Sindicalistas liberados por empresas públicas con no se sabe qué fin; sindicatos que reciben su parte del pastel con cada ERE que se ha producido en este país,(ERES que ellos firman en una supuesta defensa de los trabajadores); lideres sindicales en los consejos de administración; sindicalistas con tarjetas black de Caja Madrid; el famoso caso del sindicalista minero asturiano; en fin, sindicatos al servicio de la Patronal, ( todos los sindicalistas que dieron su vida por conseguir unos derechos ahora lapidados se revuelven en sus tumbas). Se nota que no les han preguntado a los trabajadores, que cada vez tienen una situación más precaria. Eso, por supuesto, los que tienen trabajo.
Queda bastante claro que el nivel de precarización del empleo en este país no solo se debe a la casta política, también a la casta sindical, actores imprescindibles para mantener la paz social y tener a los trabajadores calladitos y en sus puestos, aguantando lo que sea para no perderlos. Es el caldo de cultivo perfecto para que empresa y sindicatos saquen (y saqueen) su beneficio particular, y para que los trabajadores se sientan cada vez más frustrados y desamparados.
En la Sección Sindical Estatal de CGT en Tragsa nos ha quedado bien clara la relación existente entre la empresa y UGT tras la sentencia de 4 de noviembre de 2015 del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (Sentencia nº 868/2015)
En dicha sentencia se establece como hechos probados que 11 personas fueron contratadas aparentemente por TRAGSA con diferentes contratos laborales. TRAGSA les dio de alta en la seguridad social y abonaba el salario. Estos contratos datan, algunos de ellos desde los años 80, otros desde los 90 y el resto ya en los años 2000. A pesar de estas aparentes contrataciones estas personas nunca trabajaron para TRAGSA ya que ocupaban cargos electivos en la estructura de la UGT.
Todas estas personas aparentemente contratadas en diferentes categorías percibían un salario mensual idéntico de 2.272,51 euros. Estos supuestos delegados sindicales nunca trabajaron para TRAGSA y tampoco fueron seleccionados por TRAGSA sino que para la supuesta contratación eran elegidos por UGT. Todos ellos, tenían cargos y responsabilidades en la estructura del sindicato UGT.
Es decir, según la sentencia había un acuerdo entre TRAGSA y UGT en la que la empresa se limitaba a contratar y retribuir a unas personas a las que no escoge y que nunca trabajaron en TRAGSA sino que estos realizan tareas de cargos sindicales para UGT. La Sentencia declara que este acuerdo era una forma de financiación que le venía prestando TRAGSA a UGT.
Una gestión indecente que sólo puede ir en perjuicio de la clase trabajadora y del sector publico.
Recordar también que en el conflicto BRIF (aún no resuelto), el aumento de sueldo acorde a las condiciones más beneficiosas, reconocimiento de la categoría y del trabajo realizado, fue considerado por la empresa como «inmoral». Dudosa moralidad gastan estos tipos que simulan contratos de trabajo.
Sólo nos cabe decir que nos repugna este tipo de actitud y que pondremos todas nuestras fuerzas para perseguir estas injusticias.
¡¡¡Por una defensa de lo público!!!
CGT – TRAGSA