El Banco Sabadell ha iniciado una nueva ronda de prejubilaciones para aligerar la plantilla. La oferta está dirigida a aquellos trabajadores de 55 años o más. La entidad catalana, propietaria de la antigua CAM, no ha enmarcado este goteo de retiros que afecta a parte de su personal en un macroproceso de ajuste laboral como sucedió hace dos años, cuando salieron más de 600 personas de la excaja por la vía de las prejubilaciones.
Ahora, según aseguran fuentes sindicales del banco, el Sabadell está llevando a cabo una selección más individualizada de los prejubilables, ofertando unas condiciones «inferiores», según estas mismas fuentes, a las que lanzó en 2012 para ejecutar el Expediente de Regulación de Empleo que activó tras absorber la CAM.
Desde el sindicato CGT mantienen que la Dirección de Recursos Humanos del grupo está llamando a la puerta de aquellos empleados con 55 o mas años «para intentar conseguir su salida del banco». La organización sindical sostiene que las condiciones ofrecidas para el retiro anticipado son «cada vez más miserables e inmerecidas».
En este sentido, según los datos de CGT, la ofertas que está poniendo el banco encima de la mesa de los trabajadores (personal con 55 o más años en 2014) consistirían en la percepción del 68% del sueldo bruto hasta los 63 años; el abono de las cotizaciones a la Seguridad Social hasta los 63 años; pagos anuales hasta dicha edad, con un tope máximo de 240.000 euros y el mantenimiento de las condiciones de los préstamos para empleados. La prejubilación se articularía mediante una baja voluntaria, sin derecho a recibir la prestación por desempleo.
Desde CGT consideran insuficientes los términos de las bajas para el personal, y reclaman «un plan de prejubilaciones digno ligado a nuevas contrataciones», y «un acuerdo que regule las condiciones de salida, garantice transparencia, igualdad de oportunidades y asesoramiento sindical al personal afectado».
En el sindicato defienden que con este goteo de prejubilaciones el Sabadell «consigue seguir reduciendo plantilla por la puerta de atrás, situando al banco en una posición insostenible que sólo se soporta por las continuas prolongaciones de jornada ilegales que se realizan ante la imposibilidad de atender, dentro del horario vigente, con la debida atención la inadecuada carga de trabajo que padecemos».