La Conselleria de educación ha anunciado que de forma experimental se implantará el estudio de la religión musulmana en algunos colegios de la Comunidad Valenciana el próximo curso 2018-2019.
La noticia ha causado revuelo por ambas partes, por la parte de la comunidad musulmana ha sido recibida con alegría porque podrá seguir adoctrinando a sus fieles y esta vez en dos contextos distintos; en la escuela pública y en sus mezquitas y además dar empleo a los docentes de la religión islámica pagados por todos y todas. Por parte de los que piensan que el catolicismo es la única religión con potestad para ser estudiada en el Estado español la noticia no habrá sido tan bien recibida, ahora se han de repartir ese pastel que tenían tan bien distribuido en sedes y centros públicos y el sueldo de los docentes elegidos a dedo por el obispado y que también pagamos todos y todas se va a tener que compartir con los colegas de profesión, aunque no de religión.
No dudamos de que esta medida se toma como una intención progresista por parte del Conseller Marzà, pero hay que tener en cuenta que de este modo se corre el peligro de tener en contra en un futuro tanto al católico como al musulmán si es que se quiere luchar por una escuela laica. Este progresismo aparente conlleva la instauración de la enseñanza no laica y la multiplicación de la aparición de las religiones en la escuela. La medida tendría que ir encaminada a la desaparición de la religión de la enseñanza pública, no incentivarla dado que es inaceptable desde las propias premisas en las que se basa la educación.
CGT opina que no se trata de rescatar una ley que estaba aprobada desde 1992 por el gobierno de Felipe González para contentar a la comunidad musulmana, sino de repensar una ley que probablemente no tiene sentido para otra gran parte de la población. Es de libre elección creer o no creer en Buda, Alá, Dios Todopoderoso o Zeus, faltaría más, pero en el ámbito privado de las familias o sus sedes de culto es en donde se ha de estudiar, no desde la escuela pública que reclamamos como laica.
Desde CGT pensamos que con este tipo de medidas se está intentando normalizar la propagación de creencias privadas y dogmas religiosos que nada tienen que ver con la formación de ciudadanos críticos; en la escuela se enseña, se instruye en materias sometidas al análisis y el pensamiento crítico, científicas y contrastables, no basadas en creencias o intereses particulares. La formación educativa en sociedades democráticas es y debe ser totalmente ajena a credos. Si la escuela es pública no tiene porqué abandonar los derechos de todos y todas por los intereses y privilegios de unos pocos.
¡Desde CGT reclamamos una escuela plural, laica, gratuita, de calidad y pública que defienda los intereses de todos y todas!
CGT Enseñanza Valencia