La
delegación del Gobierno en Valencia quiere multar a una de las juristas del movimiento 15-M, Adoración Guamán, porque la
masiva manifestación del 19 de junio dibujó un itinerario ligeramente distinto al acordado.
Concretamente, la policía denuncia que la marcha tomó la calle en que vive la alcaldesa de Valencia,
Rita Barberá y no otras del entorno. Los manifestantes, más de 20.000, decidieron parar allí, sentarse y proferir gritos
contra la alcaldesa, quien llamó al vicepresidente del Gobierno para quejarse y exigir responsabilidades. Guamán, que
comunicó el recorrido y el horario de la marcha a delegación, explica que se vio obligada a «intermediar» entre los
manifestantes y la policía junto a algunos compañeros. Los agentes la acusan de no haber hecho nada por evitar que la marcha
pasase por allí cuando eso difería de lo acordado. La delegación del Gobierno ha incoado un expediente sancionador que podría
acabar con una multa de 6.010 euros en su contra.
«Al comunicarle esta incidencia», explica la policía en su
atestado, «[Guamán] hace caso omiso de las indicaciones de la policía». Los agentes denuncian también que la manifestación no
concluyó frente a la sede de la delegación del Gobierno, sino en la plaza del Ayuntamiento y que lo hizo a las 00.00 y no a
las 21.00. Se trata de otro de los motivos por los que se incoa expediente sancionador. Delegación concede 15 días de plazo
para que Guamán presenta las alegaciones oportunas o para que pague la multa mínima, 301 euros y concluya el proceso.
No se trata de la primera multa, pero sí quizá de la más llamativa. Algunos indignados reciben estos días en sus
casas notificaciones de la policía en que se les acusa de haber alterado el orden público en alguna de las primeras
manifestaciones y acciones de protesta del movimiento 15-M en la ciudad. Guamán, profesora de Derecho en la Universitat de
València, explicaba ayer que, «en muchos de los casos, era gente a la que se identificaba y ya está; no salían detenidos y ni
siquiera se les retenía». Chirrían, por tanto, las palabras de la delegada del Gobierno, Ana Botella, que el martes destacó
«el ejemplo de convivencia entre manifestantes y policía» todo este tiempo. Se trata de denuncias cuando el 15-M congregaba a
cientos de personas en cada acto, miles en muchos de ellos, no de concentraciones exiguas como las de los últimos días.
Agencias