El Congreso argentino aprobó este jueves la expropiación del Hotel Bauen y su entrega a la cooperativa de trabajadores que lo recuperó y lo autogestiona desde 2003, año en que sus propietarios cerraron el negocio tras la crisis de 2001 en Argentina.
El 26 de noviembre –con el boicot de asistencia de la mayoría de los parlamentarios conservadores–, la Cámara de Diputados argentina aprobaba de forma unánime la expropiación del inmueble de la empresa recuperada Hotel Bauen por una deuda que el titular mantiene con el Estado por créditos no atendidos.
La resolución incorpora, además, la transferencia de propiedad de dicho edificio a la cooperativa de trabajo Buenos Aires Una Empresa Nacional (Bauen), la cual está conformada por los 130 trabajadores que desde hace 12 años explotan de forma cooperativa y “sin patrón” dicho emprendimiento hotelero.
Con dicha expropiación terminan las reiteradas amenazas de desalojo que año tras año se sucedieron sobre dicho inmueble, lo que hubiese significado a la postre el cierre de dicha empresa recuperada.
Según el diputado Carlos Heller, impulsor de dicha resolución, «desde que los trabajadores se hicieron cargo de la gestión del hotel abandonado por sus dueños, el Bauen es un ámbito donde las organizaciones populares de distintos signos, sin discriminaciones de ninguna naturaleza, tuvieron un espacio».
El kirchnerismo, quien gobierna en Argentina desde el 25 de mayo de 2003, permitió que durante años esta propuesta se mantuviera bloqueada en la legislatura porteña. Sin embargo, tras la victoria de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales del pasado 22 de noviembre, el bloque kirchnerista aprobó un paquete de medidas entre las cuales destacan, además de la expropiación de dicho inmueble, el sistema de reparto de ganancias entre los empleados telefónicos y las empresas, así como las indemnizaciones para los extrabajadores de firmas privatizadas.
La historia del Hotel Bauen
El hotel fue construido en 1978, en momentos previos al Mundial de fútbol que se realizó en Argentina. El presidente de la entonces empresa Bauen S.A., Marcelo Iurcovich, era un reconocido empresario argentino con sólidos nexos con la dictadura militar en el poder.
Dicha condición permitió la financiación por parte del Banco Nacional de Desarrollo (BANADE) para la construcción del hotel. Dicho préstamo nunca fue devuelto y es el motivo legal sobre el cual se sostiene la actual expropiación.
Esta gestión empresarial se desarrolló inicialmente entre 1978 y 1997, otorgando suculentas ganancias a Iurcovich. Con posterioridad sería el grupo económico Solari S.A. –de origen chileno– quien se apropiaría del hotel mediante una operación de compra-venta.
Solari gestionaría el hotel hasta el año 2001, cuando, previo concurso de acreedores, se decretaría su quiebra económica el 28 de diciembre del 2001. Más de 100 empleados quedarían entonces en la calle.
Sin embargo, unas pocas decenas de trabajadores llevarían a cabo el 21 de marzo de 2003 la recuperación del hotel con el apoyo del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas.
Poco a poco, los trabajadores pusieron nuevamente en marcha este emprendimiento hotelero, el cual había sido saqueado por dentro y carecía de gas, agua, luz e infraestructuras para el desarrollo de su actividad. Tras arduos esfuerzos de autogestión y solidaridad por parte de otras empresas recuperadas de Buenos Aires, a mediados del 2004 el Hotel Bauen volvería a abrir sus puertas al público.
El Bauen se convirtió en unas de las referencias nacionales e internacionales de lo que significa una empresa “sin patrón” y autogestionada por sus trabajadores. Sus instalaciones son también de uso para actividades culturales alternativas en el centro bonaerense, democratizándose así el espacio destinado al desarrollo no empresarial de este tipo de actividades.
Sin embargo, la lucha entre la cooperativa conformada por los trabajadores y la familia Iurcovich ha sido una constante durante todos estos años. Las amenazas de desalojo por parte de los juzgados argentinos han sido frecuentes, ignorándose por parte de las autoridades judiciales que el conjunto de los ingresos generados por la explotación autogestionada del Hotel Bauen ha sido durante todos estos años reinvertida en mejorar las infraestructuras de un negocio que había sido abandonado por parte de sus antiguos propietarios.
La resolución del Congreso argentino pone fin a la incertidumbre que durante 12 años acompañó a los operarios del Bauen, reforzándose así un espacio donde las organizaciones populares de distintos signos gozan de un lugar donde desarrollar sus respectivas actividades.
Hoy, pasados 14 años del crack argentino, aún se mantienen más de 200 empresas recuperadas y autogestionadas por sus trabajadores. Hoy, este conjunto de empresas implicadas en la construcción de un modelo de gestión alternativo por fin sonríen…