Los rescatadores de Salvamento Marítimo registran su trabajo en unos cuadrantes en los que cada día está representado por una fila que, a su vez, está dividida en pequeñas cuadrículas. Cada una de estas casillas representa una hora y, ahí, marcan con una X cada hora trabajada. Los cuadrantes de este mes muestran negro sobre blanco la crudeza de la crisis migratoria y detallan incluso jornadas de 20 horas de trabajo.
La primera semana de octubre fue, probablemente, la más complicada. En este documento se puede ver cómo los rescatadores de una de las embarcaciones que se afanan en recoger a los náufragos estuvieron operativos en una de esas jornadas desde las 3 de la madrugada hasta las 11 de la noche, con una única hora de tregua. El resto del tiempo lo pasaron embarcados y transportando a los inmigrantes desde la mitad del océano hasta los puertos de las islas.
El que ahora acaba ha sido un mes negro: alrededor de 14.000 inmigrantes han llegado a Canarias en apenas 30 días, cifras comparables a las de crisis tan emblemáticas como la de 2020. La cifra representa la mitad de las llegadas de todo el año, que rondan las 28.000. El volumen de llegadas es enorme y, para comprender la magnitud de la crisis, solo hay que ver el desempeño de las salvamares y guardamares de Salvamento.
Una de las embarcaciones desplegadas en la zona, ha rescatado a 6.400 náufragos en apenas tres semanas. Como explican las fuentes consultadas, esas 6.400 personas estaban repartidas en 50 cayucos. La cuenta es sencilla: en cada salida al mar de los rescatadores, vuelven con una media de 128 personas a bordo, una cifra elevada, especialmente si tenemos en cuenta que las embarcaciones de rescate apenas rondan los 20 metros de eslora.
El desgaste pesa entre los embarcados, que encadenan jornadas maratonianas con apenas descanso entre aviso y aviso. El malestar entre los rescatadores ha ido in crescendo conforme avanzaba el mes, y a estas alturas reclaman más medios y mejores condiciones, especialmente cuando observan cómo cada vez que hay una oleada migratoria, les ocurre lo mismo.
«Las tripulaciones están ante una situación que las lleva al límite en cada turno de guardia. Jornadas interminables de 24 horas durante 7 días en el caso de las salvamares, o 30 en el de guardamares, en las que constantemente se producen las activaciones para realizar rescates de embarcaciones precarias», denuncian desde el sindicato CGT Mar y Puertos. Fuentes oficiales de Salvamento, en cambio, detallan en respuesta que «cuando la jornada laboral es superior a causa de una emergencia, a continuación, los trabajadores son compensados con descanso por ese exceso de jornada».
De igual modo, el sindicato subraya que tampoco hay medios suficientes en cuanto a embarcaciones disponibles. Desde CGT indican que únicamente 9 embarcaciones están destinadas al servicio de rescates de inmigrantes en las zonas afectadas por la emergencia. Fuentes oficiales de la entidad, que depende del Ministerio de Transportes, defienden que hay 15 recursos dedicados a estas labores y destacan que se cuenta «con un dispositivo proporcionado y eficaz para hacer frente a las emergencias que se están produciendo».
En las horas de descanso, las fuentes sindicales consultadas también revelan que algunos equipos no disponen de una zona de descanso con un baño habilitado. «A la falta de tripulantes y exceso de jornadas, se suma la falta de servicios básicos, tales como carencia de aseos en las bases». Desde CGT advierten que no existen en las bases de Arguineguín (Gran Canaria), Playa San Juan (Tenerife) y La Restinga (El Hierro), tres de los puertos con más trasiego de inmigrantes.
Por ello, como denuncian, las tripulaciones «se ven obligadas a hacer uso de aseos de locales de hostelería o supermercados cercanos o, como en el caso de La Restinga, utilizar las instalaciones cedidas por la cofradía de pescadores».