El pasado jueves, se publicaba en el BOE el Real Decreto (RD) 7/2023, en el que se plasmaba el acuerdo alcanzado en el consejo de ministros del día anterior, con el que se modificaba el cobro del subsidio por desempleo en algunos aspectos. Sobre esto ya nos pronunciamos desde CGT el pasado 1 de diciembre, cuando se empezó a difundir diferente información de los Ministerios de Economía y de Trabajo, exponiendo que fuera cual fuera la reforma, no atajaría el verdadero problema que seguimos teniendo la clase trabajadora, y que dichas medidas tan solo servían para legitimar la pobreza y fomentar aun más la precariedad.
Pero lo que no se exponía en esas informaciones que se filtraban de los diferentes Ministerios, era la verdadera intención que finalmente tendría este RD, que no es otra que la de realizar un nuevo recorte en las pensiones que cobren el día de mañana aquellas personas que, por desgracia, se han visto abocadas al paro o se han visto afectadas por un ERTE durante sus últimos años de trabajo y cotización.
Hasta ahora, y con el fin de no afectar en demasía a la hora de calcular su jubilación, las personas mayores de 52 años perceptores del subsidio por desempleo, cotizaban el 125% de la base mínima. A partir del 1 de junio de 2024, esta cotización pasará a ser del 120%, del 115% en 2025 y del 110% en 2026, hasta llegar al 105% en 2027 y al 100% en 2028.
Este “regalo navideño” del Gobierno supondrá un nuevo recorte en las pensiones de cientos de miles de trabajadoras y trabajadores, los cuales, además de verse abocados al paro en una edad ya avanzada y donde encontrar un nuevo empleo es mucho más complicado, también se verán doblemente castigados al ver reducida de manera considerable la cuantía de su pensión tras la aprobación de esta medida por parte del Gobierno.
Desde CGT consideramos totalmente innecesaria e injusta la medida, la cual castiga y golpea de nuevo a los más vulnerables. Mucho nos tememos que la línea de este nuevo “Gobierno progresista” será esta, la de obedecer las directrices de la Troika, y mientras aprueban leyes que se usan como cortinas de humo para camuflar los verdaderos problemas de la población, aplicarán este tipo de recortes tantas veces como sea necesario.
Frente a esto, es más necesaria que nunca la unidad no solo del movimiento pensionista, sino de todo el conjunto de la clase trabajadora. El haber evitado un Gobierno de extrema derecha no puede convertirse en desmovilización de las clases populares y hemos de dar una respuesta contundente y unitaria frente a este tipo de medidas.