La demanda por un convenio justo y medidas de refuerzo marca la protesta de los bomberos forestales frente al Palau de la Generalitat. Por Lluna Bartual Publicado en el Salto diario.
En un contexto marcado por los desafíos del cambio climático, que se traducen en escasez de lluvias y altas temperaturas, los fenómenos extremos ya no son tan extremos. De hecho, el Consejo de Ministros dio luz verde el pasado martes 5 de marzo a dos proyectos de ley destinados a establecer un marco mínimo de condiciones tanto para los bomberos forestales como para los agentes ambientales.
Centenares de personas han participado en la concentración que buscaba visibilizar la urgencia de acciones concretas ante una temporada de incendios que se presenta especialmente complicada, después de que el gobierno autonómico haya reducido el presupuesto destinado a este departamento.
Los bomberos forestales del País Valencià han levantado la voz una vez más para denunciar los recortes implementados por el gobierno autonómico y exigir un convenio digno que mejore las condiciones laborales de la plantilla. El delegado de CGT en la Societat Valenciana de Gestió Integral dels Serveis d’Emergències (SGISE), Miquel Ferriz, asegura que este año se han recortado 13 millones de euros del presupuesto destinado a la prevención de incendios.
“Da la impresión de que el PP y Vox quieran desmantelar el servicio de bomberos forestales”, confiesa Férriz. La manifestación ha hecho un llamamiento urgente por unas condiciones laborales dignas para un sector vital. Los bomberos forestales del País Valencià rechazan la política que la Generalitat está llevando a cabo en materia de prevención de incendios y demandan a la Conselleria de Justicia e Interior que cese en los recortes y preste mayor atención a la preparación de la campaña de verano, la cual se vislumbra como una temporada sumamente complicada.
La SGISE, como empresa pública de la Generalitat Valenciana, tiene la responsabilidad de gestionar el personal y las necesidades logísticas de los servicios de extinción de incendios forestales y diversas emergencias en el País Valencià. Además, desde la firma del Reglamento de Bomberos Forestales hace cuatro años y la aprobación del decreto de la Unidad Valenciana de Emergencia (UVE), su labor se ha expandido a situaciones como inundaciones, nevadas, búsqueda de personas y diversas emergencias.
Incendios invernales
Villanueva de Víver, Bejís, Montixelvo y Vall d’Ebo. Alrededor de 40.000 hectáreas han sido las afectadas por los cuatro grandes incendios en el País Valencià durante un invierno que no ha dado tregua. “No hemos parado de tener incendios de emergencias 3, algo que no es normal a estas alturas, y se prevé un verano aún más desafiante”, ha explicado Férriz.
Ante esta situación, la plantilla exige de manera urgente “medidas de refuerzo” para poder hacer frente a los posibles siniestros. La Sección Sindical de Bomberos Forestales de la Confederación General del Trabajo (CGT) en el País Valencià insiste en la necesidad de contar con un operativo completo los 365 días del año y dejar atrás la idea de unidades de refuerzo solo durante el periodo estival. Además, los bomberos forestales alertan sobre los horarios insuficientes de los parques, que cierran sus puertas a las ocho de la tarde. Los bomberos forestales enfatizan que tanto los recursos materiales como el personal actual no son suficientes para afrontar las demandas reales.
Desde el departamento indican que el modelo de servicio sigue anclado en el siglo pasado puesto que solo se da la ampliación de los efectivos durante el verano. Una medida insuficiente si se tiene en cuenta que el cambio climático ha desplazado y prolongado la temporada de incendios y que, como se ha mencionado, las funciones que desempeñan se han multiplicado. “Cuando se alineen las condiciones climáticas, podemos tener grandes incendios que afecten tanto a municipios, como urbanizaciones o patrimonio natural”, explica Miquel Férriz. Es por ello por lo que demandan un tercer turno, un servicio anual completo y una estructura y movilización propia al servicio que deje a un lado las encomiendas. Asimismo, demandan un convenio propio y unificado para todas las secciones de bomberos forestales.
Entre pitos y ruidos de sierras se han hecho oir para exigir la posibilidad de una jubilación anticipada y una segunda actividad. “No podemos tener personas con 65 años en primera línea de fuego”, explica el cuerpo forestal.
Frente a las promesas del Ministerio de Interior de reducir la temporalidad antes de fin de año, tras la reunión del pasado 15 de febrero con la SIGSE, la realidad presenta un panorama diferente. La estabilización es un proceso pendiente para las más de 300 personas que, tras lograr la plaza, todavía no han visto un resultado, a las que se suma la plantilla de refuerzo que todavía no ha empezado su servicio.
La concentración de esta semana, respaldada por todos los sindicatos de la SGISE, marca tan solo el inicio de las protestas. El cuerpo de bomberos forestales ha convocado una nueva manifestación para el 23 de marzo, en la Feria de Emergencias de Chiva. Una vez más, “los de amarillo” saldrán a las calles para recordar la importancia de su labor y la urgencia de medidas concretas para garantizar unas condiciones dignas y seguras en su trabajo diario. “Vamos a manifestarnos y usar hasta la última herramienta de la que dispongamos, por nosotros y por la ciudadanía”, asegura Férriz.