Para llegar a un ERE la situación
de una empresa ha de ser por definición catastrófica. Eso parece pasar en RTVV. Antes de hablar de un ERE habrá que hablar de
muchas cosas, porque si el motivo es económico, habría que hablar de lo que ahora se despilfarra en el alquiler de los
despachos de la Gran Vía, el despilfarro del alquiler del suelo del centro territorial de Alicante, la mala gestión de los
derechos del fútbol, en qué y para qué se han gastado el dinero que se adeuda, de la poca transparencia en materia de
contratación, de la F1, del Papa… en definitiva de la mala gestión de nuestros directivos.
Se han ya
gastado muchos bites digitales para demostrarlo, no cabe insistir, tecleen RTVV en Google y verán. Ahora los directivos
intentan ocultar su lamentable gestión en una supuesta reestructuración en que los que primero pagan son los trabajadores con
sus empleos y la pérdida de sus derechos. Trabajadores que no han vivido por encima de sus posibilidades, que tienen la culpa
de ser impecables y puntuales para que la televisión y la radio públicas (tres canales de TV, dos de radio y un portal
multimedia) emitan programas 24 horas al día los 365 días del año.
Antes de un ERE habría que
ver quien no ha hecho su trabajo. En una televisión pública los actores que intervienen para que sea posible no son sólo los
directivos y trabajadores, los políticos tienen un trabajo fundamental con su labor legislativa y de control. ¿Han hecho su
trabajo los políticos para que la televisión sea viable? El análisis de la legislación y su desarrollo nos podría dar luz
sobre este tema. Y al hacerlo nos damos cuenta que en las leyes valencianas en materia de comunicación hay mucha palabrería
de cara a la galería y muy poco desarrollo. La mayor parte de las leyes que rigen el funcionamiento, control democrático, e
independencia de RTVV, como el Consell Audiovisual de la Comunidad Valenciana, el Consejo Asesor y el Comité de redacción, no
se cumplen o no han sido desarrolladas. El Gobierno Valenciano y RTVV llevan un retraso supino en materia legislativa con
respecto al resto de televisiones públicas españolas, al menos con las históricas, debido a la parálisis de Gobierno de
Camps/Fabra y la CATASTRÓFICA GESTIÓN E INEFICACIA de los órganos de gobierno de nuestra RTVV. Mientras otras televisiones
públicas ya cambiaron sus empresas a corporaciones, suscribieron un Mandato Marco y más de un CONTRATO PROGRAMA, nuestros
queridos gobernantes valencianos quieren comenzar la casa por el tejado. Plantean, precipitadamente y sin reflexión, un
anteproyecto de Ley de RTVV, a todas luces antidemocrático porque elimina toda fórmula de control por parte de la ciudadanía
y los profesionales, y nos plantan un ERE asesino antes de cumplir sus obligaciones ¿No será que no pueden cumplirlas, o
quieren quitar del medio aquello que les incomoda, les sonroja o no encaje con sus objetivos partidistas? ¿Qué han estado
haciendo todos estos años? Antes de un ERE deberían de sentarse unas bases sólidas del sector audiovisual valenciano y de la
nueva RTVV, para lo cual deberían de ponerse en marcha los mecanismos de control democrático que nuestros políticos no han
sido capaces de desarrollar en estos 20 años.
Si los directivos han fracasado en la gestión y los
políticos sólo han querido utilizar la RTVV en su beneficio, la base más sólida, honrada y que mejor han hecho su trabajo
durante todos estos años son precisamente los trabajadores. CGT, y los demás sindicatos de clase, llevan años denunciando la
nefasta gestión y advirtiendo a la sociedad valenciana. Por eso compañeros, la cabeza bien alta, la conciencia tranquila y el
pecho fuera para reivindicar una televisión pública, de calidad y en valenciano (nunca hemos dejado de hacerlo) y EXIGIR EL
MANTENIMIENTO DE TODOS Y CADA UNO DE NUESTROS PUESTOS DE TRABAJO.
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