La Confederación General del Trabajo (CGT) se solidariza con todas aquellas personas y poblaciones afectadas por los numerosos incendios que se están produciendo de manera simultánea a lo largo del País Valenciano, del Estado Español y de todo el Mediterráneo en su conjunto. A su vez, CGT muestra apoyo a las bomberas forestales que, lejos de la imagen espectacularizada de los medios de comunicación que nos saca de la realidad, forman parte de un colectivo que a día de hoy lucha más que nunca para estabilizar y dignificar sus puestos de trabajo donde arriesgan sus vidas para combatir la capacidad destructiva del fuego.
Es por ello que, como parte de la clase obrera organizada, y aprovechando que estos incendios han puesto de manifiesto las carencias de personal en los operativos, el sindicato de Bomberos Forestales de la Generalitat Valenciana inscrito a CGT, exige a las instituciones – que gestionan esta actividad mediante la empresa pública instrumental: Sociedad Valenciana de Gestión Integral de los Servicios de Emergencias (SGISE) – una mejor conciliación laboral y familiar y una mejor operatividad de los servicios de extinción con un nuevo modelo operativo que contemple un tercer turno para cubrir todas las franjas horarias y unas unidades de refuerzo que estén activas todo el año.
No se pueden seguir combatiendo estos escenarios con turnos obsoletos y pseudo-guardias que no garanticen el correcto relevo de las unidades intervinientes, ni con unidades que solo trabajan 6 meses a año.
Por otro lado, los coeficientes reductores de la edad de jubilación son otra cuestión que hay que tener en cuenta a la hora de establecer un nuevo modelo operativo, puesto que un bombero se jubila en los 67 años, y no a los 59 como lo hacen las trabajadoras de profesiones con peligrosidad, toxicidad o insalubridad. Hay que recordar en este sentido la muerte del compañero Daniel Muñoz Varas, de 62 años, en la extinción del incendio de Losacio (Zamora) víctima de la negligente y criminal gestión de los varios gobiernos.
Además, muchos Bomberos y Bomberas Forestales que hoy se dejan la piel contra el fuego, trabajan bajo un contrato de obra, por lo cual tienen que volver a luchar por una plaza que ya tenían adjudicada por incompetencia de pasadas y presentes administraciones gestoras del servicio; hecho que se ha venido denunciando desde hace tiempo desde Bomberos Forestales en Fraude de Ley.
Y es que, los Bomberos Forestales, en el actual contexto de crisis climática y de colapso de los ecosistemas con escenarios cada vez más extremos como los derivados de las elevadas temperaturas – con olas de calor más frecuentes y calurosas y sequía y carencia de agua – e incendios de sexta generación, son más necesarios que nunca.
Necesarios, como todas aquellas personas y trabajadoras que aprecian y cuidan los bosques. Porque es necesario que nuestras montañas vuelvan a ser habitadas – su abandono, entre otros, genera grandes acumulaciones de combustible sin discontinuidad – y que el mundo rural vuelva a ser un modelo de vida que favorezca la sostenibilidad de los ecosistemas naturales y sociales. Porque, sin miedo a las ruinas renaceremos de las cenizas.