Soy Juan Vicente
Calderón e intervengo en nombre del sindicato CGT en representación de los trabajadores y trabajadoras de
Bankia.
En
primer lugar querríamos felicitar al sr. Goirigolzarri porque sus planes están saliendo a la perfección, no los anunciados
ante la prensa o ante esta Junta, no, nos referimos a sus planes reales de acuerdo con los que Bankia nunca volverá a ser
una entidad financiera independiente y con futuro y está condenada al fracaso y por tanto a su venta y/o regalo a otras
entidades nacionales o extranjeras.
Aunque, obviamente, esperamos equivocarnos; no dudamos que esas fueron las instrucciones recibidas
por Ud. al colocarle en la presidencia de Bankia. Y es que están haciéndose las cosas tan rematadamente mal, y en todos los
ámbitos, que es casi imposible imaginar que sea debido simplemente a ineptitud o estupidez: debe responder a un plan
calculado.
Y eso
que somos conscientes de la, siendo generosos, mediocridad de nuestros equipos directivos, cómplices como mínimo, cuando no
causa directa de la lamentable situación de las Cajas que formaron Bankia.
Por cierto sr. Presidente con los
directivos de 6 de las 7 antiguas Cajas ya prácticamente extinguidos…. ¿para cuándo alguna depuración interna de
responsabilidades entre los altos directivos de Bankia (procedentes casi en exclusiva de la antigua Caja Madrid), algunos de
ellos actualmente imputados en diversas causas judiciales en relación a su nefasta gestión anterior?
¿es que su idea a futuro es que las
mismas personas que nos llevaron al fracaso, misteriosamente se hayan vuelto más inteligentes y más honestos y ahora sean
capaces de desempeñar digna y profesionalmente sus funciones? ¿han de salvarnos los mismos que nos condujeron a la quiebra
más estrepitosa?
¿los mismos que hoy han llenado esta sala con empleados de la entidad traídos de manera
obligatoria, como se hacía antaño para llenarle las plazas al caudillo (Franco para los más jóvenes) o se puede estar
haciendo ahora en Irán o Corea del Norte?
¿los mismos que llevan meses sin tomar ninguna iniciativa, por miedo a no acertar con lo esperado
por su superior? ¿los mismos que siguen enrocados en su parcelita de poder burocrático poniendo mil dificultades a
cualquier intento de modificar los status quo anteriores a la creación de Bankia?
Porque insistimos en que es casi imposible
hacer las cosas tan mal sin pretenderlo expresamente.
No es posible gestionar con mayor descrédito el ajuste de plantilla vinculado
al ERE, eso sí con la complicidad de los sindicatos firmantes que ¿casualmente? dejaron al libre albedrío de la empresa la
voluntariedad en las salidas/despidos y los criterios ¿objetivos? a aplicar, y que está generando un enorme cabreo y
desconfianza entre los trabajadores y trabajadoras de Bankia, los que se van y lo que es peor: los que se
quedan.
No es
posible gestionar con mayor desconfianza la labor comercial. Eso sí desatando a las hienas carroñeras, subespecie de
jefecillos de zona capaces de prosperar e intentar sacar tajada en los momentos más difíciles a base de extorsionar a los
compañeros generando el lógico cabreo y desconfianza entre la clientela de la entidad que, obviamente, sigue huyendo a la
competencia de manera imparable. Lo que no es extraño si se les engaña una y otra vez, con preferentes, con canjes por
acciones que no valen nada,… y machacando al resto con la venta de productos que ni quieren ni necesitan.
Y con los trabajadores y
trabajadoras de la entidad intentando sobreponerse a tanto desasosiego, a tanto cabreo, a tanta falta de confianza en el
futuro, aunque, como siempre, dando el callo y esforzándose al máximo por su trabajo diario y sus clientes.
Eso sí, tras muchos años de estar
orgullosos de nuestras Cajas, que sentíamos como algo propio, hemos pasado a sentir vergüenza de Bankia y a tratar de
ocultar, o al menos no mostrar, nuestra condición de empleados de la misma en público.
Hemos pasado de estar orgullosos de nuestro
trabajo y nuestra contribución a mejorar aunque fuera un poco la sociedad, nuestro pueblo, nuestro barrio, nuestros vecinos
y clientes…. a sentir que se nos está obligando a cambiar nuestro modo de actuar, que se pretende que vendamos porque
sí, dejando de lado la honestidad, recurriendo si es necesario a la mentira como único modo de contentar a las
hienas.
Como ve sr.
Presidente sólo podemos destacar dos sentimientos tanto en la plantilla como entre los clientes: cabreo y desconfianza. Y
así no tenemos ningún futuro.
Volviendo al inicio de mi intervención, si es esa la finalidad que Vd. persigue, enhorabuena, lo
está consiguiendo. Si no es así, no tarde en cambiar el rumbo de su actuación.
Si necesita casos concretos, información de
primera mano, no sesgada ni tamizada por esos directivos inútiles e interesados que le rodean, no dude que estaremos
encantados de echar una mano por el futuro de Bankia. Que en definitiva es el nuestro.
En caso contrario continuaremos como hasta
ahora y en la medida de nuestras posibilidades con nuestras denuncias, en la defensa a ultranza de los clientes y de los
trabajadores y trabajadoras de la entidad y sus familias. O lo que es lo mismo: en la defensa de
Bankia.