La Confederación General de Trabajadores (CGT) (sic) ha denunciado ante la Fiscalía Anticorrupción a los dos últimos consellers de Sanidad, Luis Rosado y Manuel Llombart, por los supuestos delitos de prevaricación, tráfico de influencias y malversación de caudales públicos. Según el escrito del sindicato, ambos “enchufaron” a Miguel Castellano, hermano del conseller de Gobernación, en la dirección del Hospital Arnau de Vilanova sin concurso ni convocatoria pública y a pesar de que no cumplía los requisitos necesarios para el puesto.
Siempre según el sindicato, la vida de Miguel Castellano en la administración valenciana ha sido fácil gracias a la ayuda de su hermano, ahora a punto de ser relevado como secretario general del PP de la Comunitat Valenciana. Funcionario de prisiones del estado, con plaza en Tarragona, Miguel fue rescatado por la Generalitat Valenciana en 1996, poco después de la llegada del PP al poder. Dejó su puesto de enfermero penitenciario en Catalunya para ser nombrado jefe de unidad de Inspección de Servicios de Drogodependencia de la Generalitat, una plaza de nueva creación.
Esa designación a dedo fue la primera de una larga lista. En 2007, Miguel Castellano ganó en concurso la plaza de jefe de sección de Estudios e Investigación de Drogodependencias, sin embargo, su nombramiento fue anulado. El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano lo revocó porque el concurso fue opaco: no fue publicado ni en el BOE estatal ni en el valenciano. «La publicidad es un requisito esencial del proceso de provisión de puestos de trabajo en el ámbito de la función pública, sin el cual la igualdad queda eliminada», establecía el fallo.
Frustrado su nuevo destino, Miguel Castellano fue colocado, siempre dentro de la Generalitat, en su plaza anterior, la que le había sido asignada discrecionalmente. Hasta 2011, cuando fue nombrado subdirector médico del Hospital General de Valencia por Sanidad, la conselleria entonces dirigida por Luis Rosado. En 2013, Miguel Castellano vuelve a ascender. Sanidad –ahora con Llombart al frente- lo eleva a director médico de Arnau de Vilanova, una decisión discutida incluso por el gerente del centro.
Según el sindicato, la irregularidad –ética, legal y organizativa- estaba consumada. “un Licenciado en Medicina y Cirugía, que no posee el título de médico del Sistema Nacional de Salud, que, al menos no consta que lo sea, dirige, es decir, manda, a los médicos de un gran hospital […]”, dice CGT en su denuncia.
“No hace falta mucha imaginación para saber cómo fue recibido por los médicos generalistas o especialistas […]: el hermano de un Conseller sin otro título que lo avale –presuntamente- más que la relación familiar”. El director médico del Arnau de Vilanova, paradójicamente, no ha superado el MIR, el sistema que selecciona y certifica la capacidad de los médicos en España.
Para el sindicato, el caso Miguel Castellano es un nuevo ejemplo de enchufismo y abuso de poder, en el fondo, bastante simple. “Para poder reunirse con su familia en (…) Valencia, trasladándose de su lugar de trabajo en Tarragona y, de paso, obtener mejores retribuciones, Miguel Castellano, se puso en contacto con su hermano Serafín y le pidió que hiciera “gestiones” para poder ocupar un puesto de trabajo en la Generalitat. Esto se consiguió dada la relevancia política de Serafín Castellano y las influencias que movilizó”. Anticorrupción tiene ahora la palabra en la denuncia, también dirigida contra los cargos que avalaron y firmaron los distintos nombramientos de Miguel Castellano.