Este 28 de noviembre, en el segundo día de huelga de este año, seguimos exigiendo lo que es justo: una jubilación anticipada sin merma económica. Nos enfrentamos a un gobierno que continúa ignorando la clase trabajadora. Su indiferencia hacia esta lucha refleja un desprecio absoluto por las demandas sociales y económicas más básicas.
Las patronales, junto a algunos sindicatos, han logrado lo que tanto temíamos: desmembrar un sector que, por primera vez en mucho tiempo, se había unido de verdad por una causa justa y necesaria. Algunos sindicatos, como la UGT, han optado por boicotear la huelga, promoviendo el “derecho al trabajo” en lugar de apoyar el derecho a la huelga. Este es un ataque directo contra la clase obrera. Si no están dispuestos a luchar, al menos deberían permitirnos a quienes sí creemos en la fuerza de la unidad y la lucha de clases hacerlo.
El seguimiento de la huelga está siendo irregular en distintas ciudades del estado, una consecuencia directa del boicot de estos sindicatos y de los intereses empresariales que representan. No es momento de traiciones ni divisiones: es momento de unidad y lucha.
Desde la CGT contamos con precedentes legales que avalan nuestras demandas. En la resolución del 21 de mayo de 2018, posteriormente ratificada por el Tribunal Supremo, se reconoció que no es necesaria la concurrencia de la patronal para aplicar coeficientes correctores a la edad de jubilación. Reconociendo que según el artículo 10.b del Real Decreto 1698/2011, las organizaciones sindicales y empresariales pueden iniciar este procedimiento sin necesidad de actuar de manera conjunta.
Sin embargo, los sindicatos mayoritarios, junto con la patronal, siguen negociando a espaldas de la clase trabajadora. Estas negociaciones incluyen propuestas para compensar el incremento en las cotizaciones a la Seguridad Social derivado de los coeficientes reductores mediante una disminución en las cotizaciones por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, a expensas, una vez más, de si el Estado decide asumir los costes. Esta estrategia no solo nos divide, sino que vende nuestros derechos en mesas de negociación que benefician exclusivamente a las empresas.
Solo una huelga masiva puede obligar al gobierno a actuar y legislar a favor de una jubilación digna, como ya lo ha hecho con otros colectivos, como el de los bomberos forestales.
¡La solidaridad es nuestra arma más poderosa!
¡Jubilación anticipada a los 60 años ya!
Sector Federal de Transporte por Carretera y Urbano-CGT