Cientos de vecinos asisten en Valencia a la recreación teatral callejera del motín de los trabajadores de la seda del siglo XIX.
«Em vaig fer obrer i així estic ara, sense feina«, recitaba un hombre vestido con blusón y fajín desde un balcón en la calle Santa Teresa de Valencia. «Estan tancant filatures i els rics posant diners en obres públiques i exportació d’arròs«, replicaba una vecina ciñéndose un negro mandil en el balcón contiguo. En la calle, cientos de espectadores les miraban. Asistían a la representación del «Motí de Velluters» que ha recorrido este sábado las calles del barrio recreando las protestas laborales de los trabajadores de la seda (velluters) en el siglo XIX. Más de un centenar de músicos y actores, han recorrido las calles del centro en una representación organizada por 10 asociaciones culturales del barrio.
«El objetivo es rememorar el motín obrero que tuvo lugar en el barrio en 1856 y relacionarlo con la situación actual en la cual también necesitamos organizarnos para reivindicar mejores condiciones de vida», ha explicado Santi Almiñana, miembro de Ciutat Vella Batega, una de las asociaciones organizadoras. Esta es la octava representación de la que se considera una de las primeras reivindicaciones organizadas del proletariado urbano en Valencia.
«Velluters! Així no podem viure. Hui a les 8 de la nit a la porta del Col·legi de l’Art Major de la Seda. Val més morir penjat que ballar en la perola!«, se leía en los panfletos repartidos por los actores. El 21 de enero de 1856, como consecuencia del malestar de los trabajadores de la seda por los jornales que cobraban, tuvieron lugar protestas y disturbios para pedir un aumento salarial.
Los diarios de la época así lo recogían: «Anteayer aparecieron en algunos puntos de esta capital varios pasquines en que se citaba a los operarios del arte mayor de la seda para ayer a las ocho de la mañana con el fin de obligar a los fabricantea a que les aumenten el jornal», decía el diario Mercantil Valenciano el 22 de enro de 1856. El hecho de que la convocatoria pública se hiciera con pasquines repartidos por toda la ciudad, han explicado los organizadores, revelaba la presencia de una organización obrera embrionaria.
La representación del motín ha colgado pancartas en las ventanas del Colegio Mayor de la Seda y ha terminado en la Plaza del Pilar, donde se ha encendido la tradicional hoguera tras el motín.