- 28 d’abril, Dia Mundial de la Seguretat i Salut en el Treball
- Los accidentes de trabajo, en jornada o in itinere, se llevaron en dos meses 98 vidas
- En 2024 se produjeron 796 muertes en el trabajo
En los dos primeros meses del 2025 han muerto 98 trabajadores/as y se han producido un total de de 91.950 accidentes de trabajo. Ante estas desoladoras e inaceptables cifras, hacemos un llamamiento a los delegados, delegadas y afiliación de la Federación Local de València a participar en la concentración que tendrá lugar el martes 29 de abril a las 11,30 horas en la Plaza Manises ( frente al palacio de la Generalitat) para denunciar estos hechos y recordar que no somos números ¡ Ni una muerte más !.
Si la responsabilidad en la organización del trabajo corresponde al empresario y las muertes se producen como consecuencia de trabajar –contratos precarios, destajos, ritmos frenéticos y estresantes, tiempos de desplazamiento cada vez más grandes, presiones y violencia (moobing) en la organización del trabajo ; autoritarismo y ausencia de democracia laboral, …– sólo existen unos responsables, LOS EMPRESARIOS.
EL ACCIDENTE DE TRABAJO Y LA SALUD LABORAL
Desde la Confederación General del Trabajo (CGT), nos preguntamos ¿Para qué le sirve al trabajador muerto el ficticio dolor de su patrón, o el más real de sus compañeros, de su familia o de la sociedad ?
El trabajo asalariado es una necesidad para millones de personas que están ocupadas, trabajan, tienen empleo o lo están buscando. Un trabajo con el que se producen bienes y riqueza para la sociedad.
A diario, una media de 2 trabajadores ven truncadas sus vidas en las diferentes actividades. Así como también, cientos de miles de personas anualmente, sufren accidentes graves, muy graves y lesiones invalidantes solo por el hecho de ir a trabajar.
La Ley, el Estatuto de los Trabajadores, Ley de Prevención de Riesgos Laborales, obliga a los empresarios a tutelar la salud y la vida de los millones de personas asalariadas. Dichas garantías son burladas a diario, al condicionarlas a la lógica de la eficacia económica y los beneficios empresariales.
La sociedad acepta la muerte en los “tajos”, como un hecho “normal”, porque la lógica de la eficacia económica capitalista, es bendecida hasta hacérnosla creer inmutable y además, inevitable. Como constatación de todo ello solo hay que ver las estadísticas oficiales de cada año.
La Ley del Mercado funciona como una máquina trituradora de derechos y de vidas y, las muertes, enfermedades y accidentes que causa esa Ley, tiene responsables con nombre y apellidos: los empresarios, sus gerentes, sus directivos y los políticos y legisladores.
Es una guerra donde cada día dos trabajadores/as mueren, es decir son “asesinados legalmente”, bien por accidente, bien por enfermedad laboral. En esta guerra, no aparecen los derechos de refugio, al contrario, las políticas son anti-proactivas en la protección de los derechos de las personas trabajadoras.