CGT denuncia que la Dirección de la ONCE sanciona a los trabajadores y premia a directivos responsables de pérdidas

imagesLa Confederación General del Trabajo señala que la actual Dirección de la ONCE está acosando, amedrentando y sancionando a vendedores que, según los criterios económicos pactados con UTO-UGT y CCOO en el XV convenio colectivo, “no son rentables”

La mayoría de los trabajadores sancionados tienen una antigüedad significativa en la ONCE, son personas con grandes discapacidades y ciegos. «Qué casualidad», ironiza el sindicato, «que sean éstos los que tengan más dificultades para no sucumbir» a la cruel competencia potenciada por la empresa.

Cabe destacar que la ONCE se denomina como corporación de derecho público de carácter social, sin ánimo de lucro y “oficialmente” está tutelada por el estado.

Precisamente por dar trabajo a personas que, debido a sus discapacidades no podrían encontrar trabajo en otro sitio, se creó la ONCE y el Estado le otorgó en condiciones muy ventajosas (monopolio) la explotación de los sorteos de los cupones pro-ciegos, articulando a su vez subvenciones, exenciones y otros beneficios económicos y sociales para que la institución siguiera con su labor de integración en la sociedad de ciegos y discapacitados, por la mejor vía: el trabajo digno y una remuneración suficiente.

Así, CGT afirma que actualmente «esta corporación sin ánimo de lucro está dirigida por personas ciegas que adquirieron sus cargos vía “digital” sin mediar ninguna oposición ni concurso que certifique la valía y la idoneidad de dichas personas para ostentar esos cargos de máxima responsabilidad.

Además, «esto no es óbice para que esta casta de privilegiados enchufados cobren sueldos “estratosféricos”, dietas, primas y muchos etc. y son estos mismos directivos los que se permiten el lujo de decir que los trabajadores y trabajadoras no son rentables».

En este sentido, la organización anarcosindicalisra certifica el hecho de que «hay casos que son especialmente graves y plasman con claridad meridiana el cinismo, la desvergüenza y la falta de cualquier ápice de moral que pueden llegar a alcanzar estos directivos, casos como los de Rafael de Lorenzo y José Manuel Pichel, que sólo contando su gestión en el caso “Gescartera”, le costaron a la institución más de 540 millones de pesetas, y que, según el presidente de la ONCE en ese tiempo, quedaron fulminantemente destituidos»

CGT recuerda que estos personajes «no sólo no fueron realmente rentables, sino que ni mucho menos fueron sancionados despedidos». Al contrario, el «castigo» por esa pérdida millonaria fue el nombramiento del Sr. De Lorenzo como Secretario del Consejo General de la ONCE con un sueldo “acorde” a su altísimo cargo; el “castigo” al Sr. J.M. Pichel fue el de nombrarlo Director de la Escuela del perro guía y luego Delegado Territorial de la ONCE en la Comunidad Valenciana con salario y “pluses” que para sí quisieran los ministros.

Y es desde ese puesto de poder que se permite el lujo de sancionar a vendedores y vendedoras que, según su criterio “no son rentables a la Entidad».

Son trabajadores que tienen sueldos de 350 €/mes, 700€/mes o 999€/mes; trabajadores que echan más horas de trabajo para vender menos que hace unos años a raíz de la crisis estafa y porque la gestión que la ONCE está llevando a cabo con sus productos los hace cada día menos competitivos.

Trabajadores asimismo a los que la propia ONCE hace la competencia, pues ha habilitado un canal de venta directa por Internet y vende sus productos a través de estancos, gasolineras, quioscos de prensa, bares, Hipercor, etc.

Y es que «son los directivos que les exigen más rentabilidad y los sancionan si no alcanzan dicha rentabilidad, los mismos que no aprendieron con los fiascos de Gescartera, Tele 5, etc. También gracias a la gestión del Sr. Carballeda y su equipo, se han dilapidado más de mil millones de pesetas en preferentes de Caja Madrid y más de ocho millones de euros en la compra de acciones de Bankia».

Pero, todas las culpas de su nefasta gestión las pagan los trabajadores que cobran salarios de miseria y a los que imponen cada día peores condiciones de trabajo.

Desde CGT-ONCE se exige una ONCE más justa y solidaria tal como fue en el pasado y para ello «es indispensable denunciar las injusticias y atropellos que la actual dirección de la ONCE está perpetrando».

CGT-ONCE

4 de junio 2014