Los
teleoperadores entregan currículos a Vodafone, que ha subcontratado la atención telefónica durante ocho años con la firma
americana.
Pasadas las doce del mediodía, Jorge
Henríquez y Lola Díaz de Liaño, dos de los 600 trabajadores de Teletech que se quedarán en la calle en Valencia si se lleva
a cabo el expediente de regulación de empleo (ERE) propuesto por la empresa americana, hicieron entrega de 77 currículos a
dos empleados de Vodafone. “Tenemos experiencia en atención telefónica, no pueden dejar que se pierda”, explicó una
asistente a la concentración en la calle frente a la sede de la operadora de telefonía, donde se concentraron cerca de 80
empleados de Teletech.
La protesta frente a Vodafone no era gratuita: durante los últimos ocho años Teletech ha
prestado como subcontrata el servicio de atención al cliente del operador. La firma también dedicaba hasta hace unos meses
50 de sus trabajadores al teléfono del Servicio Valenciano para el Empleo y la Formación (Servef). Cuando no se renovó el
contrato se recolocó a los indefinidos.
Durante la protesta, que arrancó con una marcha desde la sede de
Teletech, en la calle del Pintor Vilar, hasta la de Vodafone, junto al Palau de la Música, los trabajadores denunciaron que
se enteraron del ERE por los medios de comunicación. Teletech se deshará de sus 1.500 trabajadores y, según el comité de
empresa, en Valencia hay 500 de ellos trabajando a turnos en la sede y otro centenar “at home”, es decir, teletrabajo desde
sus domicilios.
También explicaron que Teletech ya tiene trabajadores en Costa Rica operando para España y que tiene
intención de deslocalizar toda su plantilla en el país centroamericano. La intención de la empresa, según los trabajadores,
es liquidar los empleos con una indemnización de 20 días por año trabajado para los indefinidos (654 trabajadores) y solo 8
para los contratados por obra y servicio. Sin embargo, el comité denuncia que estos últimos tienen una media de siete u ocho
años (los últimos en comenzar a trabajar lo hicieron en 2008) y que deberían ser fijos a partir del cuarto año: “Sus
contratos son un fraude de ley”.
La empresa justificó ayer en un comunicado el ERE en las cifras económicas que
sufre desde 2000, con “un balance de pérdidas y ganancias” de “7,8 millones de euros”. También asegura que en 12 años ha
pagado 487 millones de euros en salarios y otros 137 en cotizaciones a la Seguridad Social.
Los trabajadores explicaron
ayer que cobran alrededor de 1.000 euros al mes (1.100 para el turno de noche) y que gran parte de la plantilla, sobre todo
del turno de la mañana, tiene cargas familiares.