El Comité Confederal de CGT-PV ya trasladó a Rafael Climent, conseller de Economía Sostenible, Sectores productivos, Comercio y Trabajo, su exigencia de que se acabe con la discriminación sindical que se arrastra desde los tiempos de la Transición
Ante la secuela de noticias e informes que se van publicando en los medios de comunicación valencianos respecto a las subvenciones que los dos sindicatos mayoritarios reciben de la Generalitat y sus distintos entes, la Confederació General del Treball del País Valenciá quisiera dejar patente por enésima vez su frontal oposición a que mediante ayudas de todo tipo se subvencione tanto a la patronal como a UGT y CCOO, al mismo tiempo que con dicha lluvia de millones se potencia un sindicalismo de gestión en detrimento de otras opciones sindicales mucho más comprometidas con las luchas en el tajo y en la calle.
La CGT ya trasladó al conseller Rafael Climent, en una entrevista mantenida a las pocas semanas de su nombramiento, la postura contraria a que la nueva Generalitat destine 5´2 millones de euros a paliar las estrecheces económicas que aquejan al sindicalismo mayoritario por la pérdida de afiliados y de otras subvenciones del Estado. En esa misma reunión el Secretariado de CGT-PV manifestó a los responsables de la Generalitat su nulo interés por ser incluidos en el reparto de esas importantes cantidades; muy al contrario, la CGT solicitó que dichas partidas se dedicaran a ayudas sociales a la población más castigada por los recortes y la precariedad.
La CGT considera que desde las administraciones no se debe primar a unos sindicatos sobre otros, por lo que más allá de las cantidades que correspondan a cada organización por su número de representantes, deberían cesar las ingentes sumas de dinero que estos dos sindicatos vienen recibiendo desde los tiempos de la Transición por parte de los sucesivos gobiernos. Sospechosamente estas enormes subvenciones (concedidas para proyectos tan ambiguos como creación de empleo o formación en materias igual de difusas) suelen concederse a continuación de la firma sindical en alguno de los pactos que más daño han causado a la clase trabajadora: Pacto de la Moncloa, ANE, AMI, Pacto de Toledo, etc.
Por tanto, más que entrar en la polémica sobre si se actualizan correctamente o no los censos de delegados obtenidos por cada organización, anulando mucho antes los de empresas desaparecidas durante el período de los cuatro años que transcurren entre unas elecciones sindicales y otras, la CGT lo que plantea es cerrar el grifo de ayudas diversas que benefician muy especialmente a la gran patronal y los sindicatos UGT y CCOO. Limitándonos a la Comunidad Valenciana podemos ver que mientras la patronal Cierval y los dos sindicatos referidos pueden haber recibido unos 10 millones en subvenciones varias, los 10.000 delegados que se considera pertenecerían a empresas cerradas durante esos cuatro años sólo representarían un gasto de 120.000 euros a repartir proporcionalmente entre el conjunto de sindicatos y candidaturas que hayan concurrido a las elecciones.
Por supuesto que en CGT sabemos que no es la Administración la única entidad que no respeta los principios de la libertad sindical y la no discriminación por razones de afiliación, y que las empresas también potencian descaradamente a los sindicatos que colaboran en sus planes, mientras persiguen al sindicalismo reivindicativo. Eso lo sabemos y lo sufrimos en carne propia, pero entendemos que si la discriminación es denunciable en la empresa privada, en el ámbito de la Administración es doblemente escandalosa.
Con independencia del interés que el nuevo gobierno autonómico se tome para atajar la discriminación sindical, la CGT va a seguir luchando por la libertad sindical y los derechos de los trabajadores con el mismo convencimiento con que el anarcosindicalismo lo viene haciendo en estas tierras desde finales del siglo XIX.
Secretariado Permanente de CGT-PV
Valencia, 22 marzo 2016