La Confederació General del Treball ha denunciado ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Valencia tanto a la empresa Carrefour con centro en Paterna como al jefe de Servicios del hipermercado por atentar contra la integridad física y moral de un trabajador afiliado a la CGT. El empleado, que tiene una minusvalía física reconocida del 33% desde el año 2002 por ausencia congénita de dedos, recibió la orden de realizar una de sus tareas habituales, apilación de palets, en vez de con una máquina elevadora, «con la mano».
Una mañana del pasado mes de febrero, tal y como consta en el primero de los escritos remitidos por la Sección Sindical de CGT-Carrefour a la Dirección del la multinacional en Paterna y posteriormente a Inspección de Trabajo, «B.M. se encontraba realizando labores de recogida y apilación de palets con la carretilla elevadora». Mientras el trabajador llevaba a cabo esta función, el jefe de servicios se dirigió a él «recriminándole realizar esa labor con la máquina, diciéndole que así no se hacía». Sorprendido, B.M. preguntó «¿cómo?», a lo que el responsable respondió «con la mano» y realizó una demostración práctica apilando manualmente los palets al tiempo que alegaba «con la máquina se tarda mucho».
La actuación del jefe de servicios no sólo puso en peligro la integridad física de B.M., sino que es un claro abuso de poder y supone un menosprecio al respeto y consideración debida a todos los trabajadores y trabajadoras con minuvalía además de trato vejatorio, razones por las que podría ser constitutiva de una infracción penal.
A pesar de la gravedad de los hechos, de las reiteradas peticiones por parte de CGT para que Carrefour adoptara las medidas oportunas, y de la consecuencia que todo ello ha tenido en el trabajador afectado que se encuentra de baja a raíz de lo sucedido por «perturbación predominante de las emociones«, la Dirección ha permanecido pasiva.
Finalmente, el sindicato ha decidido denunciarlo ante la Inspección de Trabajo, instancia que se pronunciará en los próximos meses.
José Catalán, uno de los dos delegados de CGT que forman parte de un Comité de empresa integrado por un total de nueve miembros, señala que «todo esto es fruto de la política de presión que está desarrollando la empresa desde hace dos años. En un ambiente laboral en el que el respeto a los derechos de la plantilla se está perdiendo a marchas forzadas, las vejaciones de este tipo encuentran su caldo de cultivo«.
Asimismo, Catalán sostiene que «no es casualidad que el menosprecio vaya dirigido a empleados y empleadas con años de experiencia. Precisamente B.M. había presentado una demanda por derechos de antigüedad«.
En este sentido, la Confederació General del Treball advierte de la necesidad de luchar contra cualquier conducta que suponga un abuso de poder y una vejación para los y las trabajadoras.
Cabe destacar que la legislación existente protege frente a estas conductas. Como ejemplos de ello, la Confederació indica el Convenio Colectivo de Grandes Almacenes que establece que “todos los trabajadores tienen derecho a un entorno libre de conductas y comportamientos hostiles o intimidatorios hacia su persona que garantice su dignidad y su integridad física y moral” o el propio Estatuto de los Trabajadores que garantiza asimismo “el respeto de su intimidad y a la consideración debida a su dignidad comprendida la protección frente al acoso por razón de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual”.
La CGT llama a hacer valer nuestros derechos y a no dar un paso atrás.
Gabinete de Prensa CGT-PV