Las primeras movilizaciones de los jóvenes se han
convertido ya en un movimiento contra el Gobierno que engloba a grandes capas de la sociedad turca. Una huelga hoy
convocada por dos importantes federaciones sindicales y dos colegios profesionales marca la sexta jornada de las protestas
en Turquía, después de una madrugada en la que volvieron a registrarse duras cargas policiales en Ankara, Estambul,
Tunceli y Hatay. Se prevé que cientos de miles de personas paren hoy su actividad para exigir al Gobierno que
respete a los manifestantes que exigen un cambio del estilo autoritario del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.
El presidente turco, Abdulá Gul,
distanciaba el martes martes las protestas de la Primavera Árabe y ha subrayado que son más similares a las celebradas en
Europa y Estados Unidos en el marco del movimiento ‘Occupy’. «Alguien que vive en Londres puede percibir la situación de
forma diferente. También yo estoy siguiendo los eventos de cerca. Lo que ocurre en Turquía es totalmente diferente a lo que
ocurre en Oriente Próximo», ha asegurado. En este sentido, ha apuntado que los levantamientos árabes se produjeron «en
países en los que no hay elecciones libres, en los que la voluntad popular no se ve reflejada en las urnas y en los que los
tribunales no están ajustados a los estándares europeos».
Pero la calle sigue en pie de guerra. La huelga ha sido convocado por la Confederación de los
Sindicatos de Trabajadores Públicos (KESK), la Confederación de los Sindicatos Revolucionarios de Trabajadores (DISK), el
Colegio Oficial de Médicos de Turquía (TTB) y la Unión de Colegios Oficiales de Ingenieros y Arquitectos (TMMOB). En una
declaración conjunta, esas agrupaciones exigen al Gobierno garantizar que al preservación del parque Gezi en Estambul,
origen de las protestas al ser amenazado por una remodelación urbanística. Piden poner fin al empleo de gas pimienta
contra las protestas e investigar y cesar a los responsables de las acciones policiales más violentas. También
exigen la liberación de los miles de detenidos y ofrecerles disculpas, además de levantar la prohibición de celebrar
asambleas en plazas emblemáticas como la de Taksim en Estambul.
Esta madrugada volvió a haber duras cargas policiales en Ankara, Estambul, Tunceli y Hatay. En esa última
ciudad, fronteriza con Siria, una manifestación tras el funeral de un joven que había muerto el lunes por el impacto de una
granada de gas lacrimógeno, fue dispersada por la policía con cañones de agua a presión y más gas.
Mientras, en Estambul, la plaza de Taksim y sus alrededores seguían en un
ambiente festivo, pero pasada la medianoche, la policía volvió a lanzar grandes cantidades de gases lacrimógenos contra un
millar de personas sentadas en una zona verde cercana al Bósforo. Uno de los manifestantes mostró a Efe el impacto de una
bala de caucho en el brazo, sufrido durante esta carga policial. «Todos los días atendemos a heridos por balas de
caucho, aunque la mayoría de los pacientes vienen afectados por la inhalación de gas, por el impacto de las
granadas de gas o por haber sido aplastados en una avalancha tras una carga policial», explicó un voluntario en el
improvisado centro médico de la plaza de Taksim.
También
hubo cargas policiales en la capital Ankara y en Adana, mientras que numerosos barrios de otras ciudades se sumaron a la
protesta mediante ruidosas caceroladas. En Esmirna, otro centro de fuertes protestas callejeras, la policía
detuvo a 24 personas durante el registro de sus domicilios, bajo la acusación de alentar las protestas mediante el uso de
medios sociales como Twitter, informa hoy la cadena NTV. «La Fiscalía de Esmirna hace causa común con el Gobierno
al pedir el arresto de estas personas por usar twitter», denunció en declaraciones a Efe Sebil Sevinç, una abogada en
Estambul.
Hace pocos días, Erdogan había arremetido
contra el uso de esa red como «amenaza social», aunque la mayoría de los altos cargos de su propio Gobierno también usa
Twitter para hacer públicos sus mensajes políticos. En este ambiente de tensión, el viceprimer ministro, Bülent Arinç, que
ayer tuvo palabras conciliadoras para con los manifestantes, se reunirá hoy sobre las 8:00 GMT con miembros de la
Plataforma Taksim, que ha coordinado los esfuerzos por salvar el parque de la remodelación urbanística.
Jóvenes libertarios, ajenos a partidos y
opuestos a Erdogan
La inmensa mayoría de los
manifestantes que iniciaron las protestas en Estambul son jóvenes que no se sienten próximos a ningún partido político y
que creen que la actitud autoritaria del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ha sido la que ha provocado que las
protestas se extiendan por todo el país, según un sondeo online del que se hace eco este miércoles el diario
Hurriyet.
El 81,2% de los que han respondido la
encuesta se definen como «libertarios» y el 64,5% dicen ser «laicos». Además, el 75% que no se definiría como
«conservador» y el 92,1% deja claro que no votó por el AKP de Erdogan. No obstante, más de la mitad ha asegurado que no es
«apolítico».
Así, el 70% aseguran que no se siente
próximo a ningún partido político, frente al 15,3% que sí lo hace, de acuerdo con el sondeo realizado por dos académicos de
la Universidad Bilgi de Estambul entre el lunes y el martes. Sólo el 7% de los que han respondido a la encuesta electrónica
aseguran que el partido político al que están afiliados les ha influido a la hora de sumarse a las protestas. De las 3.000
personas que han respondido a la encuesta, el 63,6% tenían edades comprendidas entre los 19 y los 30 años.
Por otra parte, el 92,4% afirma que han unido a las manifestaciones por la
actitud autoritaria de Erdogan, mientras que el 91,3% señala que la respuesta desproporcionada de la Policía les ha llevado
a manifestarse. Asimismo, el 91,1% apuntan como motivo la violación de los derechos democráticos; el 84,2% el silencio de
los medios; y el 56,2% la tala de los árboles del parque Gezi, en la Plaza Taksim. Este último fue el argumento inicial
para que comenzaran las protestas en Estambul la semana pasada.
Además, el 96,7% de los encuestados reclama el fin de la violencia policial, el 96,1% reclama el respeto de las
libertades a partir de ahora, y solo el 37% pide la creación de un nuevo partido político. Además, el 79,5% asegura que no
quiere que se produzca un golpe de Estado militar, frente al 6,6% que reclama una medida de este tipo.
Agencias