En caso de enfrentar un golpe de calor, es necesario conocer los primeros auxilios que debemos darle a la persona para evitar consecuencias graves.
¿Cómo debemos actuar si una persona sufre un golpe de calor mientras está trabajando? A continuación, te explicamos cuáles son los primeros auxilios que hay que realizarle a una persona que, mientras trabaja, sufre un golpe de calor.
Es muy importante tener en cuenta que, ante esta situación de emergencia, es imprescindible actuar con rapidez.
¿Qué es un golpe de calor?
El golpe de calor es una emergencia médica grave. Ocurre cuando el cuerpo no puede controlar su temperatura, aumentando rápidamente y alcanzando niveles peligrosos (por encima de 40°C). Se trata de una situación extrema si no se trata o se actúa desde los primeros síntomas, ya que puede dañar el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos.
Cuanto más tiempo tardemos en reaccionar, más aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves o, incluso, llegar a la muerte.
¿Qué síntomas indican que se está sufriendo un golpe de calor?
- Temperatura corporal elevada (por encima de 40°C).
- Piel caliente, roja y seca.
- Pulso rápido y fuerte.
- Confusión, desorientación o pérdida de conciencia.
- Dolor de cabeza intenso.
- Náuseas o vómitos.
- Falta de sudor a pesar del calor.
Ante cualquiera de estos síntomas, es importante actuar con rapidez. La recuperación satisfactoria de la persona depende mucho del tiempo de reacción.
Primeros auxilios para tratar un golpe de calor
Ante todo, debemos tener claro que no somos sanitarios. Por ello, el primer paso será llamar a los servicios de emergencias médicas (112) y seguir las pautas que nos indiquen hasta su llegada. Por lo general, estas pautas consistirán en:
- Trasladar a la persona afectada a un lugar fresco. Llevar a la persona a un lugar con sombra o al interior de alguna instalación que cuente con aire acondicionado para poder frenar la subida de temperatura que pueda estar sufriendo.
- Enfriar el cuerpo de manera inmediata. Nuestra prioridad debe centrarse en conseguir bajar la temperatura de la persona que ha sufrido el golpe de calor. Por eso, además de trasladarla a un lugar más fresco, si tenemos la opción, la sumergimos en agua fría. Si no, le aplicaremos paños húmedos y fríos en cuello, axilas e ingles.
- Proporcionar hidratación. El golpe de calor también supone una deshidratación para la persona que lo está sufriendo. Por eso, si la persona está consciente, le daremos, en pequeños sorbos, agua fría: nunca bebidas con cafeína ni alcohol.
- Controlar los síntomas. Cuando estamos asistiendo a una persona con golpe de calor, es importante estar atentos a cualquier alteración en los síntomas que presenta, así como en la aparición de otros nuevos, tanto para controlarlos como para poder comunicárselos al equipo de emergencias que acuda para hacerse cargo de la situación. Hay que vigilar de cerca la respiración, el pulso y el estado de consciencia.
Trabajo con altas temperaturas
El golpe de calor es la evidencia más extrema de que hemos estado trabajando en condiciones adversas por altas temperaturas. Para evitar llegar a este punto, es necesario conocer los riesgos y efectos de trabajar en un contexto de calor extremo. Y, además, acudir a nuestros delegados de prevención para conocer qué medidas se están tomando para reducir el impacto de las altas temperaturas y con qué herramientas debemos contar.