes”.
El programa de Julián Macías contra el odio y la manipulación recordaba el 14 de noviembre -a partir de los datos del CIS (encuesta de abril)- que la mayoría de los ciudadanos españoles se informa a través de la televisión.
De ahí que Pandemia Digital convocara la primera edición del Premio Pinocho al espacio televisivo que propaga más bulos; los nominados eran Horizonte, de Iker Jiménez (en el Canal 4 del grupo Mediaset); Cuatro al Día, de Ana Terradillos (Canal 4); El Programa de Ana Rosa y Tarde AR, de Ana Rosa Quintana (Tele 5, del grupo Mediaset) y Todo es mentira, de Risto Mejide (Canal 4).
En otras ocasiones PD ha revelado la complicidad entre medios informativos, instituciones, políticos y periodistas; a finales de octubre daba cuenta de las segundas jornadas OK Líderes, organizadas por el medio OK Diario, cuyo responsable es el periodista Eduardo Inda; “de los 16 participantes ocho son o han sido cargos/candidatos del PP y cinco de Vox”, subrayaba Macías.
Presentada por el periodista de La Veu del País Valencià, Joan Canela, en la jornada de CGT compartió una ponencia el analista político y periodista, Rafael Cid, colaborador de Radio Klara de Valencia; el periódico de la CGT Rojo y Negro, y el portal Kaos en la Red.
Adoptó como punto de partida el concepto de parresia (en el sentido de verdad, en la lengua griega clásica); y, frente a la banalización de contenidos que a menudo favorecen Internet y las televisiones, recomendaba el Manifiesto a favor de la lectura intensiva en la escuela, publicado el 10 de octubre en Le Monde por un grupo de especialistas de diferentes universidades europeas (traducción al castellano en aceprensa.com).
Según los firmantes, acercarse a los textos de manera crítica “es el instrumento más importante para el pensamiento analítico y estratégico. Permite contrarrestar las simplificaciones populistas, las teorías conspirativas, la desinformación y la manipulación”.
Como redactor de investigación en la revista Cambio 16, Rafael Cid indagó en la trama terrorista de los GAL y el escándalo conocido como Síndrome de la colza; durante su intervención en el acto de la CGT, citó una información del diario El País (edición del 31 de octubre), que destacaba los beneficios brutos de explotación del grupo PRISA -el grupo editor de El País, entre enero y septiembre: 121 millones de euros.
Pero en uno de los párrafos siguientes, agregaba la noticia: “El resultado neto del grupo es de -37 millones, debido al impacto del aumento de los gastos financieros derivados de la fuerte subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE)”.
En relación con PRISA, el periodista informó de datos poco conocidos por las grandes audiencias; según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (-CNMV-, noviembre 2023), el accionista más relevante del grupo mediático es el fondo de inversión Amber Capital (otro accionista significativo es el jeque catarí Al Thani, Khalid Thani Abdullah).
Se da la circunstancia que Amber controla el 7,25% del accionariado de la compañía Indra, que tiene como accionista principal a la Sociedad Estatal española de Participaciones Industriales -SEPI- (25% de Indra); una parte importante de la producción de Indra está destinada al sector militar.
Cuestión diferente es la implicación directa de activistas y medios independientes, subraya Rafael Cid; menciona el caso de la exsoldado y analista de inteligencia militar norteamericana Chelsea Manning: estuvo en prisión (entre otras ocasiones en 2019, en el Estado de Virginia) por filtrar al portal Wikileaks documentación sobre las violaciones de los derechos humanos, por parte del ejército de Estados Unidos, en Iraq y Afganistán.
Por Enric Llopis | Rebelión