En 2018 el gasto sanitario será solo del 5,8% del PIB.
Mientras los medios de desinformación nos tienen abducidos con el conflicto entre los gobiernos español y catalán, la hoja de ruta para el desmantelamiento de los «servicios públicos» avanza imparable.
Así, en las cuentas enviadas el pasado lunes por Montoro a Bruselas para 2018, el porcentaje del PIB dedicado a sanidad baja por primera vez del 6% hasta limites históricos: el 5,8% del PIB (en 2016 fue del 6%).
Así mientras nos bombardean con mantras en el sentido de que ya ha pasado lo peor, y que ya hemos salido de la crisis (crisis que ha venido para quedarse), y que hemos entrado en la recuperación económica (¿para quien?), siguen recortando en gasto sanitario, dentro del plan, perfectamente diseñado para deteriorar y desmantelar los centros sanitarios de gestión directa (la mal llamada sanidad pública), empujando a los sectores sociales que aun conservan cierta capacidad de compra hacia los seguros sanitarios privados, para intentar evitar las pavorosas listas de espera que se están desbordando en todos los territorios.
Somos conscientes de que en sanidad el dinero no lo es todo, y que es quizás mas importante decidir como y donde se gasta el dinero del que disponemos, ya que año tras año la parte del gasto sanitario que se va a centros privados se incrementa escandalosamente. Pero si a este escandaloso trasvase de fondos públicos a bolsillos privados unimos un recorte del porcentaje del PIB dedicado a gasto sanitario, recorte que se va a efectuar casi con toda seguridad en los centros de «públicos», la situación se presenta dantesca.
Mientras el sufrimiento de los que tienen la desgracia en este momento de ser pacientes se incrementa, los medios de desinformación dirigen la atención hacia donde les interesa.