Maestra, escritora y editora librepensadora, fue fundamental en el universo anarquista español entre el último cuarto del siglo XIX y las cuatro primeras décadas del siglo XX.
Teresa Mañé Miravet, más conocida como Soledad Gustavo, fue una maestra, escritora y editora librepensadora fundamental en el universo anarquista español entre el último cuarto del siglo XIX y las cuatro primeras décadas del siglo XX. Fue esposa de otro destacadísimo librepensador, Juan Montseny Carret, más conocido como Federico Urales, con quien tuvo a otra mujer destacada en la historia contemporánea española, Federica Montseny.
Soledad Gustavo nació en Cubelles en el año 1865 en el seno de una familia acomodada, pasando a vivir en Vilanova i la Geltrú. Estudió magisterio en 1883 en Barcelona. Se vinculó al Centro Democrático Federalista. Es interesante señalar cómo una parte importante de los anarquistas comenzó militando en el federalismo. En 1886, con la ayuda del librepensador Bertomeu Gabarró abrió la primera escuela laica en Vilanova. Perteneció a la Confederación de Maestros Laicos de Cataluña. La vocación pedagógica de nuestra protagonista siempre fue constante, una de las señas de identidad del anarquismo español.
Soledad Gustavo comenzó a relacionarse con destacados librepensadores como Tarrida del Mármol, Josep Llunes i Pujals o Teresa Claramunt, y que terminaron por inclinarla hacia el anarquismo.
En 1889 participó en el II Certamen Socialista que se celebró en Barcelona y donde presentaría una ponencia, merecedora de un premio y titulada “El amor libre”. En aquella época conoció a Juan Montseny (Federico Urales). Se casaron en 1891 y se trasladaron a vivir a Reus, donde abrieron una escuela laica mixta.
Tras el atentado del Corpus en 1896 y el Proceso de Montjuïc, Federico Urales fue detenido en dos ocasiones por su defensa en la prensa de algunos encausados. Soledad Gustavo luchará para que fuera liberado. Al final lo consiguió pero fue desterrado a Londres. Teresa viajará a Inglaterra en 1897. Pero allí estarán muy poco tiempo porque deciden regresar clandestinamente a España, empeñados en la revisión del proceso judicial. Después de algunas peripecias pasaron a residir a Madrid donde también se reunieron varios familiares. Allí nacería Federica Montseny en 1905.
En la capital sacarán adelante dos publicaciones importantes en el ámbito del librepensamiento, La Revista Blanca y Tierra y Libertad. En ellas no sólo escribieron anarquistas. Encontraremos artículos de Azorín, Baroja, Maeztu y Unamuno, entre otros. En el año 1901 nuestra protagonista participará en el ciclo de conferencias titulado “La Sociedad Futura”, en el Ateneo.
Soledad Gustavo se empeñó en defender la causa de los detenidos en los procesos de Jerez y de la Mano Negra, y para ello viajó por Andalucía. El matrimonio se comprometió también a favor de Ferrer i Guardia, cuando fue detenido y encausado a raíz de la Semana Trágica, y que le llevó a perder la vida por una sentencia de muerte.
La estancia en Madrid se termina a raíz del enfrentamiento de Federico Urales con Arturo Soria. Urales había acusado al urbanista de estafa y eso provocó una fuerte presión sobre el matrimonio. Al final, decidieron regresar a Cataluña en 1912. Allí consiguen reeditar La Revista Blanca y Tierra y Libertad, las dos publicaciones a las que tantos esfuerzos dedicaron. Pero además, con gran tesón, sacaron adelante una serie de proyectos editoriales. En primer lugar, estaría la colección La Novela Ideal, que publicaba cada quince días dos novelas. Se llegaron a publicar unos seiscientos números. También vio la luz la colección La Novela Libre, de novelas con más extensión. Sacaron El Mundo al Día y el diario El Luchador, periódico que duró hasta la guerra civil. En este ambicioso empeño editorial, con muy pocos paralelismos en la historia, la familia se distribuyó el trabajo. Soledad era la editora, la administradora que organizaba todo el proceso, mientras Federico y la joven Federica Montseny escribían incansablemente. Esta razón, además del ascenso que su hija tuvo en el seno del anarquismo, hizo que Soledad Gustavo pasara a un segundo plano cuando es innegable su enorme capacidad organizativa y de trabajo. Soledad Gustavo también nos ha dejado muchos artículos en estas publicaciones y en otras. Debemos destacar sus textos Sindicalismo y Anarquía, y Política y Sociología.
Soledad Gustavo sufrió intensamente en la guerra civil a causa de una grave enfermedad. En 1939 tuvo que cruzar la frontera con su familia. El infortunio se cebó en nuestra protagonista porque, al romperse una pierna, tuvo que ser llevada a un hospital en Perpiñan. Allí el cáncer terminó con su energía el 5 de febrero de 1939.