Los riesgos psicosociales son aquellos derivados de los aspectos del diseño del puesto de trabajo y de la organización de las tareas a realizar. Se producen cuando las exigencias del trabajo no se adaptan a las necesidades, capacidades o expectativas del trabajador o trabajadora, dando lugar a estrés debido a la percepción que tiene la persona de incapacidad de adaptación a su puesto de trabajo.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo para los riesgos psicosociales?
- Tiempo de trabajo: se tiene en cuenta si se trabaja en fines de semana, festivos, tiempo de descanso y conciliación de la vida familiar y laboral.
- Autonomía: distribución de las pausas, ritmo de trabajo, distribución de las tareas, cantidad del trabajo, posibilidad de pausas no reglamentarias, resolución de incidencias.
- Carga de trabajo: presiones de tiempos, esfuerzos de atención, cantidad y dificultad de la tarea.
- Demandas psicológicas: exigencias cognitivas y emocionales del puesto.
- Variedad y contenido de las tareas: monotonía en el trabajo, sentido del trabajo, reconocimiento del trabajo.
- Participación y supervisión: grado de participación y control ejercido por los superiores.
- Interés por el trabajador y compensación: facilidades para el desarrollo profesional, valoración de la cualificación, si existen recompensas para los esfuerzos realizados, retribución salarial justa.
- Desempeño de rol en el puesto de trabajo: ambigüedades, conflictos de rol y sobrecargas de trabajo debido a las excesivas funciones a desempeñar.
- Relaciones y apoyo social: se consideran aspectos como el apoyo dentro de la empresa al trabajador, la calidad de las relaciones en la empresa, los posibles conflictos interpersonales, discriminación, situaciones de violencia y gestión de la empresa de los conflictos que puedan surgir.
¿Qué puede provocar los riesgos psicosociales en los trabajadores y trabajadoras?
La exposición continuada a ambientes laborales estresantes puede dar lugar a la aparición de respuestas fisiológicas del organismo que implican a los sistemas endocrino, nervioso e inmunológico.
Entre otros trastornos, podemos encontrar gastrointestinales; cardiovasculares; endocrinos; dermatológicos (aparición de urticarias); adicciones (alcohol, tabaco, drogas); trastornos del sueño; sexuales y de la conducta (hipersensibilidad a las críticas, mal humor, bloqueos mentales, etc.).
¿Qué son el mobbing y el burn out? El síndrome del trabajador quemado.
El mobbing es una situación de hostigamiento psicológico en el trabajo que se deriva de las relaciones interpersonales en el mismo y se produce debido a que una persona, o serie de personas, ejerce una violencia psicológica de forma sistemática sobre otra persona en un lugar de trabajo; por ejemplo: comentarios injuriosos contra una persona; atacar opiniones de una persona; ridiculización de la persona por su aspecto o forma de vestir; encomendar a la persona un trabajo excesivo e innecesario; shunting, que consiste en encargar tareas para las que el trabajador o trabajadora está sobrecualificado de forma que repercuta negativamente en su autoestima; asignar trabajos monótonos y repetitivos a la víctima del hostigamiento; ambigüedad de rol, de manera que el trabajador no conoce cuáles son exactamente sus funciones y responsabilidades, o distribuir el trabajo de manera no equitativa.
El burn out o “síndrome del trabajador quemado” es una patología derivada de la interacción del trabajador con unas condiciones nocivas de trabajo. Se puede definir como una respuesta al estrés laboral crónico, que provoca sentimientos negativos hacia el trabajo desempeñado y las personas, así como la sensación de encontrarse agotado a nivel emocional. Este síndrome suele aparecer en trabajadores del sector servicios (contact center, comerciales, dependientes) y del ámbito de la salud (doctores, doctoras, cuidadores de personas dependientes, etc.), y se caracteriza por:
- Despersonalización del trabajo (desarrollo de actitudes negativas hacia los clientes o pacientes, provocando una deshumanización del trabajo).
- Cansancio emocional (sentimiento de no poder dar más en materia afectiva).
- Baja realización personal (autoevaluación negativa).
Estas dos patologías son claros ejemplos de la importancia de los riesgos psicosociales en la empresa.
¿Cómo previene la empresa los riesgos derivados de estas situaciones?
Existen una serie de medidas que la empresa puede aplicar una vez detectados estos síntomas en el ambiente de trabajo mediante la realización de encuestas o aplicación de métodos como el FPSICO. La empresa debe disponer de protocolos de actuación para hacer frente a este tipo de situaciones, como protocolos de resolución de conflictos y de caso de acoso sexual. Además, la empresa debe introducir cambios en la organización del trabajo siempre que se pueda prever un nivel de estrés que pueda dar lugar a conflictos o insatisfacción laboral.
¿Por qué es importante tener en cuenta los riesgos psicosociales?
Estos riesgos pueden conllevar para los trabajadores desmotivación, insatisfacción laboral, baja autoestima, incapacidad para concentrarse y tomar decisiones, olvidos frecuentes y bloqueo mental. Para la empresa, supone absentismo laboral, alta rotación en puestos de trabajo y un alto índice de accidentes debido a la escasa atención e inexperiencia en el puesto, que es consecuencia, a su vez, de la alta rotación.
¿Cuál es el papel de los delegados y delegadas de Prevención en la evaluación de los riesgos psicosociales?
Pueden solicitar la evaluación de riesgos psicosociales, en colaboración con los técnicos de los servicios de prevención ajenos o propios, según sea el caso. Pueden participar en el proceso de elaboración y su seguimiento. En caso de que la empresa se niegue a realizarla, puede acudir a Inspección de Trabajo para que, desde este organismo, requieran a la empresa a que la lleve a cabo.
Pueden acompañar a los técnicos en las visitas cuando vayan a realizar las encuestas a los trabajadores que permitan tener una visión del clima laboral en la empresa.
Los delegados y delegadas de Prevención deben ser informados de cualquier incapacidad temporal en la empresa debida a depresiones u otros síntomas derivados de estos factores.
La OMS reconoce el síndrome de trabajador quemado como enfermedad.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) va a incluir en la próxima actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades el síndrome de “burnout” o del trabajador quemado como problema asociado al empleo, dando una mayor visibilidad al este trastorno, que hasta ahora no se tenía tan en cuenta a la hora de gestionar las bajas por contingencias profesionales en el ámbito laboral.
Este síndrome del trabajador quemado es una respuesta al estrés laboral crónico que produce actitudes negativas hacia las personas con las que se trabaja y la propia actividad desarrollada. Este trastorno genera en el trabajador una sensación de no poder dar más de sí en el ámbito laboral al encontrarse emocionalmente agotado.
Uno de los problemas más habituales es la negación por parte de las empresas de los síntomas o de la realización de las evaluaciones de riesgos psicosociales achacando todos los síntomas a enfermedades sobrevenidas al trabajador, calificando las mutuas en muchos casos este tipo de trastorno como “contingencias comunes” derivando al trabajador al sistema público de salud.