Las huelgas seguirán el martes en los depósitos de las refinerías de TotalEnergies pero también en el sector del transporte y de la educación, en una semana marcada por las primeras salidas de vacaciones. El presidente francés, Emmanuel Macron, pidió este lunes una solución «lo más rápido posible».
Este martes se prepara una huelga general convocada por varios sindicatos para exigir aumentos salariales. Se trata del sector de las refinerías, pero también del transporte y la educación. Seguirán las dificultades para ir a trabajar, la preocupación en las zonas rurales en plena temporada de cosecha y siembra y se esperan posibles trastornos en las salidas de vacaciones.
En Francia, se reanudaron las huelgas en tres refinerías (de un total de siete) y cinco grandes depósitos (de unos 200) de TotalEnergies, anunció Eric Sellini, coordinador de la Confederación General del Trabajo (CGT), el sindicato de la línea dura del grupo petrolero.
En el sector nuclear, EDF, la mayor empresa francesa de servicios eléctricos ya ha tenido que retrasar el reinicio de algunos de sus reactores a causa de la huelga. El 50% de las 18 centrales eléctricas francesas ya están afectadas por el parón, con consecuencias en la producción y el mantenimiento de la electricidad.
En el ámbito del transporte, la huelga afectará sobre todo a la compañía ferroviaria SNCF y a la empresa de transporte público parisina RATP. El metro debería funcionar con relativa normalidad, pero un cuarto de los trenes de cercanías RER A y RER B no circularán, así como un tercio de los autobuses.
En el sector educativo, muchos padres no podrán llevar a sus hijos a las guarderías por falta de personal. Hay clases podrían ser canceladas en primaria, secundaria y en los liceos profesionales.
El jueves pasado, la CGT se negó a firmar el acuerdo alcanzado entre la dirección de Total y otros dos sindicatos mayoritarios, la CFDT y la CFE-CGC. Este convenio prevé un aumento salarial del 5% para los obreros y técnicos y del 3,5% para los directivos. Además, se incluye una prima de un mes de salario.
Sin embargo, la CGT exige un 10% de aumento, correspondiente a «la inflación más la participación» de los beneficios obtenidos por la petrolera (5.800 millones de euros solo en el segundo trimestre de 2022).
El Gobierno califica de “ilegitimo” seguir la huelga
El Ejecutivo francés intentó mostrar mano dura frente al llamado de la CGT y otros sindicatos de los trabajadores de todos los sectores respecto de la huelga y la manifestación de prevista para el martes.
El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, denunció la actitud de la CGT este lunes y dijo que era «ilegítimo» continuar con los bloqueos. «El tiempo de la negociación ha terminado. Hubo una negociación, hubo un acuerdo, lo que significa que el voto mayoritario debe seguir en vigor», declaró. «En una democracia, incluida la socialdemocracia, no es la minoría la que dicta la ley a la mayoría», añadió.
Por su lado, el presidente Emmanuel Macron dijo que quería que la crisis del combustible «se resolviera lo más rápido posible», prometiendo «hacer todo lo posible» y diciendo que estaba «al lado de todos los compatriotas que están luchando y que están hartos de esta situación”. El jefe de Estado reunió por la tarde del lunes a la primera ministra Elizabeth Borne y a los miembros del Gobierno afectados por la crisis para «hacer un balance de la situación».
Los prefectos estarán más movilizados para ayudar a llevar el combustible a las estaciones de servicio, según anunció el Gobierno al final de la reunión. «La decisión que se ha tomado es la de movilizar a un nivel superior a los prefectos en apoyo de Total o Esso, para acelerar la entrega de combustible a las estaciones de servicio en colaboración con los transportistas», explicó la ministra de Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher.
Requisiciones forzadas de depósitos de combustible
Según las cifras comunicadas este lunes por el Ministerio de Transición Energética, el 28,1% de las estaciones de servicio estaban en dificultades a nivel nacional este lunes. Según, el ministro de Transportes, Clement Beaune, las gasolineras podrían seguir teniendo problemas hasta la próxima semana.
Frente a los escases de combustible en las gasolineras, el Gobierno decidió intervenir. Anunció que había obligado a trabajar a seis trabajadores en un depósito de TotalEnergies en Dunkerque, en el norte de Francia, y que haría lo mismo en su depósito de Feyzin, en el sureste. Ya había hecho lo propio en otros lugares la semana pasada, algo contra lo que se opone vehementemente la CGT.
«Lo hacemos por los franceses, no lo hacemos contra los huelguistas, es absolutamente necesario para que la gente pueda seguir yendo a trabajar y satisfacer sus necesidades básicas», justificó Pannier-Runacher.
El Gobierno de Macron bajo presión
La CGT es la gran protagonista de este pulso al Ejecutivo de Macron al que reprocha su reticencia a la compensación generalizada de la inflación en los salarios, pero también sus planes de reforma, sobre todo la de las pensiones, en un momento en el cual el mandatario también está bajo presión en el Parlamento.
Las requisas se producen un día después de la «Marcha contra la carestía de la vida», organizada por los partidos de izquierda, entre ellos la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélénchon, en París. Los organizadores afirmaron que había 140.000 participantes, pero según fuentes policiales se contabilizaron 30.000 asistentes.
Además, los precios de la gasolina siguen aumentando drásticamente en los surtidores. La primera ministra, Elisabeth Borne, anunció el domingo la prórroga del descuento de 30 céntimos por litro, y TotalEnergies confirmó la prolongación de su descuento de 20 céntimos hasta mediados de noviembre.
Aunque el jefe de Estado había declarado la semana pasada que esperaba mejoras para esta semana, no se reportó ninguna atisbo de mejoría por el momento. A pesar de las diferencias y los pulsos dentro y fuera del Ejecutivo, todos esperan que el conflicto termine antes de las vacaciones de este viernes.
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