Antonio Martín Bellido fue uno de los pocos resistentes que sobrevivió en la clandestinidad en la España franquista.
In memóriam
ANTONIO MARTÍN BELLIDO
El 17 de agosto falleció Antonio Martín Bellido a los 75 años, de un cáncer en el páncreas. Me contó unos meses antes de morir, con un cierto humor, que se dedicaba en la sala de espera del hospital animar a otros que sufrían su misma enfermedad. No me chocó en absoluto conociendo su forma de ser, de querer ayudar a otros enfermos menos animosos, en una situación tan delicada y difícil para él.
Antonio Martín nació en Canilejas (Madrid) el 11 de febrero 1938. Su padre Félix Martín en 1939 después de la batalla del Ebro se refugió en Francia, internado en el campo de concentración de Saint Cyprien, de allí las autoridades francesas lo enviaron al Norte de Francia para fortificar la linea Marginot.
Diez años más tarde Antonio Martín, acompañado de su madre llegó a Estrasburgo en 1949, donde conoció a su padre.
Martín, después de terminar, a los 19 años, sus estudios de perito electricista, fue a trabajar a Paris donde se unió a las Juventudes Libertarias. En 1962 hizo una marcha antinuclear en Londres. Meses después fue nombrado Secretario de la Federación Local de Paris de la JILL. Partidario de la acción directa contra el franquismo y militante de la organización clandestina “Defensa Interior”, fue autor de una serie de ataques contra los intereses franquistas, tanto en España como en Italia. El más importante, y que tuvo más resonancia por el simbolismo que representaba, fue la bombita de cien gramos que puso en agosto de 1962 en el Valle de los Caídos (conjuntamente con Paul Desnais, compañero también fallecido recientemente) sin la intención de herir ni matar ni destruir nada, era un petardo alegórico de protesta contra aquel monumento franquista que fue construido por prisioneros republicanos.
Como consecuencia del sabotaje fue detenido Francisco Sánchez Ruano, acusado de ser él quien colocó la bomba en el Valle de los caídos, por ello fue condenado a 25 años por un hecho que no había hecho.
Los verdaderos responsables del petardo del Valle de los Caídos pidieron audiencia, en tanto que notario, al cónsul de España en Paris, auto inculpándose de ser los responsables, con el fin de demandar la revisión del proceso.
Para los tribunales franquistas el hecho de ser culpable o inocente no influía nada en su resolución condenatoria, que de antemano estaba decidida mucho antes de empezar el juicio. El régimen por delitos Contra la Seguridad del estado, aplicaba de forma despiadada . El terror era la única justicia que concebía Franco para mantenerse en el poder.
Antonio Martín, siempre dio la cara con valentía por los hechos que había realizado, fue su regla de conducta de siempre, y sin tapujos.
Martín siempre fue solidario con los combatientes antifranquistas, y predispuesto a combatir la amnesia de nuestra propia historia a la que España está sometida desde 1977. Ha colaborado en varias demandas con el fin de demostrar, ante las jóvenes generaciones, la criminalidad del franquismo y de sus esbirros y ha escrito un sin fin de artículos sobre temas sociales, científicos y técnicos en múltiples periódicos y revistas de tendencia libertaria.
Deseo resaltar mi respeto al militante libertario, el amigo que estuvo siempre presente en los momentos más difíciles.
Mi más sincera condolencia a su compañera Amelia y su hijo Rolando.
Juan Busquets «El Senzill».
Tenemos que recordar a los que lucharon en la época más dura del franquismo. Antonio Martín Bellido es de los pocos resistentes que sobrevivió en la clandestinidad en la España franquista. Todavía hoy vive consternado por los compañeros Delgado y Granado, asesinados, y por el sufrimiento de los encarcelados y torturados por acciones en las que participó. Antonio participó a los atentados en Madrid, durante los años 1962-1963.
Se camuflaba con los turistas que empezaban a llegar en el verano. Ponía bombas y volvía.
Eran resistentes y activistas de las Juventudes libertarias. Era la época de máxima y cruenta represión. Franco se encontraba fuerte por el espaldarazo internacional y el turismo en en cuanto a la economía. Antonio nos explica sus tácticas de supervivencia. Era astuto y práctico. Saber nadar y guardar la ropa.
Por sus calidades y por el azar no pisó las prisiones. Medio siglo después sigue preocupado por el que hizo mal. Quiere discernir los errores que provocaron la detención y asesinato de Granados y Delgado.
Dice “No asumir responsabilidades es la prueba de cobardía intelectual y rehuir responsabilidades es pisar los cadáveres de nuestros compañeros muertos”
Estos últimos años ha organizado encuentros para reunir los protagonistas y averiguar el que sucedió, las incógnitas, los errores.
El contexto era lo de “Spanish is diferent”. La represión sanguinaria fue una de las maneras de paralizar las acciones armadas. Como los nazis, a cada atentado, el régimen encarcelaba indiscriminadamente a una pandilla de compañeros.
Realizamos la entrevista en un restaurante colombiano de Las Lilas, en las afueras de París donde reside.
Antonio, Cuál es tu origen?
Nací en Canillejas, Madrid, el 1938. Estuve en Madrid hasta los 12 años. Mi padre era refugiado. Hizo la guerra. Primero hizo el Rif. Después fue a la guerra de España al 1936. Estuvo a la primera brigada mixta compuesta por veteranos y por la quinta del biberón y siempre estuvo en guerra hasta la batalla del Ebro. Pasó la frontera en Francia y estuvo a los campos de concentración. Después lo enviaron a construir la línea Maginot. Allá fue hecho prisionero por los alemanes. Más tarda lo soltaron y lo enviaron a trabajar en las carreteras y otros trabajos.
Cuando conociste a tu padre?
A los 12 años. Cuando fui a Francia con mi madre.
Cómo viviste la época de post-guerra en España?
Yo viví en España, fui un privilegiado porque mi familia, mis abuelos, tenían una panaderia industrial. trabajaban 20 obreros. Tenían una gran producción. O sea, en cuando al nivel de vida estaba bien. No me puedo quejar.
A mi familia no se hablaba de nada de la guerra. Fue entonces que me enteré de todo el que ocurrió.
Cómo y cuando tomaste conciencia política?
Yo, todos los domingos iba a la CNT en Estrasburgo. Era el sindicato más importante. Se reunían en un café que se decía “El Etoile Rouge”. La mayoría eran refugiados españoles hasta los años setenta y pico. Algunos venían d´Alemania y se quedaban en Estrasburgo. Se hablaba de la guerra mundial, de la guerra civil, de la situación en España. Yo iba a escuchar. También con mi padre fui docenas a veces a los museos y aprendí mucha historia. En Alsacia era el único niño español.
No sentiste racismo, discriminación por ser español?
No, no. Mis amigos eran alsaciansos. Íbamos al teatro, en el cine, a los conciertos. Descubrí a Juan Sebastian Bach. Allá en las iglesias protestantes daban conciertos de órgano y pude escuchar mi artista preferido, a Bach. Me siento cosmopolita. Zoco, alsaciàno, madrileño, parisiense. Nunca tuve complejas de tipo nacionalista.
Cuando empiezas a militar?
A los 19 años, al acabar mis estudios de técnico electricista vine a trabajar en París. Y me puse en contacto con la FIJL, las Juventudes Libertarias. Trabajaba y a la vez militaba y seguía los estudios en el Conservatorio de Artes y Oficios, donde me diplomé como ingeniero electricista.. Esto era el 1959.1960. Llegué a secretario de la federación Local de la FIJL de París. O sea, que estaba al quite de todo el que sucedía. Poco a poco entré a la militancia activa contra el franquismo. Hubo una manifestación ante la embajada de España en solidaridad con los mineros de Asturias en huelga y me detuvieron con Paul Desnais. Estuvimos cerrados toda la noche a comisaría. Estuve en Tolosa cuando se prepararon las acciones clandestinas de Defensa Interior, DI. Se trataba de fustigar el franquismo. No mediante acción directa armada para matar gente, sino se ponían petardos para hacer ruido y para que el mundo supiera que en España imperaba una dictadura sanguinaria.
Estaban separados los anarcosindicalistas en este tiempo?
No. Estábamos juntos. había la FAI, la CNT y las FIJL. La sede nacional y social de la CNT estaba en Tolosa (Toulouse).
Entendías de artefactos explosivos?
Está claro. Era pèrito electricista.
Qué petardos pusiste?
Yo, por ejemplo, puse un petardo en Italia, el 1961, al consulado español de Roma, con un compañero. Después otro, de más grande,
en Valle de los Caídos con Paul Desnais el 1962. Paul era médico y estaba en una organización anarcosindicalista francesa. De aquí su solidaridad con España. Todavía vive.
Yo cogí el tren en Perpiñán y viajé a Barcelona. Paul me esperaba con su compañera en Barcelona. Nos fuimos en coche hasta Calatayud. Allá armé el artefacto.
Compré un despertador, pilas y cables.
Y lo armé entero. Tan sólo faltaba activarlo. Lo puse a las tres de la tarde para que explotara a las siete. Fuimos a Madrid y entonces a Valle de los Caídos. El compañero con el coche volvió solo. Y yo marché de Madrid en tren dos días después hacia Barcelona. En la mochila traía para bañarme y acampar. Era un turista más. Yo dormía en las tiendas de campaña o en casa de compañeros de Estrasburgo. Nunca estuve en hoteles. A mí de joven me gustaba mucho leer las novelas negras americanas. Y sabía que cuando se entra en un país para hacer algo hay que volver por la misma frontera. Unos han caído en el error de entrar por Barcelona y salir por Irún. Grave.
Por qué?
La policía sabía que los autores venían de Francia. Entonces controlaban las fronteras. Con Delgado y Granado dijeron que tenían que pedir papeles a todos los jóvenes que iban y venían de Francia en España. Y es difícil de explicar el hecho de entrar por una frontera y salir por otra.
El material explosivo, de donde venía?
Alberola o alguien del DI daba los explosivos.
Yo armé el detonador de Valle de los Caídos y junto con Sergio Hernández los detonadores químicos de la DGS y de los sindicatos verticales al 1963.
Cómo valoras el atentado de Valle de los Caídos, de alto riesgo por vosotros?
Habían dicho por la prensa que había puesto el petardo en el altar mayor. Mentira. Lo puse en un rincón cerca de la tumba de José Antonio Primo de Ribera con el fin de hacer ruido y denunciar de paso al máximo símbolo franquista. Aprendí estando en Francia que habían detenido a unos 14-15 compañeros raíz del petardo a Valle de los Caídos. En particular a Ruano. Sánchez Ruano era un amigo de Jacinto Guerrero Lucas. En principio amigos. Después Guerrero ha escrito un libro donde critica a Ruano de mala manera. Mal hecho. Ruano fue condenado a 30 años de prisión y no se lo puede tratar como si fuera un cualquiera.
Concretamente, con qué argumentos se le acusa?
A ver. Ruano era un joven que traía los estudiantes a ver museos de Madrid. Y el día de la explosión, como tenían mucho tiempo, fueron a Valle de los Caídos. Y nada más entrar a la basílica, se escuchó una explosión. Ruano estaba dentro. Pidieron papeles a todo el mundo. Lo soltaron pero, 15 días después la policía vino a casa suyo, y lo cerraron 30 años en la prisión. Tenían que encontrar culpables enseguida. Así funcionaba la justicia militar.
Era el 1962. Y al mismo tiempo detuvieron a unos 14 compañeros, simpatizantes que también los acusaron y los condenaron a unos 5-6 años de prisión. Particularmente hay un caso significativo que no entiendo: Atraparon a 3 ex paracaidistas, que hicieron el servicio militar. Los acusaron de querer secuestrar un avión.
En Tolosa (Toulouse) Guerrero había comentado que tenía compañeros paracaidistas que querían secuestrar
un avión. Pero los tres paracaidistas aclararon hace unos años: “Nosotros no conocíamos los aviones civiles, conocíamos los aviones militares, y nunca pensamos al «secuestrar un avión”. Guerrero para hacerse ver, para figurar, explicó que tenía amigos.
Este Guerrero, un liante, Un mitòmano peligroso. Y ya le habían avisado a Guerrero: “Tú en Francia no te metas en nada que hay muchos “chivatos” y nos pondrás en peligro”. Y esto es el que sucedió.
Tú sabías que se preparaba atentar a Franco?
No lo sabía. El atentado que yo hice era para distracción. Hacer la cabra. Mientras los otros preparaban el atentado de Ajete (Ayete) en el País Vasco contra Franco. Se hablaba de eliminar a Franco, pero no sabía que estaba implicado en l´asunto.
El mismo sucedió cuando pusimos el petardo a la DGS y a los sindicatos verticales. Eran también de distracción. Y aquí está el problema cuando se repite la misma manera d´actuar. La policía debería de pensar “si han realizado un atentado simbólico, seguramente estando tramando asesinar a Franco”. Se el que m´imagino. El que habría pensado si fuera policía. Es el problema de repetir las cosas.
La policía no piensa, ni es inteligente. Son fuerza torpes. Más que por deducción sacan información mediante la tortura a militantes.
Ellos tienen su manera de trabajar. Después de la bomba a la DGS (Dirección general Seguridad) los altos mandos dieron la orden que había que pedir los papeles a todos los jóvenes que iban y venían a España. Y a Delgado y Granado al ir a pedir a en la estación norteña los horarios de Madrid-París, los detuvieron. En España había que tener cuidado con los taxis, hoteles, gasolineros y lugares de información a viajeros. Eran trabajadores adictos al régimen, privilegiados.
A la salida de la estación dijeron que un policía los detuvieron porque los escuchó decir halagos en francés de forma torpe a unas chicas. No sé. En el documental un policía declara que Inocencio Martínez ya era confidente en esta época.
Háblanos de tú. Eras consciente del riesgo de las acciones en España y de su dificultad por la represión?
Yo bajé para quedarme en España con un compañero asturiano. Eran íntimos. Decidimos quedarnos en Barcelona, por el miedo d´tropezar en Madrid con amigos y familiares. Allá encontramos trabajo. Yo en Olivetti. Y fui a Madrid a hacerme el DNI, que era mejor para andar por España. Si no vas a hoteles, y si no te cogen en l´acción, no te cogen nunca. Yo pensaba que era más peligroso estar en Francia que en España.
Por qué?
Nosotros íbamos y veníamos. En Francia nos vemos con mucha gente. Y los que no peligran tienen tendencia a hablar. En cambio en España era más peligroso, pero muchos menos contactos, sólo con compañeros implicados en el tema.
Por qué esperáis tantos años para denunciar y anunciar que sois los autores?
Hay gente que no quería ni que hubiéramos hablado. Cipriano Mera era de esta opinión.
Pero vosotros erais la prueba que Delgado y Granado eran inocentes.
Entonces había que decir que éramos nosotros y, como lo probamos? Al Tribunal Supremo ahora no cruzan en nuestras afirmaciones. En aquel tiempo menos.
Se ha hecho la demanda de revisión del proceso y no se ha podido revisar. Los jueces han dictaminado en contra.
Qué piensas de estos jueces?
Son jueces que no quieren hacer jurisprudencia.
Si se revisan nuestros procesos, se habría hecho jurisprudencia y otros habrían podido revisar sus procesos. Es el que no quieren. De cinco jueces, dos estuvieron d´acuerdo con nosotros. Se pidió también la revisión del juicio de Ruano. Estuve con Paul Desnais al consulado de España a Paris. El cónsul haciendo de notario, y declaramos que no fue Ruano sino que fuéramos nosotros los que colocamos l´artefacto a Valle de los Caídos. Pues tienen mucha cara dura, porque estos jueces ahora dicen que lo condenaron para estar el Movimiento Libertario, 30 años para estar al Movimiento Libertario.
Y Ruano no era libertario.
Esto se merece una revisión. Qué piensas de este Tribunal?
Son del sistema. Cuando murió Franco los mismos jueces continuaron. Y como en esto de la Justicia, igual que los militares, va de padres a hijos. Se reproducen y son los mismos. Ahora el presidente del Tribunal es uno del PP. Y aquí no pasa nada.
Después de l´asesinado de los inocentes Granado y Delgado, que haces?
Me fui a Francia al constatar tantas detenciones y filtraciones. Me retiré de la militancia armada, y me dediqué al sindicalismo. Hasta abril de 1968.
Qué era vuestro objetivo?
Resistir. Nosotros nos consideramos resistentes. Nuestro objetivo era eliminar a Franco, denunciar la dictadura franquista. Pensábamos que la muerte del dictador era clave para un cambio en españa. Franco reunía alrededor suyo en todas las derechas. Sin él, la situación hubiera explotado, pensábamos. Había que matarlo, pero no era fácil. No teníamos ni los medios económicos suficientes, ni la información necesaria, ni quizás la competencia para llevarlo a cabo.
Explícanos la falta de competencia.
Los militares cuando hacen una operación, después de la operación analizan como se desarrolló y aquí no hubo análisis. Esto de hacer atentados de distracción a cada intento de eliminar a Franco, no está bien. Hay que variar la manera de proceder. Por un otra lado, nosotros íbamos con nuestro dinero. Es más difícil, menos seguro.
Las cosas positivas de vuestra lucha y la de los maquis en general.
La lucha contra el tirano que siempre se justifica. El tiranicidio se puede justificar.
Matar a un guardia civil, no. Pero a un tirano, sí que está bien. Se hizo el que se pudo, con pequeñas competencias de cada cual.
Y no hay alguna asociación o colectivos que os puedan ayudar en vuestras demandas para la revisión?
El problema está que el movimiento libertario está dividido. Y las cosas no se hacen debido a esto. Hubo follon después del 1963. Hubo una escisión y se critican los unos a los otros.
Como ves las divisiones del movimiento libertario?
Hay muchos personalismos. Y también el problema que no quieren afrontar la verdad.
No hay valentía para decir los errores. Y entonces se acusa a la derecha y la izquierda.
Al no asumir los errores se presta a hablar demasiado y a criticar y se buscan justificaciones. Y esto crea divisiones.
Piensas escribir tus memorias?
No lo sé. Y, que tengo que decir? Quiero evitar criticar a la gente. Busco ser racional y no pensar en las teorías de complots.
Y la autocrítica?
Los responsables de errores habrían de auto-criticarse.
Y a tu vida, de que te arrepientes? Una autocrítica
Yo era un pequeño militante, a pesar de que el que he hecho ha causado dramas. Soy del pilón. Y al ser del pilón, no soy responsable. Y hacía lo que me decían. Y claro he buscado salvarme yo también. Por eso al ver que había mucho «chivato” y al ver tantas detenciones incomprensibles, me retiré.
Me puse a estudiar. Sabía que para ganarme bien la vida para mí y mi familia había de estudiar. Y lo hice.
Y lo que más te alegras de tu vida?
Creo que he sido coherente. No me he cambiado de chaqueta. Estoy contento de haber llevado a la vez las tres cosas: la acción militante, los estudios y el trabajo. Mi juventud no ha estado de bailes, porque estaba ocupadísimo.
Libros que hayan sido referentes tuyos.
Los libros de Chomsky, el apoyo mutuo de Kropotkin, la conquista del pan, libros de Albert Camus.
Qué piensas de l´anarquismo?
Lo mismo que Chomsky: El anarquismo es una tendencia del pensamiento y de la acción de los hombres para identificar las estructuras de autoridad y dominación. Hay que exigir a las autoridades y poderes que justifican su dominación. Y si son incapaces, hay que trabajar para sobrepasarlos.
En qué actividades estás ahora?
Ahora estoy a una asociación que se ha creado para hablar de la 9, la novena compañía de la segunda división del general Leclerc, la que liberó París. El próximo año (2014) iremos a hacer algo importante para explicar el rol de los españoles que participaron en la liberación de París. Los han ignorado. El azar quiso que esta división fuera compuesta en su mayoría por libertarios.
Quienes estáis?
Somos unos 10. Entre ellos, Evelyn Mesquida, que ha escrito un libro sobre esta Novena compañía
Un lema de vida
No hacer daño a la gente. Es un principio moral: no hacer daño a los demás.
Un personaje
Louise Michel