“La estrategia de la gradualidad. Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas (neoliberalismo) fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.” Sylvain Timsit
Esa es la estrategia seguida en FGV. Dejar sin oxígeno a la plantilla, amortizar, no dar formación, vaciar de contenido los puestos de trabajo, empeorar sus condiciones laborales, incumplir acuerdos, retroceder en derechos y… voilà! “externalizamos el servicio” porque no hay personal propio suficiente y el que queda no está suficientemente formado. La plantilla que queda ve, cada vez, más cerca su jubilación. Objetivo conseguido: borrar nuestra más potente y letal arma, la solidaridad.
¿Qué es FGV? Pues un chollo para políticos de turno y amigos. Agencia de colocación con buenos salarios, con un sistema de clasificación profesional y ascensos hechos a medida, además de un yacimiento de contratos para empresas del sector.
Ahora que el coronavirus nos ha enseñado las vergüenzas de “lo público”, sepan que FGV se está desmantelando. No es el PP, es el Gobierno del cambio.
Navegando muy someramente en la Plataforma de contratación del Sector Público comprobarán que en los últimos tres años han privatizado servicios de mantenimiento por el módico precio para las arcas públicas de 25.387.081,33€. Si les quedan ganas miren qué empresas hay detrás.
La plantilla de mantenimiento de instalaciones fijas y talleres está temblando. ¿no será, acaso, porque el sector ferroviario es demasiado goloso para las empresas privadas?.
En cuanto a lo que ahora se llama la atención al cliente, que ya supone en su misma denominación un cambio de paradigma, la poca plantilla que queda no puede ni temblar. Veremos cómo le golpea la post-normalidad. Porque a ustedes, políticos con denominación de obreros, que han aprendido a hacer discursos sobre la vida en el centro, el feminismo les queda demasiado grande.
Va a hacer un año que se privatizó la atención telefónica: un call-center, sector precario y feminizado donde los haya, les parece a ustedes más digno que mantener dicho servicio en el empleo público.
El señor Francesc Romeu, número dos del PSPV desembarcó, nos vendió esta externalización temporal y se fue. La Jefa de RRLL nos contesta que sienten mucho no poder cumplir nuestro acuerdo de desconvocatoria de huelga porque ha llegado a nuestra vida un nuevo concepto. Ahora el “know how” no nos permite recuperar lo que nunca debió de salir de FGV. Así pasa con todo.
La justificación es siempre la misma: falta de plantilla y de formación. Y en nombre de la eficiencia, la eficacia, la economía de empresa y el know how precarizamos el empleo público y el servicio a la ciudadanía.
Bravo por ustedes, equilibristas de términos sacados de la chistera vestidos de colores y etimologías inglesas. Nos da igual que nos digan “laisser faire, laissez passer” que “know how”. No se han dado cuenta de que quienes nos sentamos enfrente de ustedes también hemos estudiado, No se dan cuenta de que tenemos, incluso, más dignidad. No nos vendan planes de igualdad “low cost”: nosotras no necesitamos una pandemia para apostar por otro mundo posible en el que lo laboral pueda aliarse con términos como la justicia social, la conciliación o la vida.
Los servicios de la ciudadanía no tienen precio, los derechos de los trabajadores/as tampoco.
Señores del PSPV, ustedes nos venden, ergo nosotras nos ponemos en pie.
Carmen Jareño, Sección Sindical CGT FGV