Ante la evidencia de pruebas que se presentaba y la condena de cárcel que le pedía la fiscalía, Vicente Sanz, ex secretario general de Radiotelevisión Valenciana (RTVV), ha preferido declararse culpable y aceptar una multa de 15.000 euros, más 210.000 euros de indemnizaciones para las tres mujeres, ex trabajadoras de este ente público, que han sido víctimas de su prepotencia, de abuso de autoridad con intimidación, de amenazas y de sus fechorías de acoso y abuso sexual
Vicente Sanz ha demostrado ser un trilero en el manejo de la justicia, un crac que ha conseguido pasar de más de 20 años de cárcel que le pedía la fiscalía, a eludirla por una cuantía económica, que encima, no existen garantías de que pague, pues al haber declarado responsable subsidiaria a RTVV siempre cabe la posibilidad de que su insolvencia, si la hubiera, haga caer el pago sobre los hombros del sufrido pueblo valenciano.
Vicente Sanz es un indeseable que curiosamente lleva muchos años ejerciendo cargos de peso político y en su partido también, no hay que olvidar que fue presidente del PP en Valencia. Que está implicado en demasiados antecedentes de corrupción y causas pendientes. Su nombre apareció por primera vez en 1990 en una trama de sobornos, el primer caso conocido de sospechas de corrupción en la financiación del PP, el llamado caso Naseiro. También está imputado en la Gürtel por su vínculo con las empresas que contrataba para RTVV, siendo investigado por diferentes delitos, y también se le considera parte responsable de la ruina a la que abocaron a este ente público
Vicente Sanz, representa la degradación de un sistema que llevaba funcionando muchos años podrido por dentro y por fuera. Un sistema que ha colocado a impresentables a gobernar, que todos se han mantenido en el poder tapándose las vergüenzas unos a otros, como ha quedado demostrado en la actitud pasiva del ex director general López Jaraba y la ex directora de Canal 9 y ex consellera Lola Johnson, ante una indiferencia manifiesta a las denuncias que las víctimas les presentaban.
Para la Confederació General del Treball del País Valencià (CGT-PV), este acuerdo es un pésimo precedente y un mal ejemplo para los muchos casos pendientes de acoso y abuso sexual que por desgracia se producen y abundan hoy en nuestra sociedad Porque en todos ellos no nos encontramos con un personaje mediático, ni con un ente que tenga que resolver económicamente el drama, porque así se exculpa al acosador y se vela el delito.
En este caso concreto comprendemos muy bien la decisión de las víctimas al no querer pasar por un juicio que habría supuesto un circo mediático, donde saldrían a la luz los hechos de vergüenza ocurridos y les supondrían vivir públicamente de nuevo las pesadillas por las que pasaron. Pero estos acuerdos son muy peligrosos, porque desgraciadamente este es un problema demasiado generalizado y todos los casos, como no se pueden resolver con dinero, puede ser un precedente muy negativo.
Las víctimas merecen un reconocimiento y los acosadores que abusan de su autoridad un escarmiento y el rechazo y la implicación de toda la sociedad con tolerancia cero. Porque el acoso sexual es violencia machista, dentro de sus muchas expresiones, no mata, pero puede hacerlo. Hiere en profundidad, además de arruinar toda una vida.
Comité Confederal CGT-PV
Valencia, a 28 de octubre de 2015