RTVV és de tots.

Tras el éxito de la manifestación de ayer en la Generalitat

Valenciana, en la que salió a la calle más de 200.000 personas en defensa de los servicios públicos, como la sanidad, la

educación y una televsión pública de calidad, y contra el recorte de los mismos, quiero dar otro apunte sobre la

responsabilidad de informar y su dificultad, como ejemplo sobre los matices y la importancia de los

mismos. 

El primero apunte que doy trata

sobre el subtexto de una fotografía:

El diario

El País,

edición valenciana, ilustra hoy la noticia sobre la manifestación de ayer con la siguiente fotografía:

Fíjense en el cartel de la izquierda que dice: «¿Y

canal 9? Ni está ni se le espera»

Está muy

claro lo que esta imagen nos cuenta, más allá de retratar a una buena cantidad de valencianos manifestándose en las calles,

remarca que Canal 9 no está y que la sociedad valenciana no la quiere, porque no se siente representada. Como dice

wikipedia, a la que acabo de consultar para escribir esto, los criterios de cualquier fotografía periodística deben basarse

en en criterios de objetividad, es decir, “la situación representada en la fotografía es una imagen confiable y cuidadosa

que representa los eventos que indica tanto el contenido como el tono”.

Si miramos una foto de Zapatero en La Razón tendrá un gesto endiablado, si la que miramos es la de

Rajoy en Público, se le estará cayendo la baba. Que mejor ejemplo del asunto el caso de estos últimos meses en la que los

reporteros gráficos mostraron a través de imágenes poco favorecedoras tomadas a los diferentes diputados su rechazo ante

las nuevas normas del Congreso.


«Son todo «inshidiash»»
Bien. Pero me pregunto: ¿Estaba Canal 9 ayer en la

manifestación?

La respuesta es sí. Y por partida doble. Delante de los

protagonistas de la foto de El País, junto a un camión que emulaba una unidad móvil, estaban la mayoría de trabajadores de

RTVV. Y la verdad es que han sido pocos los medios que han resaltado su asistencia y las verdaderas razones de su

presencia. En mi caso me quedo con el artículo de L’informatiu, por resumir mejor que ninguno el sentimiento de los trabajadores:


“…I, si hi hagué una estampa per al record, eixa fou la dels treballadors de Canal 9, que

seguiren una furgoneta decorada i rebatejada com a “Unitat mòbil democràtica i plural de Canal 9”. Davant l’ERO que

s’aveïna a l’ens públic, centenars d’ells volgueren eixir al carrer per a reivindicar la dignitat de la seua professió i per

a denunciar les irregularitats a la gestió de la televisió pública, tot arriscant-se a perdre el seu lloc de treball en els

pròxims mesos. Entre ells destacava la presència de diversos afectats pels impagaments de l’ens, com els actors de la

-quasi- desapareguda L’alqueria blanca…”


Pero es que, además, “surprise, surprise”,

también estaba el canal. A las 9 de la noche en el informativo de Canal 9 se emitía esto (vayan al minuto

7:03):

http://www.rtvv.es/va/informatius/Nt9-edicio_13_634866512.html
Es decir, antes de tiempo Canal 9 ya estaba siendo condenada. Y al día siguiente tras la

manifestación también. Como suele ocurrir siempre dentro y fuera de la Comunidad Valenciana.

Obviamente, otra cosa es si Canal 9 cubrió la noticia como

debería, y seguramente nadie se sienta del todo satisfecho (los miembros de los sindicatos pensarán que su corte no es el

más adecuado, que era corto, los representantes gremiales idem, o a algunos les gustará menos la coletilla de su

presentadora cuando dice “las medidas que está obligada a tomar el Govern para paliar la crisis” (cuyo subtexto es “es que

no queda otro remedio”)). Es imposible que a todos nos guste como se escribe o se emite una noticia. En canal 9, en El

país, en La razón, y en todos y cada uno de los medios. Por eso, por lo general, muchos tratamos de empaparnos de muchas

vías y si puede ser de la propia gente de la calle, los que mejor te demuestran que más allá de un corte de 20 segundos hay

matices importantísimos.

Porque como dice Jordi

Évole, con el que comparto absolutamente su reflexión, “no creo en la objetividad, creo en la honestidad”.


Cuando me informo en un medio tengo bastante claro cuales son los criterios de objetividad de cada

uno. Si es un medio de prensa, no me olvido cual es la línea editorial presente en su periódico, ni contra quien dispara en

cada de sus líneas. Si es un medio televisivo, lo mismo. No olvidemos que hay un gran lobby, UTECA, especialmente deseosa

de que se cierren las televisiones autonómicas y así quedarse con la mayor parte de la tarta publicitaria. Son los primeros

que disparan a través de sus televisiones hacia las autonómicas por propio interés. Y los de prensa porque su objetivo es

el Gobierno, o bien al que dulcifican, o bien al que constantemente atacan.


Pero repito lo que escribí en el blog ayer, una cosa es criticar la gestión de tal o cual gobierno

o administración, y otra bombardear a la opinión pública sobre que lo mejor es cerrarla. El País, con esa foto, está

ayudando mucho al gobierno valenciano en que la opinión pública no le importe en absoluto que se cierre RTVV, como ya llevan

haciendo muchos medios desde hace años. Si creen que están atacando al Govern es al revés, les están

ayudando.


Cualquier persona se llevaría las manos a la cabeza si leyéramos

un cartel en una manifestación que dijera “que cierren los colegios públicos. Total, son una basura”, o “que los médicos

dejen de curar a los viejos, total, les quedan cuatro días”.


Pues ahí es

donde pido más responsabilidad y más honestidad a los periodistas (además precisamente ellos que pertenecen al mismo

gremio). No olviden que la sanidad, la educación y los medios de comunicación públicos son de todos. Y RTVV és de tots.

Luchemos por ella.


Publicado por teresadiez