Los 9 Magistrados del TC, con su presidente Pérez de los Cobos (ex-militante del PP) a la cabeza, que HAN AVALADO la Reforma Laboral del PP del 2012, entre ellos dos magistrados del denominado “sector progresista” (Juan Antonio Xiol y Encarnación Roca), se hacen responsables de la BARBARIE y de la ELIMINACIÓN DE DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA CLASE TRABAJADORA.
Solo avalan el beneficio privado y la tasa de ganancia de unos pocos (los capitalistas, sus directivos y sus gerencias): despido libre, sin causa ni indemnización; desaparición del poder legislativo (por lo tanto se cargan hasta su democracia representativa) y el gobierno a gobernar por “decretazo”; se cargan los salarios de tramitación a pesar de que la persona trabajadora haya sido despedida de manera ilícita; avalan la discriminación y el trato diferente en las cantidades indemnizatorias por despidos injustos, dependiendo de la fecha del despido; anulan un derecho fundamental como es el de la Negociación Colectiva, cargándose la autonomía de las partes (volvemos al sistema franquista de relaciones laborales autoritarias: laudos de obligado cumplimiento).
La seguridad jurídica que supuestamente debiera existir para todas las partes (el trabajo y el capital), se escora solamente en un sentido, la “libertad absoluta para el capital y sus representantes” y “privatiza el interés general”, convirtiendo el trabajo y a trabajadores y trabajadoras en meras mercancías de “usar y tirar”, en función del interés particular y privado de una absoluta minoría, la clase empresarial.
Estos 9 Magistrados y Magistradas, con excepción de quien han emitido votos particulares en contra de dichas sentencias (la vicepresidenta Adela Asúa, Fernando Valdés y Luis Ortega votaron en contra), sean para siempre malditos/as por dictar sentencias tan injustas como estas: se cargan el interés general y sólo garantizan el particular de los poderosos.
YA NO HAY REGLAS DE JUEGO….ahora TOCA PELEAR MÁS Y MEJOR… y toda la sociedad, donde se encuentra de verdad la mayoría. Tenemos que reaccionar, desobedecer y plantarles cara de manera global, pues si no hemos aprendido del pasado, que fue muy doloroso, no reaccionar y aprender del presente, simplemente, sería un suicidio colectivo.