La carrera nuclear armamentística que la España de Franco ideó, está llena de oscuros y dramáticos episodios. Uno de los más desgarradores es el de la fábrica de uranio de Andújar.
La fábrica de uranio de Andújar fue inaugurada por Franco en 1960, uno de los grandes secretos de la desconocida carrera nuclear española. Decenas de trabajadores perdieron la vida a muy temprana edad victimas del cáncer
Introducción
EN 1983, la antigua Junta de Energía Nuclear, organismo que supervisaba desde su creación el desarrollo de la energía nuclear en España, se convirtió en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).
Accidentes Nucleares
El CIEMAT, antigua JEN, ha sufrido 2 accidentes con vertidos al exterior, en 1970 y 1984. El primero de ellos fue calificado, 15 años después, como uno de los más graves ocurridos en Europa occidental. Las medidas de seguridad con que cuenta la JEN no impidieron que en 1970, por un doble fallo humano, se vertieran 300 litros de líquido radiactivo al alcantarillado. El accidente se produjo el 7 de noviembre de 1970 y se mantuvo en secreto hasta 1971, en que gracias a filtraciones a la prensa, la JEN hizo pública una nota en la que afirmaba que «sólo habian escapado 40 litros y que se habia preferido no alarmar innecesariamente a la población». Un catedrático que desempeñó cargos de responsabildiad en la JEN resaltó su frustración porque no hubo seguimiento científico: «La contaminación fue comparable a la que se produjo en la República Federal de Alemania y el norte de Italia a raíz de Chernóbil.«(El País, 3 Feb, 1987)
La Junta volvió a sufrir un accidente el mes de marzo de 1984, cuando se vertieron al alcantrillado 450 litros de agua contaminada con residuos radiactivos y nuevamente pasaron dos meses hasta que se informó a la opinión pública. En esta ocasión sin emabrgo la contaminación revistió mucha menor gravedad.
Las instalaciones del JEN albergan más de 132 toneladas de residuos radiactivos y tóxicos. En un radio de 3 km se encuentran barrios tan populosos como Peñagrande, El Pilar, Cuatro Caminos o Argüelles, así como la sede de la Presidencia de Gobierno. Enresa se niega a aceptar por el momento dichos desechos. Su cementerio nuclear de El Cabril (Córdoba) está preparado sólo para residuos de baja radiactividad, mientras que los almacenados en Ciemat son de alta radiactivdad.
También cuenta con instalaciones altamente contaminadas que no se pueden desmantelar. Un experto en seguridad del JEN explica que sería necesario realizar un estudio preliminar y que la única forma de desmontarlo sería con robots, sin embargo no existe aún experiencia suficiente. Las dosis de radiación serían pequeñas pero afectarían en este caso a una enorme masa de población con lo que ello supone de aumento de cáncer.
(El País, 3 Feb, 1987)
Riesgos Laborales
El convenio colectivo del centro que se empezó a negociar a comienzos de 1987 fue muy trabajoso. Los representantes sindicales reclamaban de la parte empresarial que se reconociera como personal profesionalmente expuesto a las radiaciones ionizantes a muchos más operarios de los 401 que la dirección admitía. Los representantes de la empresa rechazaron la petición. El comité entonces reaccionó distribuyendo entre los trabajadores una encuesta en la que se les requería opinión y datos sobre la seguridad del centro:
El 96% de los 200 trabajadores que contestaron al cuestionario manifestaba que cuando intgresó en el CIEMAT no fue informado sobre los riesgos que su puesto de trabajo comportaba para la salud.
El 94% decía que no fue informado sobre los efectos que producen las radiaciones ionizantes en el organismo.
El 90,5% manifestaba que no se le había informado sobre la dosimetría individual y colectiva ni tampoco sobre su correcta utilización.
EL 89% no había sido informado de las señalizaciones de zonas, materiales e instalaciones radiactivas y nucleares. EL 80% no conocía las precauciones que se debían tomar en presencia de cualquier material e instalación radiactiva o nuclear.
EL 88,5% no había sido informado sobre las actuaciones que debería desarrollar en caso de presenciar cualquier accidente o incidente con materiales o en instalaciones radiactivas y nucleares.
El 65,5% conocía y citaba materiales, fuentes o instalaciones radiactivas indebidamente ubicadas, protegidas o señalizadas.
El 59,5% conocía y citaba instalaciones que habían funcionado o funcionaban sin cumplir los requisitos legales o en condiciones peligrosas.
Un 25% de los trabajadores ha vivido situaciones laborales peligrosas o anómalas. (Cambio 16, 9 ene 1989)
Los empleados relataron más de un centenar de irregularidades relacionadas con su trabajo o las instalaciones del centro, ocurridas a lo largo de su vida natural.
Por otra parte, durante la década de los 80, se realizaron una docena de denuncias por contaminación como la aparición de piezas de uranio en almacenes y talleres mecánicos o materiales de tritio y C-14 confundidos con basura, así como la contaminación de trabajadores con material radiactivo. (Cambio 16, 9 ene 1989, El país, 11 mayo 1990).
De la lista de personal se desprendía que solamente tres supervisores tenían la licencia preceptiva para realizar su trabajo, mientras que 26 no la tenían y 4 la tenían en tramitación. El recuento de operadores no es menos alarmante, 4 tienen licencia, 48 no la tienen y 30 está en tramitación. (Cambio 16, 9 ene 1989; EL mundo, 2 de mayo 1990) Más adelante, se interpuso una querella criminal contra el centro, debido a que chicas de 14 años limpiaron el reactor durante 20 años protegidas sólo con una bata y guantes. (El mundo, 1 may 1990)
El CSN investigó presuntas irregularidades en las condiciones de seguridad laboral del CIEMAT, denunciadas por los trabajadores de la entidad a través de la encuesta. La encuesta del comité de empresa, que contestaron 200 trabajadores, detallaba además una lista de 42 personas fallecidas durante los 10 últimos años a quienes se les diagnosticó un cáncer. Los fallecidos podrían haber tenido contacto con material radiactivo. (El país, 10 jun 1988)
Sin embargo, según Miguel Yuste, el secretario general del comité de empresa, el informe tecnificado se hizo esperar. Al parecer, se pidió al propio CIEMAT que desglose algunos datos del estudio epidemiológico. No será esta la primera vez que el CIEMAT se constituya en juez y parte de un conflicto. (Cambio 16, 9 ene 1989)
Además, en 1987 el comité de empresa comunicó por escrito al entonces presidente del CSN, que los servicios médicos del CIEMAT se niegan a entregar a los trabajadores sus protocolos médicos, incumpliendo el Reglamento sobre protección sanitaria contra radiaciones ionizantes. (Cambio 16, 9 ene 1989, El mundo 2 may 1990)
Polémica interna:
Los resultados que arrojó la encuensta en la que se detectaron los 41 muertos de cáncer y las graves deficencias de funcionamiento del centro hicieron que se produjeran las disensiones internas en el comité de empra, que entonces erstaba constituído por seis representantes de UGT, 5 de CCOO, 5 de CNT (entre ellos M. Yuste) y un no afiliado.
«Cuando vieron los resultados, CCOO y UGT quisieron pactar subidas salariales u no hacer pública esta información, que según ellos podía provocar el cierre del centro» afirma Yuste. «los ataques contra nosotros fueron tan fuertes que los de CNT abandonamos el comité y hemos seguido con nuestra denuncia desde fuera.» Hemos entregado el informe en presidencia de gobierno, en el ministerio de industria y en el CSN. Nadie se ha dignado a decir nada pero nadie ha desmentido nada.(Cambio 16, 9 ene 1989; El País, 10 jun, 1988)
EL CIEMAT ha presionado en varias ocasiones a los trabajadores para que silencien los riesgos del exceso de radiaciones del centro. El CIEMAT trató de impedir la realización de una encuesta entre los trabajadores sobre los riesgos del mismo, bajo amenaza de «responsabilidades jurídicas» para los empleados. Paralizó el convenio colectivo de 1987, que pedía seguridad y protección a los operarios y obstaculizó la entrega de los informes médicos de contaminación a los trabajadores. (El mundo, 4 may 1990)
La directora de Personal advertía que las contestaciones que se aportasen podrían llevar implícitas responsabilidades jurídicas. El comité de empresa tuvo que realizar diez asambleas en dos días para asegurar a los trabajadores que estaban en el derecho de rellenar la encuesta. De 600 formularios, se cumplimentaron 200. (Cambio 16, 9 ene 1989)
En ese mismo mes de mayo de 1987, los trabajadores solicitaron el protocolo médico: un informe donde tienen que constar análisis y resultados de contaminación del personal del centro. Los servicios médicos comunicaron a los trabajadores que tenían orden de la dirección de no entregar directamente los informes. Las peticiones habían de realizarse primeramente en el registro de Dirección General. Sin embargo, el reglamento sobre protección sanitaria contra la radiación ionizante, especifica que los protocolos deben ser elaborados ya disposición de los empleados. (El País, 10 jun, 1988; El mundo, 4 may 1990)
Convenio colectivo paralizado un año: Durante casi un año, el convenio colectivo estuvo paralizado, «porque la empresa se negaba a aceptar nuestras pretensiones sociales de información sobre los riesgos, mayor seguridad y protección», denuncian los trabajadores. (El mundo, 4 may 1990)
El Director general del CIEMAT, manifestó en una reunión con el comité de empresa que la actitud de los trabajadores «es una movilización con los verdes que pretenden cerrar el centro». Los trabajadores han denunciado la actitud del director que «dio orden a una doctora para que realizase un chequeo médico a un trabajador que estaba en huelga de hambre ante el bloqueo del convenio colectivo. Les habían dicho que dictaminasen la enfermedad mental del trabajador para expulsarlo, a lo que se negaron los médicos».
Miguel Yuste fue despedido después de denunciar en repetidas ocasiones las irregularidades que comete la empresa en cuestión de seguridad con el tratamiento de residuos altamente tóxicos. El centro despidió a Miguel Yuste 6 días antes de las elecciones sindicales para evitar que pudiese ser elegido como representante de los trabajadores. A pesar de ellos este trabajador que encabezaba la lista de la CGT, ganó su candidatura y fue elegido secretario general de la organización. El ciemat solicitó al CSN que le facilitase las comunicaciones recibidas del sindicato CGT, al que pertenece Yuste. El CSN aportó la documentación, desconociendo que iba a ser utilizada para despedir aun trabajador. El CIEMAT basó el despido de Yuste en una «auténtica campaña de desprestigio». ( El Mundo, 14 dic 1990;Punto final, 17 ene 1991).
En 1990, el CIEMAT aún carecía de un inventario de materiales radiactivos tóxicos y peligrosos. (El mundo, 7 mayo 1990) La obligatoriedad de disponer de este inventario está recogida en el reglamento de protección sanitaria contra radiaciones ionizantes de octubre 1982. A pesar de las reiteradas peticiones de los trabajadores, tardó hasta la déczada del 2000 en presentarse, pero no sin irregularidades, como explicamos más adelante.
Por otra parte, además de las presiones del centro contra los trabajadores que quieran poner los puntos sobre las íes, en el Rojo y Negro de abril de 1991, se afirma que una redactora de TVE informó de la orden dada desde arriba sobre la prohibición de cualquier información que tuviese que ver con la situación denunciada por los trabajadores del CIEMAT y con el proceso judicial.
Salud
Un grupo de trabajadores culpó al CIEMAT de ocultar el exceso de radiación. Las radiaciones, que han llegado a superar en 15 veces los niveles máximos permitidos, han causado la muerte de cerca de 50 trabajadores por cáncer (El Mundo, 18 diciembre 1991)
En septiembre de 1969, el doctor técnico de los servicios médicos del CIEMAT, realizó un estudio de contaminación interna. Los 73 trabajadores examinados estaban contaminados y 19 de ellos superaban las cargas máximas ermitidas, algunas hasta en 15 veces. (El País, 11 mayo 1990). Un estudio epidemiológico sobre los trabajadores revela que el nº de muertes causadas por cáncer es superior en un 29% a la media de la población española. (El país, 12 mayo, 1990). Además, al menos 51 trabajadores de los 1500 de la plantilla del CIEMAT tienen un hijo deficiente. (El mundo, 1 mayo 1990).
Los trabajadores han confirmado que, desde 1969 hasta 1984, la empresa conocía el exceso de radiaciones que sufría el personal. En 1984 una inspección el CSN descubrió contaminación por radiactividad no sólo en los edificios sino también en el medio ambiente, aceras, lámparas fluorescentes e incluso en el subsuelo de algunos edificios. (Diario Jaen, 9 octubre 2000, Diario 16, 3 mayo 2001)
Los trabajadores están a la espera de los resultados de un estudio epidemiológico que iba a analizar la relación trena las dosis de radiactividad y las consecuencias en la salud. El estudio empezó a realizarse en 1984, 6 años después, aún se desconocían los resultados. Actualmente, algunas noticias de prensa lo sitúan entre un 7% y un 12% sin embargo aún no se ha realizado ningún estudio epidemiológico riguroso.
Desde el sindicato CNT y posteriormente CGT se han denunciado en varias ocasiones casos de contaminación:
En 1990, la CNT(CGT) denunción que un grupo de empleados había recibido altas dosis de radiactividad y que cuando pidieron los resultados de los análisis, la responsable se negó a firmarlos.
Dos expertos en radiaciones ionizantes, Rosalie Bertell y Nicholas Barnaby, juraron ayer sus cargos como peritos de la parte demandante en la querella criminal contra los directivos del CIEMAT por la muerte de 42 trabajadores a causa de cáncer en los últimos 10 años.En su primer informe recalcan la estrecha relación entre el cáncer y la exposición a radiaciones. (El país, 1 feb 1991).
El CIEMAT no cambió de puesto a un empleado enfermo por la radiación que luego lo mató. Rosalie Bertell, eminencia en el estudio de las radiaciones, afirmó que el CIEMAT conocía desde 1981 que uno de sus trabajadores, que moriría 7 años después, estaba enfermo or las raiaciones pero no se le relevó de su puesto.. Este centro tenía datos de que Vicente Díaz Maroto estaba muy enfermo en 1981 pero la dirección del centro no le retiró de su puesto ni le informó de la gravedad de su caso. Díaz Maroto fue dado de baja en el año 86, y 2 años más tarde falleció a consecuencia de una leucemia, que precisamente había sido originada por su puesto de trabajo. Sin embargo el CIEMAT se negó a reconocer este hecho. La doctora Bertell sostiene que podría haberse recuperado si se hubiera relevado de su puesto en el momento en que el informe médico manifestaba que algo ocurría, en 1981 (El mundo, 3 feb 1991). Finalmente, el juez reconoció la muerte del trabajador debido a una enfermedad provocada por su puesto de trabajo. (EL mundo, 7 abril 1991).
Es llamativo, por otro lado, que hasta mayo de 1991, el CSN no reconoció que las radiaciones pueden causar muertes por cáncer (WEl Mundo, 9 de mayo de 1991).
Respecto a los alrededores del CIEMAT, se encuentra a un centenar de metros de la Ciudad Universitaria, y de barrios altamente poblados. En varias ocasiones se ha encontrado radiactividad en el área circundante del CIEMAT: en vegetación, en calles, edificios del campusetc (El mundo, 19 sept 1998; Diario 16, 2 marzo 1998; Diario 16, 2 de marzo de 1999, Diario 16, 4 de marzo 1999; Diario 16 15 feb 2000; Diario 16, 3 de mayo 2001). Incluso el Seprona denunció la radiactividad en la sede del CIEMAT (El mundo, 8 abril 1999).
Por último, según estudios realizados por las asociaciones de vecinos, el número de personas enfermas de cáncer sextuplica en los últimos años la media española. Sin emabrgo, debido a medios y principalmente a no ser un estudio realizado por un organismo reconocido, es necesario un estudio oficial. Desde hace más de una década se solicita a las autoridades sanitarias la realización de un estudio epidemiológico en la zona a fin de comprobar si estos datos son o no verídicos, pero ese estudio no llega. (EL país, 6 julio 2003
Plan hispano-fancés de colaboración nuclear con fines militares durante las décadas de los 60 y 70.
Según El Mundo (Crónica, 10 junio 2001), En 1963, el entonces director de la JEN, encargó un estudio sobre las posibilidades reales que tenía España de contruir una bomba atómica sin alertar a la comunidad internacional. Los primeros resultados fallaron, al desconocer los detalles técnicos para la fabricación así como por carecer del plutonio necesario. Tres años más tarde, el accidente de un avión norteamericano en la localidad almeriense de Palomares, perdiendo cuatro bombas de hidrógeno, dio un nuevo impulso al proyecto.
En el universo geopolítico de la época, poseer la capacidad técnica para fabricar la bomba, significaba detentar un estatus especial.Y Franco lo sabía, por lo que los sucesivos gobiernos se negaron a firmar el Tratado de Proliferación Nuclear (TNP) que obliga a los países signatarios a renunciar indefinidamente a las aplicaciones militares de la energía nuclear. El primer documento oficial donde se reconoce la capacidad española para fabricar la bomba atómica data de 1967, y se trata de una circular interna del Ministerio de Asuntos Exteriores a varias de sus embajadas en el extranjero.
Al año siguiente, se instala en la sede de la JEN, el primer reactor rápido nuclear español con capacidad para trabajar con plutonio de grado militar. Los primeros gramos de plutonio, los únicos en el mundo que no fueron fiscalizados por la OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica, encargada de velar por la no proliferación), vieron la luz 12 meses más tarde, en 1969, en el más absoluto de los secretos. Ya en la década de los 70, la carrera española en busca de «la madre de todas las bombas» se disparó definitivamente. En 1971, el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN), elaboró un informe confidencial en el que señalaba en sus conclusiones que «España podía poner en marcha con éxito la opción nuclear militar». Según este estudio, nuestro país podía dotarse rápidamente su propio armamento nuclear utilizando las instalaciones de las que ya disponía. Se subraya la importancia de la central de Vandellós como fuente de plutonio militar. Por último, el estudio indicaba la posibilidad de realizar la primera prueba nuclear en el desierto del Sáhara, con un coste aproximado de 8.700 millones de pesetas de entonces. Se daba la particularidad de que la central de Vandellós I, la misma que sufrió un accidente en 1989, era de tecnología francesa y utilizaba uranio natural. Además, sus residuos eran ideales para ser reprocesados y obtener más combustible. En aquella época Francia, como potencia atómica, no permitía a la OIEA inspeccionar sus instalaciones nucleares. La central se inauguró después de un acuerdo de colaboración firmado entre Carrero Blanco y su admirado general De Gaulle.José María de Areilza, entonces embajador español en París, fue el encargado de negociar los términos de la cesión del uso de la central a espaldas siempre del amigo americano.
Pero los que creían que la muerte del dictador iba a suponer un cambio significativo de la postura pronuclear española se equivocaron. Las presiones norteamericanas, ya con James Carter como presidente para que España firmara el TNP continuaron.Sin embargo, en 1976, el ministro de Asuntos Exteriores hispano, José María de Areilza, volvió a reconocer que nuestro país estaría en condiciones de fabricar la bomba «en siete u ocho años si nos pusiéramos a ello. No queremos ser los últimos en la lista».
Las dudas se hicieron mucho más intensas cuando en 1977 se conoció públicamente el alcance tecnológico de las instalaciones nucleares previstas para el llamado Centro de Investigación Nuclear de Soria (CINSO), en la localidad de Cuba de la Solana. «El proyecto se aprobó 45 días después de la muerte de Franco en un Consejo de Ministros presidido por Arias Navarro. Los investigadores norteamericanos se asustaron al averiguar que en la planta piloto ideada para convertir el uranio en plutonio se podían hacer 140 kilos al año. El entonces ministro de Defensa, Agustín Rodríguez Sahagún, fue uno de los grandes impulsores de este plan gracias a las simpatías que gozaba por parte de altos mandos militares formados desde los años 50 para este fin», asegura Ladislao Martínez, portavoz de Ecologistas en Acción.
Pero Jimmy Carter no estaba dispuesto a que un nuevo país se sumara a la carrera armamentística que él trataba de frenar.Por eso, en sus cuatro años de mandato (1976-1980) emprendió una auténtica campaña contra los estados que no habían suscrito el TNP. Además, Estados Unidos estaba obsesionado con que la OIEA inspeccionara las instalaciones sospechosas españolas: en caso de impedir esta inspección, EEUU congelaría las exportaciones de uranio enriquecido a nuestro país, lo que supondría el parón industrial de las centrales nucleares civiles que ya funcionaban.
Finalmente, el 1 de abril de 1981, España acabó aceptando las condiciones impuestas por los norteamericanos y firmó un acuerdo de salvaguardias con la OIEA para someter estas instalaciones a verificación constante. Curiosamente, esta decisión fue adoptada el 23 de febrero anterior, el mismo día de la intentona golpista del teniente coronel Tejero. Esta decisión supuso la última oportunidad española por dotarse con armamento nuclear propio. La firma del TNP en 1987 por parte del Gobierno de Felipe González, se considera algo ya puramente simbólico. (El mundo/Crónica, 10 junio 2001)
Protestas Vecinales:
Desde la década de los 80, se vienen sucediendo numerosas protestas vecinales debido a la existencia del CIEMAT, en un área tan poblada. (El País, 30 de mayo 1986; El país, 3 feb, 1987; El País, 4 feb 1987, etc Tambien los rectores de las universidades presentes en el área de Ciudad Universitaria, solicitaron el cierre de esta central (El mundo, 2 feb 2000).
Tras las presiones vecinales, las continuas denuncias de fugas radiactivas, la movilización de los trabajadores, el CIEMAT decide desmantelar sus edificios nucleares (El mundo, 23 oct 1999; El país23 oct 1999). El problema, sin embargo, se da ahora en el cómo. El desmantelamiento es también una operación delicada, que se debe hacer correctamente, por el enorme riesgo que conllevan para la salud de la población residente en los barrios de la zona. Sin embargo, debido a la historia anterior del CIEMAT, ni los vecinos ni los trabajadores saben exactamente a qué se refieren con “desmantelar” (Diario 16, 23 de octubre 1999).
Parece que estos temores no eran infundados, ya que una vez más el CIEMAT comenzó sus obras sin la debida licencia de Urbanismo (El País, 5 diciembre 2001).
El 9 de febrero de 2006, durante las tareas de desmantelamiento y descontaminación de parte de las instalaciones nucleares y radiactivas del Centro, incluidas en el Plan Integral para la Mejora de sus Instalaciones (PIMIC), se descubrieron trazas de plutonio-239, americio-241 y radio- 226. Desde que se comenzara el PIMIC, la Coordinadora de Colectivos Afectados por las obras (CCAPIMIC) ha denunciado irregularidades en las actuaciones que recoge el propio Plan. Según Miguel Yuste, “en el CIEMAT viene siendo habitual el descubrimiento, más o menos fortuito, de zonas contaminadas radiactivamente en lugares no señalizados, sin ninguna prohibición ni condición especial de paso, permanencia o utilización”. Entre las irregularidades encontradas, el colectivo recurrió a la vía judicial para denunciar que la Dirección de Seguridad y PIMIC del CIEMAT y el CSN habían rebajado el inventario radiológico del PIMIC, lo que conlleva una disminución de las medidas de seguridad. Está en duda la seguridad con que se está efectuando este plan porque no existe un inventario riguroso de cuáles son los grados de contaminación. Greenpeace ha precisado que entre los datos falseados llegan a estar dos órdenes de magnitud por debajo de los reales. (26/04/2006. Número 29 Diagonal)
En Marzo del 2014, Miguel Yuste (CNT-CGT) participo en el conocido programa de televisión Cuarto Milenio denunciando el oscurantismo de la fábrica de uranio de Andújar.
www.cuatro.com/cuarto-milenio/programas/temporada-09/t09xp28/Miguel-Yuste-ocurria-fabrica-cielo_2_1764030038.html
Bibliografía:
Dossier El Ciemat. La Historia Publicada. publicado por La Coordinadora Salvemos la Dehesa de la Villa.
Más información:
Coordinadora SDV: http://www.sannicolas-dehesa.es/?page_id=25
La Desnuclearización del Ciemat Vuelve a desatar polémicas. Periódico Diagonal.
Coordinadora de Colectivos Afectados por el PIMIC: http://nodo50.org/estudiantesdeizquierdas/article.php3?id_article=123
¿Agua Depurada o Agua envenenada? Nota de prensa de CGT