Leonor, Richard, Nazaret, Antonio, Ana Belén y Eugenio. Son los nombres
de los seis integrantes de la Plataforma Stop Desahucios de Córdoba que este lunes han iniciado una marcha a pie desde la
capital cordobesa hasta Bruselas para luchar «por la dignidad y la recuperación de nuestros derechos»,
señalan.
kilómetros que les separan de Bruselas en un itinerario dividido en 87 etapas que les llevará a atravesar España y Francia
hasta llegar a la capital belga, sede del Parlamento Europeo, el próximo 25 de septiembre.
junto a la que fue la vivienda de Francisco J. Lema, joven cordobés que el pasado mes de febrero se quitó la vida acuciado
por el procedimiento de desahucio que llevó su casa a manos del banco.
que les llevará hasta Villafranca de Córdoba (28 kms), la hacen acompañados por medio centenar de integrantes de Stop
Desahucios, que al grito de «sí se puede» y otras consignas, animan a los seis «valientes», representantes de todos ellos,
que van a llevar sus reivindicaciones hasta Bruselas.
borde del desahucio. En paro actualmente, sólo cuenta con un mes más de prestación y ha encontrado en esta marcha la manera
de hacer oir su situación, que es la de muchas otras personas a lo largo y ancho de la geografía española. «Hay que
reivindicar nuestra causa y denunciar lo que está haciendo el Gobierno», dice.
denuncia ante los dos parlamentos, el español y el europeo, por el ataque brutal a la juventud, a las familias españolas por
parte de la banca y de la troika, contra los desahucios, contra el paro, la pobreza y la marginación a la que están llevando
a la mayoría de las familias españolas», explican desde la plataforma.
«Esto es una auténtica sangría y un
robo»
está avalando en un proceso de desahucio en el que se siente también inmerso. «Es necesaria la lucha, la movilización de esta
sociedad», sobre la que, a su juicio, se está produciendo «una auténtica sangría y un robo» con los procesos de lanzamiento
de viviendas.
alrededor de los desahucios está generando «deportaciones geográficas de familias que se ven obligadas a irse de sus casas,
sus barrios, sus ciudades, lejos de sus vecinos y sus parientes», afirma con contundencia al empezar el
camino.
Madrid, va Leonor. Esta mujer de 54 años va a hacer la kilométrica caminata a pie por su hija, desahuciada, en paro y con dos
hijos de 5 y 8 años. «El banco no quiere ningún acuerdo», explica al señalar que han pagado en los últimos meses una cuota de
1.500 euros pero en junio ya no lo han podido abonar.
«Yo no estoy afectada ahora pero todos podemos llegar a
estarlo»
explica su situación: «Yo no estoy afectada ahora por un desahucio pero todos podemos llegar a estarlo», dice al contar que
tiene una hipoteca que, de momento, puede afrontar pero se ha quedado sin su puesto de trabajo como dependienta en un
comercio. Viendo todos los casos a su alrededor, quiere luchar por la causa antes de que le pueda tocar de
lleno.
cargo. «Ante esta situación, la mente no para de buscar ideas», comenta el que todos señalan como promotor de esta marcha a
pie hasta Bruselas. «Ojalá se una más gente», dice al relatar el itinerario que van a recorrer, donde encontrarán el apoyo de
las plataformas de Stop Desahucios en cada municipio para encontrar cobijo, comida y el material necesario en este largo
periplo.
un proceso de desahucio. Sus padres intentan alcanzar algún tipo de acuerdo con la entidad que se ha quedado con su vivienda
que, «no existe», dice la más pequeña de los caminantes para explicar que su familia se ve ante un interlocutor fantasma sin
sede conocida.
los desahucios. A paso ágil, inician la marcha con el ánimo llevado en volandas por quienes les acompañan en los primeros
pasos y por los aplausos de algunos vecinos que saludan sus reivindicaciones. En estos 87 días que les quedan por delante,
saben que el camino se les hará duro; pero nada, dicen, como la situación que cada uno de ellos viven
actualmente.