En España un 70 por ciento de las fiestas tienen un
carácter confesional, el autor plantea la necesidad de promover festividades cívicas que unan toda la
ciudadanía
rinde homenaje a Mariana Pineda como símbolo de la lucha por los derechos y las
libertades
/Manuel Navarro – Observatorio de lafranquismo. Estaba lleno de efemérides propias del nacional-catolicismo impuesto por el golpe militar y la dictadura militar
que arrasó el orden constitucional de la República. Aunque ahora haya quienes pretenden mantener en el olvido la memoria de
las víctimas de aquellos años.
festividades que llenaban a partes iguales los eventos fascistas: Alzamiento Nacional, Día del Caudillo, Día de la Victoria,
Día de la Raza,… como las fiestas católicas desde la Purísima a la Asunción, pasando por Santiago, San José, San Pedro, el
Corpus, amén de las más significativas de Navidad, Reyes o la Semana Santa, donde la Guardia Civil se encargaba de mantener
los bares cerrados y el silencio y recogimiento propio de la celebración eclesiástica.
del trono y el altar no parecen haber desaparecido. El propio desarrollo económico obligó a limitar tanta fiesta, y ante los
nuevos dioses, no hay religión que se le resista.
iglesia sigue manteniendo los privilegios otorgados por el Concordato de 1953, en pleno franquismo, desarrollados y
“adaptados” por los Acuerdos de 1976 y 1979, que cuando menos son preconstitucionales, pues se firmaron tan sólo unos días
después de aprobarse la Constitución de 1978. Algunos, incluidos juristas y expertos constitucionalistas, entendemos que son
claramente inconstitucionales y que deben derogarse directamente o conforme al Tratado de Viena si se pretende ser más
diplomático.
Asuntos Jurídicos en su artículo III establece que de mutuo acuerdo se establecerán las fiestas católicas que serán festivas
a todos los efectos. Así el Real Decreto 2819/1981 que regula el calendario de fiestas laborales incluye seis fiestas
católicas obligatorias y otras cinco de segundo rango (Reyes, Santiago; S. José, el Corpus y S. Pedro) por si quedaran huecos
para completar las doce fiestas anuales de carácter general, aparte de las dos locales.
religiosas superan el 60 o 70 por ciento, y si añadimos las locales, el porcentaje puede ser del 70 o el 80%. Algo más propio
de una sociedad medieval.
fiestas no son más que la santificación por parte de la iglesia católica de las antiguas fiestas, que tenían un sentido de
alborozo colectivo para festejar los grandes acontecimientos vitales para las sociedades agrarias. Así el 25 de diciembre no
es más que la recuperación de las festividades al nacimiento del Sol tras el solsticio de invierno que celebraba el mitraismo. Y así se puede seguir con las de
primavera… Fiestas por tanto que tenían un sentido para toda la comunidad, que ensalzaban unos valores y aspectos con
repercusión para el conjunto de aquella sociedad.
hechos o eventos relevantes para toda la comunidad, o que traten de enaltecer los valores comunes. Porque no se trata de
incluir una festividad musulmana, judía, evangélica, budista o atea. Seguiría privilegiándose una opción particular frente a
los valores comunes de toda la ciudadanía: la justicia, la libertad, la solidaridad, la paz, la democracia,…
dogmas católicos de la Asunción o la Inmaculada? Está muy bien, y los laicistas defenderemos su derecho a celebrarlas.. A
celebrarlas por todo lo alto si hace falta. Pero quienes crean en eso, al igual que otros puedan celebrar otras fechas y
acontecimientos también gratos para ellos, nunca como imposición a toda la ciudadanía.
mayoría del PP, quiere imponer al aprobar mañana la fiesta local de la Virgen de las Angustias, rechazando una propuesta de
colectivos ciudadanos y la oposición para recuperar una fiesta cívica el 26 de mayo en que muere la heroína granadina Mariana
Pineda
luchadora por la libertad, fiesta prohibida por el franquismo. Una fiesta que vendría a reconocer enGranada, lo que desde el 2006 hace el Parlamento Europeo al rendir homenaje a Mariana Pineda como símbolo de la lucha por los
derechos y las libertades.
Una ocasión perdida para alejarnos del pasado y sus
lastres, y para construir una sociedad moderna y promover los valores cívicos colectivos que mejoren la convivencia
social.