Una vez constituido el nuevo Gobierno del Estado español, hacemos la siguiente valoración de los cambios anunciados en materia laboral. Unas modificaciones de reformas laborales que estamos sufriendo como clase trabajadora que son parciales e insuficientes.
No se están derogando las reformas laborales. Se están consolidando
En los diferentes periodos de elecciones en el Congreso hemos podido oir a algunos grupos políticos referencias sobre los desastrosos efectos de las reformas laborales, para así captar apoyos en forma de votos. Un verbo se hacía muy familiar desde entonces como solución: derogar.
Y derogar significa eliminar, volver atrás, retornar a una línea anterior desde la que se puedan implantar reivindicaciones de los y las trabajadoras. Reivindicaciones que solo se pueden lograr con la lucha y movilización sindical.
Y empezaron las matizaciones. Se pasó de derogar, como punto de inicio, las reformas laborales del 2012, y en algunos casos también las del 2010, a hacerlo solo sobre ‘los aspectos más lesivos de estas’, hasta el punto que puede significar cualquier cosa y normalmente nacida de equilibrios políticos con la Patronal. Ya en el documento de pacto de gobierno PSOE-UP vemos cómo muchos puntos no aparecen y respecto a otros se anuncian simples modificaciones que en ningún caso suponen su eliminación.
Ya no se plantea la retirada de la rebaja de la indemnización por despido improcedente de 45 a 33 días por año trabajado, con reducción del máximo de 42 meses de importe a 24 como máximo. O la retirada de la eliminación de los salarios de tramitación por todos los juicios por despido ganados excepto cuando sean declarados nulos. En lo referente a los despidos individuales por motivos ‘objetivos’ que comportan una indemnización de 20 días por año trabajado, se anuncia una simple modificación para acotar mejor las causas. La pérdida del permiso de la Administración en caso de desacuerdo en ERE se mantiene. En el caso de otros retrocesos, como la ultraactividad de los convenios, quedamos a la espera de comprobar si es completo u otro juego de palabras de menor entidad. Respecto a otro de los ataques a la negociación colectiva, la modificación unilateral de las condiciones de trabajo (artículo 41), todo indica que se mantendrá esta unilateralidad pero con introducción de matices.
Sobre la inclusión de un punto para crear una ‘comisión de expertos’ para redactar un estatuto de los trabajadores ‘del siglo XXI’. Ahora resulta que los asuntos y derechos de los trabajadores y trabajadoras tienen que ser dejados en manos de académicos y estómagos agradecidos, repitiendo el esquema de comisiones parecidas al Pacto de Toledo, de tan nefastos resultados para la clase trabajadora.
¿Incluirá esta redacción una variación de la famosa ‘mochila austríaca’ tan del gusto de la reforzada ministra de Economía Nadia Calviño? ¿Quizás el sistema por puntos que intenta aplicar Macron en Francia y que comparten ambos en una misma visión individualista de las prestaciones sociales? Nada sabemos y tenemos muy presentes los precedentes.
Obviamente habrá mejoras sobre la situación actual, en algunas se podrá coincidir, pero cuando retrocedes 10 pasos y avanzas dos, realmente no estás avanzando: estás consolidando 8 pasos atrás.
En la CGT de Catalunya tenemos un único programa de gobierno: defender las decisiones autónomas de la clase trabajadora. Y estas incluyen la derogación de las diferentes reformas laborales, ENTERAS. Para revertir la miseria salarial y la inseguridad, en forma de precariedad y temporalidad laboral, a la que nos han abocado estas reformas.
Ningún golpe de efecto nos hará perder estos primeros objetivos, ningún juego de trileros del gobierno nos hundirá. Siempre en defensa de los intereses de nuestra clase.
Comunicado del Secretariado Permanente de la CGT-Catalunya