Las cargas policiales de ayer en la ciudad de
Valencia
dejaron seis heridos oficiales, tres de ellos policías,
pero fueron muchos los jóvenes que se volvieron a casa con moratones. Entre ellos se encuentran Claudia y Miquel, una pareja
que se vio acorralada por cinco antidisturbios a la una y media del mediodía en un portal de la Finca de Hierro en la calle
Xàtiva.
Él, maestro de educación primaria, camina hoy con
muletas
: «Tiene problemas en las rodillas y los porrazos que
le pegaron los han agravado», lamenta ella.
Ambos jóvenes, de 20 años ella y 26 él, acudieron al mediodía a la facultad
de Geografía e Historia en el campus de Blasco Ibáñez. «Queríamos manifestarnos contra los recortes y participar en la
jornada de huelga, nunca pretendimos participar en
disturbios por el centro de la ciudad o acabar golpeados por
la Policía», aseguran. Se trasladaron junto al resto de estudiantes desde las facultades hasta la Puerta del Mar y, desde
allí, recorrieron erráticamente las principales arterias de la ciudad. «Todo iba bien hasta que en San Vicente empezaron a
quemar un contenedor y llegaron varios furgones de policía. Nosotros no queríamos aquello y decidimos apartarnos a una calle lateral e irnos a comer». Se encontraban entonces junto al
Instituto Lluís Vives cuando «de repente uno de los antidisturbios empezó a correr hacia nosotros y el resto le
siguió».
[youtube
http://www.youtube.com/watch?v=mkvi6TtHxSY?feature=player_detailpage]
dos jóvenes correr hacia Xàtiva. Allí, al llegar al primer portal „la entrada de una conocida tienda de vinos y jamones que
permanecía cerrada„ se refugiaron intentando evitar la carga de los antidisturbios. «Nos metimos en el portal pensando que
aquello no era por nosotros porque no habíamos hecho nada y ya nos marchábamos a comer, pero empezaron a pegarnos
porrazos en las piernas», denuncia Claudia. «Nos tenían acorralados y no paraban de gritarnos
‘marchaos de aquí, marchaos de aquí’, pero no podíamos porque nos estaban pegando». En el vídeo se escucha a Miquel cómo le
grita a un policía: «Estás loco, estás loco, ¿tú ves lo que estás haciendo?». No sirvió de mucho y, cuando ya marchaban hacia
San Agustín, un último policía volvió a cargar contra ellos mientras Miquel estaba agachado doliéndose del golpe en la
rodilla.
comieron un paquete de rosquilletas en las urgencias del Hospital General donde les hicieron el parte de lesiones con el que
tienen intención de denunciar las agresiones. Ella estudia cuarto de ingeniería Química y cuenta orgullosa que fue premio al
mejor expediente en su primer año de universidad. Él es maestro de educación primaria en un colegio valenciano. «Dos
indeseables», bromean.