La salud mental en el trabajo, invisibilidad y falta de prevención

Existe una clara influencia del trabajo en la salud mental, por lo que unas buenas condiciones laborales son indispensables para reducir la incidencia de los problemas mentales entre la población trabajadora.

La prevención del suicidio en el trabajo se ha empezado a reconocer en España como un tema importante demasiado recientemente. Se trata de la derivación más grave de los problemas de bienestar y la salud mental de los trabajadores. 3.952 personas se suicidaron en España en 2023. La cifra ha descendido en un 6,5% respecto a 2022, según los datos provisionales del INE. Además, 2022 fue el año en el que se registró el mayor número de suicidios en nuestro país. En total, 1.255 personas ocupadas se suicidaron, de las que 283 eran personas trabajadoras de los servicios de restauración, personales, protección y vendedores; 210 tenían ocupaciones elementales y 193 eran artesanos/as y personas trabajadoras cualificadas de las industrias manufactureras y la construcción (excepto operadores de instalaciones y maquinaria).

Existe una clara influencia del trabajo en la salud mental, por lo que unas buenas condiciones laborales son indispensables para reducir la incidencia de los problemas mentales entre la población trabajadora. Aunque los trastornos mentales son el principal factor de riesgo asociado al suicidio, pueden influir otros como, por ejemplo, las cuestiones relacionadas con el trabajo o las adicciones.

Existen diversos factores que aumentan la probabilidad de suicidio o los problemas de salud mental, como son:

  • Estrés laboral crónico: altos niveles de exigencia, presión por los plazos y las largas jornadas.
  • Ambiente de trabajo tóxico: acoso laboral o mobbing, malas relaciones con jefes o compañeros.
  • Falta de control: sensación de no tener autonomía o de no participar en las decisiones.
  • Inseguridad laboral: miedo a perder el empleo o condiciones precarias.
  • Trabajo en sectores de alto riesgo: profesiones como la sanidad, emergencias y otros con alta responsabilidad, o de exposición a situaciones traumáticas.

El suicidio puede llegar a considerarse como accidente de trabajo si se prueba la relación entre las condiciones laborales y el propio suicidio. Recientemente en nuestro país, el Tribunal Supremo reconocía como accidente de trabajo el suicidio de un trabajador de una cadena de supermercados en Cantabria. El caso de un trabajador de Madrid que se suicidó por estar sometido a situaciones de elevado estrés laboral también fue considerado como accidente laboral.

En España, la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (Ley 31/1995) establece que las empresas tienen la obligación de proteger la salud y seguridad de los trabajadores. Sin embargo, la ley no aborda específicamente el suicidio. Aunque sí se considera parte de la obligación de prevenir el estrés, así como otros factores psicosociales que puedan derivar en problemas graves.

Como consecuencia de esta invisibilidad, los suicidios en el ámbito laboral no son reconocidos como contingencias profesionales. Por eso, no se reflejan estadísticamente ni constan en ningún registro como fallecimiento por trabajo. Esto dificulta la correcta identificación de los factores de riesgo y la aplicación de medidas preventivas.

Para que sea acreditado como lesión profesional, los familiares de la persona trabajadora deben iniciar un proceso judicial duro y extenso. De hecho, en primera instancia nunca suele reconocerse. Esto añade aún más sufrimiento al drama que ya supone la pérdida de un ser querido en general y, en particular, como consecuencia de la actividad laboral.

En los últimos años, el INSST ha incrementado sus esfuerzos por incluir la salud mental dentro de la prevención de riesgos laborales. También han aumentado los recursos de salud mental en la sanidad pública y privada, aunque mucho más lentamente que las necesidades.

Un gran problema social:

  • Falta de concienciación: aunque se ha mejorado, muchas empresas aún no abordan estos riesgos.
  • Políticas insuficientes: es necesario que se desarrollen más para la prevención del suicidio en el trabajo.
  • Estigma: persiste sobre toda la salud mental. Esto dificulta que los trabajadores busquen ayuda.

Los riesgos psicosociales deben ser tratados con la seriedad y rigor con que se tratan los demás riesgos laborales. Solo así se puede lograr una prevención integral. De esta forma, se crearán espacios de trabajo cada vez más seguros y saludables para los trabajadores.

Para la CGT debería reducirse el estrés laboral, creando un clima laboral libre de acoso y violencia y además se debería trabajar en la desestigmatización de los problemas de salud mental. La protección de la salud mental de las personas trabajadoras es una herramienta esencial para evitar situaciones que puedan afectar a la salud y llegar a desencadenar una patología.