La crisis catalana abre, desde hace dos semanas, las portadas de los medios de comunicación de todo el Estado, ocultando bajo el velo de la patria y la soberanía los problemas que ahogan a las clases populares (pobreza energética, precariedad, recortes, pensiones, saqueo de los fondos públicos mediante la corrupción generalizada, etc.).
El viernes día 27 en el Senado, en un ejercicio de opacidad y de manera rápida, después del debate, sobre la aprobación de la aplicación del art. 155 de la Constitución, entre frases grandilocuentes de defensa de la unidad de España y de su soberanía, inmediatamente después y tras un breve receso, sus Señorías, incluido el representante del PdeCAT en el Senado, no tenían ningún empacho en entregar la patria y la soberanía a las Transnacionales, ratificando el CETA (Tratado de Libre Comercio UE-Canadá ) con escasa o nula repercusión en los medios y en la opinión pública.
El 21 de septiembre entró en vigor provisional la aplicación del CETA en todo el territorio de la UE. La arquitectura de la impunidad de la que gozan las Transnacionales y los poderes financieros sale reforzada con la implementación de este tratado y todos los que sigue negociando y firmando la Comisión Europea ( UE- Singapur, UE Mercosur, JEFTA TTIP, TISA etc..).
Las “democracias de mercado”, fieles servidoras del poder económico neoliberal, reinterpretan el término “democracia” como la gestión única del capital y su libertad absoluta de movimiento, sin que nada ni nadie, ( legislaciones, regulaciones, etc.) impida su expansión.
Las empresas multinacionales han presionado con éxito para garantizar que el CETA se aplique a todos los Servicios Públicos, agua, salud, servicios sociales, energía…, blindando, mediante las cláusulas de “paralización y trinquete”, en el presente y en el futuro, la liberalización y privatización de los Servicios Públicos, impidiendo que los gobiernos puedan promulgar nuevas leyes o reinstaurar las que sustentaban el suministro público de servicios. Esto conduce a una situación donde la protección a los pacientes, clientes y personas trabajadoras está subordinada al único propósito de la obtención de beneficios de las multinacionales y de sus inversores financieros.
El CETA establece un amplio acceso de las multinacionales y las empresas extranjeras al suministro de las compras de los gobiernos, limitando la capacidad de los mismos para apoyar a proveedores locales, forzando la contratación con las grandes empresas Transnacionales.
La carrera hacia la consolidación y normalización de la gobernanza económica y la Lex Mercatoria como exponente de las “democracias avanzadas”, auspiciada por la Comisión Europea con la complicidad de los gobiernos europeos, tanto conservadores como “progresistas”, continua su ritmo imparable hacia el desastre social y medioambiental que ya estamos empezando a padecer.
Con total hipocresía y falta de escrúpulos el poder político neoliberal, encabezado por el PP , pero no sólo, Cs, PNV, Foro Asturias, UPN y PdCAT, han vendido el País a los grandes poderes Transnacionales y Financieros. La CGT seguirá defendiendo los derechos de nuestro pueblo en lo que más importa, derechos laborales y sociales, defensa del medio ambiente, defensa de las libertades, etc…, que se ven seriamente amenazadas por estos Tratados.