El 31 de marzo fuimos convocados por Recursos Humanos a una reunión de trabajo bajo el asunto “SISTEMA DE CONTROL HORARIO Y PROCESOS EN CURSO”. Obviamente el primer punto era el gancho, ya que la verdadera razón de la convocatoria era informarnos, antes de hacerlo público, de un inminente proceso de ajuste, fruto, según ellos, de la necesidad de avanzar más rápido en la implantación del Plan de Transformación Comercial.
Posteriormente, el Country Head de Santander España enviaba a toda la plantilla un comunicado lleno de eufemismos: “transformación, concentración, simplificación, inversión”, para acabar diciendo que, todos ellos implican un ajuste de plantilla, nuevamente otro eufemismo de ERE.
Hemos pasado en pocos días del Sencillo, Personal y Justo al despido de un indeterminado número de trabajadores y trabajadoras. Del no se cerrarán sucursales que decía el citado Country Head en una entrevista concedida recientemente a la revista Actualidad Económica, al cierre de 450 oficinas durante este año.
Todo pudiera apuntar a que la incertidumbre sobre la vigencia de la reforma laboral aprobada por el PP, que tantas alegrías ha dado a la patronal, hubiera acelerado un proceso por aquello de “por si las moscas”. Si a esto le añadimos la inminente firma de un convenio colectivo retrogrado, dónde se va a permitir, entre otras cosas, la incorporación de nuevas contrataciones con menos derechos laborales y salarios, reforzaría la vieja idea de despedir a los antiguos, más caros, para contratar a corto plazo mano de obra a mitad de precio.
Decir que sobra plantilla, cuando ésta prolonga su jornada a diario, realizando sistemáticamente millones de horas extraordinarias forzadas y no pagadas, y por ende no liquidadas a la seguridad social ni tributadas a la hacienda pública, vía IRPF, con el fraude social que ello lleva implícito, se cataloga por sí sólo.
El liderazgo por ser el mejor banco comercial, como nos quieren hacer creer, no puede, ni debe pasar por la destrucción de empleo, más aún en un Grupo que ha obtenido en el año 2015, la friolera de 5.966 millones de Euros de beneficios, de los cuales 977 corresponden a Santander España.
Es conocida por todos y todas, la beligerancia de la C·G·T ante los ERE’s en empresas que tienen beneficios y más aún, si lo que pretenden con el adelgazamiento de la plantilla es obtener más si cabe. Es por ello que la defensa a ultranza, desde el primer hasta el último puesto de trabajo en peligro, será nuestra bandera en las futuras reuniones a las que ya hemos sido convocados. Para ello utilizaremos todas las medidas de presión que tengamos a nuestro alcance.
Confiamos en que el resto de organizaciones sindicales, en estos momentos de incertidumbre dónde están en riesgo los puestos de trabajo de miles de trabajadores y trabajadoras, estén a la altura de lo que sus representados esperan de ellos y no sucumban como en el pasado reciente ya hicieron a los cantos de sirena que desde la Empresa, no dudamos, les darán. Jugar a la política de aceptar el mal menor como nos tienen acostumbrados sería un error de incalculables consecuencias.