Estos últimos días estamos leyendo en toda la prensa críticas o
alabanzas a los nuevos planes del ministro Wert en asuntos varios.
Quisiera referirme aquí al tema de la asignatura llamada alternativa a la religión, propuesta del
ministro de Educación. Vayamos a la raíz del asunto: ¿por qué es necesario tener una asignatura alternativa a otra materia?
En primer lugar, ¿debe estar la asignatura de religión como materia de obligada oferta en los centros educativos ? No
desviemos el asunto a cómo debería ser la alternativa a esta materia (más dura o más «maria») , discutamos primero si esta
asignatura de contenido doctrinal , dogmático, y de una sola religión ,la católica, debe tener cabida en los centros de
enseñanza.
Desde el punto de vista de un Estado laico o Estado aconfesional, ninguna
formación religiosa tiene ningún sentido en el ámbito docente. Por supuesto que sus seguidores pueden estudiarla y
profesarla en sus iglesias y otros lugares de culto. Nadie se opone a la práctica libre de la religión fuera del ámbito
escolar ya que un estado laico ha de garantizar la libertad de pensamiento para toda la ciudadanía , igualdad para todos ,
para los que creen y para los que no creen: igualdad para todos y privilegios para nadie. Ahora vayamos a lo que es objeto de
debate en prensa y radio en los últimos días: cómo debe ser la «alternativa a la religión» es decir que se acepta que exista
una asignatura artificial que simplemente es una tapadera para aquellos alumnos que no van a religión y que van en aumento
cada año. No está de más recordar aquí que se pierden alrededor de 1000 horas por esta asignatura en la vida educativa de un
estudiante. Y ya que que vivimos en época de recortes permanentes , conviene recordar que la asignatura de religión y su
alternativa (fuerte o light) cuesta millones de euros al estado, es decir que recortemos de ahí y ahorremos para mejorar la
educación , por ejemplo en Ciencia .
La responsabilidad y la hipocresia de los dirigentes del PSOE es total en
este asunto ya que ellos han tenido múltiples ocasiones , durante varios gobiernos, de terminar con esta situación de una vez
pero en lugar de hacerlo todavía le dieron más prebendas a la iglesia e incluso mejoraron las ayudas del Estado hacia la
Institución y nunca tocaron el Concordato, una rémora del franquismo. ¿Por qué ahora critican al ministro Wert? ¿Quieren que
olvidemos lo que hicieron en sus años de mandato? Si ahora se plantean un cambio a su práctica anterior y van a luchar de
una vez por una educación laica ,nos alegramos mucho y bienvenido sea. Lo que no es de recibo es decir una cosa y hacer
otra. No quisiera dejar de lado a los sindicatos progresistas de la enseñanza que tienen en sus programas la educación laica
pero no olvidemos que una cosa es llevar el término en un programa y otra muy distinta es luchar por ese
objetivo.
En bastantes ocasiones ellos han sido cómplices de perpetuar esta situación o el dejar hacer y que
todo siga igual. Tampoco quiero olvidarme de las asociaciones de madres y padres que tienen derecho a una educación pública y
laica y cuyos hijos que no cursan la religión están sufriendo la discriminación y la pérdida de tiempo con alternativas que
son un cajón de sastre donde se hace de todo hasta que suena el timbre.
Por supuesto que los centros privados de ideario religioso pueden tener en su curriculum cuántas
horas de religión estimen convenientes, nada que objetar en ese sentido.
Seamos serios , la cuestión no es si alternativa fuerte o alternativa light , la cuestión es si las
creencias religiosas, cualesquiera que sean, hay miles, deben formar parte del curriculum educativo o si ,por el contrario,
deben quedar en un ambito privado y en el marco de la vida religiosa. Y recordando los privilegios : creo que ya es hora de
que los salarios de los profesores de religión sean sufragados por la institución a la que representan ya que están allí ,
no por una oposición como la mayoría de los profesores, sino por un acuerdo político que viene del estado franquista y el
vaticano: el famoso Concordato. Ha llegado ya la hora de que los dogmas salgan del ámbito educativo, los ciudadanos serán más
libres para decidir, sin alternativas de ningún tipo.
Raquel Ortiz, profesora y coordinadora
de Valencia Laica-Europa Laica