Quizás el mayor acierto de aquellos guerrilleros fue sin duda escuchar a quienes iban a ser el alma, el corazón y las manos del futuro EZLN. Aprender de ese pensamiento indígena que el finado Subcomandante Marcos personó en el Viejo Antonio.
El 17 de noviembre de 1983 llegaban a la selva Lacandona un puñado de jóvenes integrantes de las extintas Fuerzas de Liberación Nacional. Los caminos de la lucha, imprevisibles, les llevaron desde Monterrey a la profundidad de la selva chiapaneca. Eran pocos, pero con la firme decisión de luchar. Las derrotas pasadas dejaron intacto su ánimo.
Llegaron cargados de teorías, influídos de los grandes pensadores del socialismo y de complejos tratados políticos. En las lluviosas montañas invadidas de humedad y niebla, a menudo las teorías se convierten en papel mojado. Sin embargo, el pensamiento indígena, sencillo y resuelto había resistido quinientos años de invasión y despojo. La rebeldía diaria es el mejor tratado del que aprender. Por que para los pueblos indígenas, existir en esos días, era ya un acto de alegre rebeldía.
Quizás el mayor acierto de aquellos guerrilleros fue sin duda escuchar a quienes iban a ser el alma, el corazón y las manos del futuro EZLN. Aprender de ese pensamiento indígena que el finado Subcomandante Marcos personó en el Viejo Antonio.
El zapatismo tardaría años en presentar su rostro encapuchado al mundo. Fue en aquel inolvidable primero de enero de 1994 cuando los zapatistas sorprendieron al mundo con su imprevisible insurrección. Pero aquel alzamiento solo fue posible gracias a una década de preparación, de aprendizaje, de llenar el espíritu de deseos de Democracia, Libertad y Justicia.
Desde CGT queremos celebrar ese 17 de noviembre de 1983. Queremos celebrar la decisión que se tomó entonces: Organizarse. Esa palabra es como la caja de Pandora, desata tempestades. Organizarse es arriesgarse a sufrir represión y sufrimiento. Pero es también la clave para abrir veredas por donde circule la autonomía, la dignidad y la utopía.
Apostamos por una sociedad con muchos mundos creada en base a la permanente construcción de Autonomía personal y colectiva.Celebramos pues la organización, la que empieza en 1983, como saludamos el grito de ¡ya Basta! De 1994, que fue punto y aparte de su trabajo interno y nacimiento de su presencia exterior, y la que continúa a día de hoy apuntalando ese mundo nuevo que son los Caracoles Zapatistas. Invitamos a su vez a todas las personas de abajo a la izquierda a que celebren la organización de la mejor forma posible: poniéndola en práctica, a sus ritmos y modos y en cualquier geografía.
!Zapata Vive! !La lucha sigue!
!La Autonomía es vida! !La sumisión es la muerte!
!Libertad y dignidad para los pueblos originarios de México y el mundo!