las supersticiones…)
la mente humana, frente a los dogmas religiosos, o de otra naturaleza, que han tratado (y tratan) de limitar nuestra
capacidad racional.
al apelar a la razón como instrumento fiable del conocimiento, opuesto a las creencias e independiente de toda tutela
trascendente, ajena a las personas y que, después, Epicurodesarrollaría en sus reflexiones sobre la felicidad, la
razón y el conocimiento.
a los castigos divinos y la cólera de los dioses, tan arraigadas en aquella época.
Imperio darán lugar a un resurgir de la racionalidad, para justificar una teoría política laica, como la desarrollada por el filósofo,
político y teólogo italiano, Marsilio de Padua, al margen del
conocimiento revelado y de la teología.
conocimientos en función de su propia configuración, siendo la ciencia y el método científico un sistema racional de alcanzar
una gnosis de nuestra realidad, liberada de tutelas.
para determinar los valores y para justificar la libertad de conciencia, como evidencia racional será desarrollado en el
siglo XVII por diversos pensadores de la primera Ilustración, entre ellos: Pierre Bayle.
espacio público republicano y universal, ha sido también, y es, un proceso de construcción de soberanía personal, mediante
esa capacidad común al género humano que es nuestra racionalidad.
de las iglesias o a una neutralidad de éste, ante las creencias y convicciones personales.
emancipador del ser humano defiende y propugna la laicidad, entendida como el establecimiento de las condiciones jurídicas,
políticas y sociales idóneas para el desarrollo pleno de la libertad de conciencia. Así como la defensa del pluralismo
ideológico en pie de igualdad como regla fundamental del Estado de Derecho y el establecimiento de un marco jurídico adecuado
y efectivo que lo garantice y lo proteja frente a toda interferencia de instituciones religiosas o de otra naturaleza
ideológica que implique ventajas, privilegios o propicie el engaño.
un principio básico dellaicismo. Cada persona ha de ser libre
a la hora de elegir o practicar una religión, o de participar de una opinión religiosa disidente o bien mantener una
convicción atea o agnóstica o ser indiferente, escéptico, o -incluso- tener fe en milagros, apariciones,
revelaciones…etc.
política, de la persona. Si se trata de un acto individual y personal. Otra cosa es el intento de tratar de imponerlo a otras
personas, como fe o dogma y más grave, todavía, si se trata de menores.
libertad de conciencia es mucho más amplia que la libertad religiosa, puesto que se refiere a la libre elección de cada
individuo, por si mismo, en su más espontánea intimidad y a la vista de los análisis que haga de sí mismo y del mundo que le
rodea, elegir la opción espiritual, moral o ética que le convenga o tenga necesidad.
reflexionar sobre las creencias y la fe, sobre lo racional y lo irracional, sobre la “verdad revelada” o sobre la verdad
científica, racional, comprobable…
creencias verdaderas constituyen sólo el conocimiento si se puede justificar racionalmente, es decir, si se puede explicar
por qué uno tiene una cierta creencia. Aunque nunca desde una imposición de “autoridad”
superior.
denominados “creacionistas” (ahora tan de moda) pretenden defender su posición de “verdad revelada” con una argumentación que
denominan como “racional” basada (por ejemplo) en la Biblia. Pero este es un argumento de autoridad, impuesta… no deductiva,
racional y comprobable. Por lo tanto carente de valor científico.
distinguir entre lo que es una falacia, una “verdad” revelada y una posición científica y comprobable. Entre lo racional y lo
irracional. Entre la ciencia y la pseudo-ciencia, aunque en este último campo los límites y las fronteras están muy
difuminados, e, incluso, manipulados ideológica y políticamente, a veces con fuertes intereses
mercantiles.
tienen cosas en común dentro del ser humano. Cualquier persona se da cuenta de que su fe es incompatible con su razón, pero
-también- que las necesita a ambas. Ni puede vivir solamente amparado en la razón, ni solamente abrazado a la fe o a las
creencias: El ser humano se tambalea y oscila permanentemente entre ambas.
dejar de lado totalmente la razón y otras que vuelcan su vida en la razón, aunque no dejan de tener
fe.
aclarar conceptos diversos, cuestionarlos, investigar, dar solución científica o filosófica a las cuestiones que nos rodean,
permanentemente.
confiando en que lo que dice es veraz, ya sea fe humana o fe en la deidad o en otra cosa.
pero lo cierto es que la intensidad con que se apoya la fe, es directamente proporcional a las dudas que la
acometen.
la ciencia y las creencias de la denominada pseudo-ciencia.
cada caso y por separado, lo mágico, lo oculto, el engaño, lo esotérico, lo fanático, la fe, el dogmatismo, lo sagrado…
conceptos impuestos en multitud de ocasiones (a veces a sangre y fuego), inmersos en los procesos religiosos, desde que el
ser humano es consciente y se hace las preguntas: -¿Qué soy, de
donde vengo, a donde voy…? Hecho que forman parte de la naturaleza humana.
humanos unas “reglas divinas” (libros sagrados) Muchas de ellas basadas en conceptos lógicos de convivencia racional, pero
otras iban destinadas a establecer reglas de poder y dominio, generalmente de carácter patriarcal.
y de hecho lo es. Lo mágico, lo oculto, incluso, la superchería, las apariciones y los milagros… pueden formar parte de la fe
de muchos seres humanos… y de su libertad de elección y conciencia. Pero tratar de imponerlo, de declararlo como científico,
como racional… no concuerdan con posiciones laicistas.
lugares del saber, del conocimiento racional y científico) se trata de “vender” cualquier elemento de la prolija
pseudo-ciencia, principios creacionistas, dogmas religiosos y otros similares, estamos ante hechos muy graves que el
movimiento laicista debe rechazar.
(generalmente por “mandato divino”) tratan de imponer reglas basadas en lo el dogmas y *verdades reveladas”, estamos ante un
hecho que el movimiento laicista combate y
rechaza.
creencias distintas formas de pseudo-ciencias, supersticiones, dogmas, etc. Pero el laicismo está obligado a favorecer la
reflexión de sus seguidores y, sobre todo, impedir el fraude, veladas imposiciones y la ocupación del espacio público,
especialmente el destinado a la Enseñanza.
laica, desde que la Ilustración fomentara la educación
universal y laica, como el elemento -fundamental- para educar personas libres e iguales, puso su acento en una escuela
racional, en una educación basada en la ciencia.
de 1910: “Será por medio de una enseñanza cada vez más atrevida,
más amplia, incluso diré, más majestuosa de la propia ciencia, como podrán despertar en los jóvenes el sentido de los grandes
problemas”. Afirmando posteriormente su carácter de conocimiento permanente y anti-dogmático de la misma: “La ciencia… lleva hacia las profundidades del espíritu del ser
humano, que siempre descubre en la cosa explicada algo nuevo que explicar”.
secularización de las instituciones colectivas. La emancipación apela a la fusión de dos soberanías: la del pueblo sobre sí
mismo y la de la conciencia individual sobre sus pensamientos. La razón, principio de autonomía, es la facultad de examen
meditado que se aplica a las cosas, incluso a cada conocimiento particular para comprender el mundo, y a la forma de
actuar.”
María Mato expresaba en una reciente entrevista: “No puedes
dar una concepción del todo, una explicación dogmática y a la vez enseñar química, física, biología…pues resulta perturbador
para el alumno”. Y añade: “Póngase en la piel de un niño de 8,
9 o 10 años al que le imparten religión, ¿quién tiene razón, el físico que sostiene que nos queda mucho por descubrir del
origen del Universo o el clérigo que predica que Dios lo creó todo”