El 11 de febrero se cumplió un año de la salida a Bolsa de la red pública de aeropuertos de interés general, Aena, SA. Un año después se ha revalorizado en Bolsa más de un 78%, mientras el IBEX 35, índice del cual forma parte, tras rozar los 12000 puntos en abril, ha perdido prácticamente un 40% (11866 a 13 de abril de 2015, 8143 a 10 de febrero de 2016).
La operación financiera de la privatización, así como la elección de los inversores, ha sido pilotada desde el comienzo por una entidad inmiscuida en múltiples escándalos, el más reciente el de salida a bolsa de Bankia, que está ya en los juzgados. La valoración de Aena, que comenzó esta operación en los 19.000 millones (33.000 en la encargada por el Gobierno anterior), fue disminuyendo según pasaba el tiempo hasta quedarse en menos de la mitad. La auditoría de la confort letter tuvo que ser repetida por una nueva entidad, pues la primera que la realizó tiene diligencias abiertas por el ICAC (Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas) por los trabajos realizados para Aena y sociedades dependientes correspondientes a los ejercicios 2011, 2012, 2013 y 2014, según recoge el propio folleto.
Tras la experiencia de un año hemos comprobado de forma palpable el expolio social que significa la privatización de Aena, por un precio ridículo, menos de la mitad de las inversiones realizadas en el último decenio, y en cuyo accionariado han entrado básicamente fondos “buitre” radicados en paraísos fiscales. Los beneficios de quienes han especulado en Bolsa con esta operación han sido espectaculares, en la misma medida que se ha privado a la ciudadanía de los mismos.
Aena mueve cerca del 10% del PIB español, y una tasa algo superior supone en cuanto a número de empleos generados. Los vaivenes y la incertidumbre de este nuevo modelo monopolístico, que cede gestión y propiedad, han alertado igualmente a las Comunidades Autónomas, que temen el cierre de los aeropuertos menos rentables de la red para los nuevos accionistas, o que deban asumir sus costes de explotación vía impuestos ciudadanos. Esta posibilidad ya se contempla en la legislación que propició la salida a bolsa del operador, primero del mundo por número de pasajeros.
El PP se encontró solo en lo que supone otro fraude social de este Gobierno en funciones, debilitado por los escándalos y al que le quedan los días contados. Una soledad que no se circunscribió solamente al arco parlamentario, pues ningún otro partido apoyó la privatización, sino también en el ámbito económico del sector, pues un modelo de monopolio privado de toda la red aeroportuaria no gusta ni a patronales hoteleras, tour operadores, compañías aéreas, asociaciones de consumidores, handling, etc, y ya estamos inmersos en otra guerra de tasas por la necesidad de compensar a estos fondos “buitre” con los altos porcentajes de capitales de retorno exigidos, y que se sustanciará en el fuerte dividendo anunciado para este 2016.
CGT se dirige hoy a diferentes parlamentarios en el congreso de los Diputados, proque entendemos que en este nuevo período que comienza se debe dar respuesta a la ciudadanía a las preguntas que dejó abiertas el anterior;
¿a qué se ha destinado el dinero recaudado por la venta de Aena?
¿Cuánto tiempo se habría tardado en recaudar ese dinero con los beneficios que actualmente se embolsan los fondos buitres propietarios?
¿Dónde quedó el núcleo duro y estable formado por empresas españolas del que hablaba la ministra Ana Pastor?
¿Por qué no ejercieron su derecho de compra los grupos inversores españoles mientras si lo hizo TCI Luxemburgo?
Debería preocuparnos que nombres como Lazard, o Willis, relacionados con el ERE y la salida a bolsa de AENA, también estén relacionados con las esperpénticas salidas a bolsa del Grupo Vocento y de Bankia.
La libertad no existe, no traspasa el plano teórico, sin una sociedad vertebrada que tenga oportunidades reales y concretas de ejercerla. La red pública de aeropuertos de interés general queda definida precisamente para esa función, ser del interés general de la ciudadanía y los territorios donde habita.
CGT solicita que se abran los cauces para dar cumplida respuesta a las preguntas que quedaron en el aire con el expolio social y ciudadano que hoy cumple un año.
CGT reclama que la red pública de aeropuertos de interés general (Aena) permanezca en manos públicas como un bien inalienable de la ciudadanía, y lo hagáis de forma pública para conocimiento de futuros inversores y de los que ya se han lucrado y están en el accionariado actual.